Géneros

Historia de las juezas del escándalo: feminismo de la boca para afuera, fallos dudosos y escasa formación de género

Por Lola Sánchez.

En los días previos a los alegatos finales del Juicio por la violación grupal en Playa Unión, ocurrida en 2012, las querellantes y la comunidad rogaban que las Juezas estuvieran a la altura. Con un tribunal integrado enteramente por mujeres -Marcela Alejandra Pérez, Karina Breckle y María Laura Martini- persistían las expectativas en cuanto a que la perspectiva de género pudiera jugar a favor de la víctima. No ocurrió nada de eso. En línea con el impresentable criterio moral del fiscal Rivarola y su apelación al "desahogo sexual", las tres magistradas absolvieron por "falta de pruebas" a tres "hijos del poder": Luciano Mallemaci, Leandro Villar y Marcelo Ezequiel Quintana. Sus nombres recorren las redes sociales cargadas de adjetivos descalificadores y el fallo provoca repudio masivo. El Extremo Sur aporta una síntesis de la trayectoria de las tres, mientras el Procurador General de la provincia, Jorge Miquelarena, ya anticipó que impugnará ese fallo "por vía extraordinaria ante el Superior Tribunal de Justicia".

En algunos casos, las tres magistradas han aprobado fallos a favor de las víctimas, negando prescripciones y absoluciones para agresores. No obstante, para la sociedad todavía es necesaria la implementación sistemática de la perspectiva de género en todos los niveles del Poder Judicial. Si bien el hecho de que algunos cargos de relevancia empiecen a ser ocupados por mujeres representa un avance, de ninguna manera garantiza -como en este caso- el trato respetuoso y justo a las víctimas de delitos sexuales.

Pese a que algunas expresiones de las tres magistradas a lo largo de los últimos años podrían considerarse conceptualmente feministas, no hay registros sobre capacitaciones en materia de género en su currículo. Estuvieron a cargo de casos relevantes -como las causas "Revelación" y "Embrujo" y el juicio contra Juan Luis Ale-; pero no siempre demostraron la capacidad que las mujeres exigen de tres magistradas que parecen haber roto el techo de cristal pero no buena parte de sus prejuicios ni sus criterios provenientes del patriarcado.

Marcela Alejandra Pérez: ¿a favor o en contra de los abusadores?

Marcela Alejandra Pérez se desempeña como jueza penal de la Circunscripción de Puerto Madryn desde 2015. Previamente, fue fiscal general en la Agencia de Investigaciones de Delitos Complejos.

Uno de los casos más resonantes que debió resolver como Jueza fue el juicio contra el ex jefe de la Policía de Chubut, Juan Luis Ale, quien fue hallado culpable de abuso sexual contra dos menores -sus hijas adoptivas-. Pérez integró el Tribunal del juicio al ex diputado provincial junto a Gustavo Castro y Marcelo Orlando.

Finalmente declararon culpable a Ale por unanimidad por los cargos de abuso deshonesto contra una de las víctimas y por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de la segunda menor.

En un informe de evaluación de Pérez, el comité señala que "tiene una actitud proactiva en los procesos conservando su imparcialidad, y es exigente en cuanto a los recaudos de juicios abreviados y de suspensión de juicio a prueba, habiendo seguido los más modernos lineamientos de negar la suspensión de juicio a prueba en los casos de abusos sexual y violencia de género". Se incluyen otros párrafos en los cuales remarcan su imparcialidad y correcto manejo de las herramientas judiciales correspondientes.

No obstante, el relato de quienes han transitado dependencias que Pérez ocupó -sumado al repudio generalizado que ahora se expresa en todo el país tras el fallo-, contradice el perfil descrito por sus colegas.

Una madre protectora contó a El Extremo Sur los obstáculos que debió enfrentar 12 años atrás cuando decidió denunciar al padre de dos hijos menores de edad por abuso sexual.

"Fui a la Fiscalía, me tomaron la denuncia, se inició todo el proceso judicial. Lo primero que hicieron fue llevarlos con el perito forense. Los revisaron y como no había lesiones, cerraron la causa", recuerda. Expresó que el fallo de la Jueza en la causa por la violación grupal de Playa Unión removió en ella "recuerdos amargos de impunidad".

"Me prendí fuego, volví a la fiscalía y les dije ‘¿Cómo van a cerrar esta causa? Los chicos están contando algo'. Mi hijo había dejado de hablar y mi nena me había contado algunas cosas. Muy enojada pedí que la reabrieran, así lo hicieron y recién en ese momento empezaron a poner a disposición todo lo que había que poner, apertura de investigación, audiencias, peritaje forense; pero antes tuve que enojarme", subraya.

