Ambiente

Cambio climático y conflictos armados: los movimientos migratorios forzosos que afectan a los más desposeídos

En estos días, nos convertimos en atónitos observadores de la devastación causada por la guerra en Ucrania. Según la ACNUR, más de tres millones de ucranianos debieron desplazarse hacia otros países. Esta enorme cantidad de personas huyendo para salvar sus vidas nos pareció inusitada, sin embargo, también según la entidad, el 1% de la humanidad ha sido compelida a abandonar sus hogares.

Por Lenise López Schvizer

Las causas principales de estas migraciones forzosas son los enfrentamientos armados, las persecuciones políticas, raciales, religiosas y el cambio climático. Inundaciones por tormentas, deforestación o aumentos del nivel del mar, olas de calor, sequías, desertificación, incendios forestales provocan que se vean afectados los medios de subsistencia de millones que no pueden acceder a los alimentos o al agua potable y, en consecuencia, no tienen más remedio que buscar nuevos horizontes dentro o fuera de sus países para desarrollar sus proyectos de vida.

No es necesario repetir que muchas de esas catástrofes naturales han sido causadas por la acción del hombre. Si bien es difícil medir el número de "migrantes ambientales", varios institutos se han esforzado por cuantificar los movimientos de población causados por desastres naturales.

El informe Groundswell del Banco Mundial, publicado en septiembre de 2021, señala que el cambio climático podría obligar a 216 millones de personas a desplazarse dentro de sus países para 2050. "El informe Groundswell es un crudo recordatorio del impacto humano que genera el cambio climático, especialmente en las personas más pobres, que en realidad son quienes menos contribuyen a causarlo. También, sirve para establecer claramente la forma en que los países podrían abordar algunos de los factores clave que originan la migración por cuestiones climáticas", dijo Juergen Voegele, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.

"Todas estas cuestiones están profundamente relacionadas y, por eso, nuestro apoyo a los países puede contribuir a alcanzar simultáneamente los objetivos climáticos y de desarrollo, mientras sentamos las bases de un futuro más sostenible, seguro y resiliente".

Aunque el cambio climático no es en sí mismo un generador de migración, actúa como un multiplicador de las amenazas, ya que tiene severas consecuencias económicas y sociales, especialmente sobre las poblaciones más pobres. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), "las poblaciones de los países de ingresos bajos y de los países de ingresos medios bajos tienen cinco veces más probabilidades de ser desplazadas por estos desastres que la gente de los países de ingresos altos".

Esto se explica por varias razones:

En general, los más desprovistos están más expuestos a las consecuencias nocivas de los cambios climáticos debido a la precariedad de sus viviendas y a la instalación en zonas con condiciones de habitabilidad más desfavorables,

Disponen de pocos medios económicos para hacer frente a los daños que pudieran sufrir,

No suelen tener acceso a créditos blandos que los ayuden a superar sus pérdidas y, muchas veces, la desaparición total de sus medios de vida como pequeños cultivos familiares y animales,

En ocasiones, la desesperación, la falta de educación o la educación deficiente los hace presas fáciles de falsas promesas de progreso y bienestar en otras tierras,

Una gran proporción de los desplazados son niños y niñas particularmente vulnerables a la violencia y el abuso.

Veamos lo que dice este artículo de la ONU: "Se prevé que el cambio climático dañará de forma irreversible algunos recursos naturales y ecosistemas. En términos globales, se prevé que el cambio climático traerá consigo una combinación devastadora de efectos adversos para los pobres del mundo, tanto por su situación geográfica como por sus bajos ingresos, haciendo que la adaptación al cambio climático sea mucho más complicada. Mientras los países en desarrollo son los que menos han contribuido a este problema, se espera que sean los más afectados por los efectos del cambio climático, que amenaza con poner en peligro muchos de los logros que han alcanzado estos países en materia de desarrollo".

Durante mucho tiempo, la migración fue una estrategia para adaptarse a los cambios climáticos temporales. Por ejemplo, numerosas personas de zonas rurales que contaban con una estación seca, se trasladaban a las ciudades o a otros lugares para trabajar durante esos periodos y luego volvían cuando la sequía terminaba. Ahora, en muchas ocasiones, no tienen a dónde volver.

Algo similar sucede con los ucranianos que huyeron debido a la guerra y otros tantos en la misma situación en otras tantas regiones del mundo. En estos casos, la mayoría piensa en regresar a sus hogares una vez que los conflictos hayan concluido. Pero, ¿sigue existiendo un lugar al que volver? La guerra contamina. Bombardeos, incendios, fuentes de agua envenenadas, fugas radioactivas. Los daños pueden volverse irreversibles y el suelo quedar contaminado por tóxicos durante muchísimos años. Los rusos han colocado minas terrestres en los campos y se han destruido plantaciones y equipos agrícolas. Los combates cerca de Kherson (en el sur), para tomar el puente sobre el Dniepr, también provocaron incendios en la reserva de biósfera del Mar Negro, una de las mayores zonas protegidas de Ucrania que alberga muchas especies en vías de desaparición como la rata topo oriental o muchas especies de aves migratorias. Los incendios fueron detectados gracias a imágenes satelitales de la NASA.

La locura, la muerte y el ecocidio se apoderan de esas regiones con repercusiones aún desconocidas. Por lo general, la destrucción del ambiente es un arma de guerra utilizada por el invasor para doblegar a su enemigo sembrando el terror. En la actual guerra entre Rusia y Ucrania, además de la destrucción de un gasoducto, sitios de extracción de petróleo, refinerías e industrias químicas, por primera vez se enfrentan dos ejércitos en un país que posee 15 reactores nucleares que se han vuelto objetivos militares. Es algo extremadamente alarmante. Desde los primeros días del conflicto, la amenaza de una catástrofe nuclear sin precedentes es una realidad palpable.

Para poder hacerse una mejor idea del desastre ambiental que va dejar este enfrentamiento, solo hay que echarle una mirada al Donbass, la región donde el ejército ucraniano hace ocho años que se encuentra en guerra con los separatistas prorrusos y una de las más contaminadas de Europa. La destrucción de las infraestructuras mineras, los sabotajes a los gasoductos y los canales, la contaminación del suelo, el desecamiento de algunos cursos de agua y el envenenamiento de otros con sustancias químicas y metales pesados la han convertido en una zona donde la desolación es similar a la de Chernobyl.

Sin embargo, a pesar de que diferentes organismos mundiales reconocen el aumento de las migraciones debidas a la degradación del ambiente y los cambios climáticos, no encontramos en la actualidad ninguna convención que las reconozca internacionalmente, no hay protección jurídica para las personas obligadas a dejar atrás sus hogares y países por causas ambientales, ya que no existe ningún organismo específico que esté encargado de proteger sus derechos.

¿Qué sucederá cuando empiecen a multiplicarse los desastres climáticos y se produzcan desplazamientos masivos? ¿Los países han tomado conciencia? ¿Es el cierre de las fronteras una solución a la migración? ¿Qué va a pasar mañana