El paso de los niños por la Cámara Gesell -una instancia clave- estuvo plagado de vicios. Los hicieron esperar casi cuatro horas y no le permitieron a la psicóloga realizar las preguntas pertinentes. La mujer recuerda que en ese momento estaban presentes el Juez, la abogada del acusado y Marcela Pérez, "supuestamente en representación mía, investigando como fiscal".

"No les hacían preguntas dirigidas. Cada vez que decían algo, la abogada de él hacía ruido con los papeles; al final no se escuchó nada. Una Cámara Gesell que no sirvió para nada. La psicóloga que le hizo el peritaje me dijo que no la dejaban interactuar ni hacer las preguntas, sabía que esa Cámara no iba a salir favorable para ellos".

Meses después, la denunciante tuvo un encuentro personal con la fiscal, quien la llamó a su despacho y le comunicó -tres meses antes de la decisión del Juez- que el acusado iba a ser sobreseído. "Fui a verla y me dijo: ‘yo quería que vinieras para decirte que no hay pruebas en este caso. No es que no pasó, pero tenés que pensar que es como una serie de ítems para la justicia penal que hay que completar, y acá tenemos la mitad; pero tienen que estar todos, para que él este preso. Entonces va a quedar sobreseído'. La miré y le dije ‘pero vos sos fiscal, tenés que investigar y buscar si hay un indicio, si no hubiese pasado no habría ningún indicio'. Me dijo que en los informes había cosas que se podían prestar a una doble interpretación, porque se hablaba de síntomas ‘probables en causas de abuso sexual infantil'; no seguros. Yo le dije que no todos los chicos reaccionan de la misma manera ante los abusos".

Finalmente, Pérez dejó el caso y le confirmó a la madre que el abusador quedaría sobreseído, una decisión que vulneró los derechos de los niños afectados y que impulsó a la madre a "armarme desde lo emocional y lo legal, teniendo que plantarme frente a todo el mundo".

La denunciante reconoce que hace una década, "esta conciencia que tenemos ahora no estaba", pero 12 años después los criterios que guían el accionar de la Dra. Pérez pareciera no haberse modificado.

Ana Karina Breckle: más discurso que compromiso

Ana Karina Breckle, por su parte, ha tenido cierta apertura a hacer conocer sus puntos de vista a través de los medios, expresando a veces de manera clara su postura ideológica. A mediados de 2021, se convirtió en la primera Jueza Penal de la historia de Rawson, exponiendo retóricamente una fuerte impronta feminista. "El mundo jurídico es un mundo de hombres y eso hay que cambiarlo", dijo. Fue reconocida por romper el techo de cristal en una provincia donde la perspectiva de género en la Justicia todavía no aterriza completamente. Entre sus mayores preocupaciones, subrayó la cantidad de casos de abuso de menores en la capital chubutense y las distintas vulneraciones que las mujeres sufren de manera cotidiana.

Breckle es abogada por la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNPSJB desde 2008. Desde el 2004 es parte del Poder Judicial. Estuvo en la Agencia de Integridad Sexual de Puerto Madryn y pasó por las Oficinas Judiciales del Golfo, de Trelew y de Rawson, donde organizó complejos juicios orales y públicos como los de "El Embrujo" y "Revelación" como directora de la Oficina Judicial.

Es posgraduada en "Especialización en Derecho Penal" (UNPSJB, 2010). También ha participado en múltiples capacitaciones vinculadas, tanto con su especialidad del fuero penal como a su trabajo desarrollado en el ámbito de las oficinas judiciales.

"El mundo jurídico es un mundo de hombres. Era un lugar inaccesible. Estaba escrito que el hombre lo hacía bien y la mujer, si lo hacía bien, estaba escondida detrás del organismo. Esto hay que cambiarlo", expresaba luego de su designación a diario Jornada.

Y agregaba: "Toda mujer desde lo laboral y personal, desde su cuerpo, debió enfrentar situaciones agraviantes, vulnerantes, que la expusieron, como caminar por una calle y que te griten cualquier cosa. Apostamos al cambio, a cuidarnos y que nos cuiden".

"Todas las mujeres lo hemos notado, es muy evidente en cualquier orden. Siempre la mujer debe demostrar más, y así y todo, la mayoría de las veces no llega. Siempre se considera primero si se puede hacer cargo del hijo, del marido, de la escuela. Y como los hombres, nos podemos hacer cargo de todo", enfatizaba.

Breckle parecía ser plenamente consciente de los manejos patriarcales dentro y fuera de los ámbitos laborales: "A partir de que empezamos a profesionalizarnos y capacitarnos hay muchísimo más realismo en saber que hay una problemática y descubrirla, en ver que el chiste fácil te estereotipa, en que el otro se ubique ante ciertas situaciones. Pero no hay mujer que no las haya pasado y más si intentó desafiar esto, sea por motivos personales, laborales o por los que elija. El desafío lleva una cantidad extra de esfuerzo y de demostrar".

"Como mujer involucra su cuerpo, su moral, su trabajo, todo. La mujer es atacable de por sí; la ataco y la achico. Requiere una fortaleza enorme para el día a día, y así y todo, siendo excelente profesional, puede ser que no llegues. Se empieza a ver más movimiento y reconocimiento a la labor de la mujer para evaluarla como profesional", confesaba Breckle. "Apostamos al cambio, a cuidarnos y que nos cuiden", prometía, al menos en ese momento.

Consultada respecto a la atención pública que recibiría a partir de su nuevo cargo, señalaba: "Llevará una preparación más que nada personal. Hablé con mi hijo y le dije: ‘Si me presento, puede venir el Facebook lleno de cosas contra tu mamá, contra vos, contra la vida'. Y las habrá porque uno afecta, hace doler y puede que no se logre explicar. Entonces la sociedad escribe y está bien, porque lo puede hacer. Una al estar cerca del juego entiende lo que puede venir. Él es de otra generación y las redes sociales pueden ser un problema. Es un cambio y hay que enseñar a ser cuidadoso".

Frente a la pregunta "¿Garantista o mano dura?", perfilaba su labor esquivando ambas opciones y optando por: "aplicando la ley".

En febrero de este año, semanas antes del escandaloso fallo, Breckle llevaba a cabo un trabajo expeditivo contra un patrón de barco imputado por violencia de género en Rawson, acusado de agredir a dos mujeres. La Jueza fue terminante con el acusado y le reprochó no haber avisado sobre su inasistencia a una de las audiencias, que de todas maneras se realizó con normalidad. Una actitud similar mantuvo en otros casos donde le tocó decidir la situación penal de varones acusados por delitos sexuales o violencia. Ahora, su compromiso se desdibuja en un fallo polémico con repercusión masiva.

En este período, también estuvo a cargo de la causa contra la dirigente social de Trelew Antonia Martínez por los incidentes que protagonizó en mayo del año 2020 en el marco de una protesta. Breckle finalmente la halló culpable. "Fue un hecho de violencia inusitada", afirmó.

María Laura Martini: compromiso ambiguo

Martini es abogada egresada de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Es oriunda de Bahía Blanca, ciudad en la que desempeñó su labor como secretaria de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 15 de Flagrancia y también fue parte de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 2, ambas del Departamento Judicial de Bahía Blanca.

En mayo de 2020 asumió como funcionaria de la Fiscalía de Comodoro Rivadavia. En agosto del pasado año juró como Jueza Penal.

En su haber acredita cursos de Posgrado sobre Teoría de la Ejecución Penal, Responsabilidad Penal De Los Médicos y de Actualización sobre Técnicas de Investigación, entre otros.

En la actualidad cursa una Diplomatura en Ejecución Penal y Cuestiones Penitenciarias de la Universidad de San Isidro; y un Curso sobre Teoría del Delito: Curso acelerado sobre resolución de casos, dictado por la Asociación de Pensamiento Penal.

No es el primer fallo escandaloso que protagoniza esta Jueza. En noviembre de 2021 dictó la absolución para tres imputados -Omar Alejandro Pulley, Guillermina Ferreira Almada y Juan Carlos Cuellar Gamboa- en un juicio por facilitación de la prostitución, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público, por un denominado prostíbulo VIP que funcionaba en el centro de Comodoro Rivadavia, donde 5 mujeres eran prostituidas (https://www.mpfchubut.gov.ar/centro-de-noticias/comodoro-rivadavia/solicitan-la-absolucion-de-los-tres-imputados).

La decisión fue por unanimidad, con la firma de Martini junto a sus colegas Mónica García y Jorge Odorisio. Cabe recordar que este último magistrado fue repudiado en octubre de 2020 por absolver al ex funcionario municipal de Comodoro Rivadavia Juan Khouri, quien había sido imputado por "abuso sexual gravemente ultrajante".

Ver: www.elextremosur.com/nota/27085

María Laura Martini integró también el Tribunal de enjuiciamiento que condenó a Mai Bustos -junto a Ximena Miranda Nastovich y la controvertida Mariela Suárez-. También fue quien resolvió ampliar el plazo de investigación del femicidio de Daniela Velasco, así como de modificar la calificación jurídica del caso y mantener la prisión preventiva para el acusado Miguel Ángel Asencio. Evidentemente son decisiones que se tambalean entre la impunidad y la justicia, y ponen en duda el compromiso asumido por estas tres juezas chubutenses, y también su idoneidad.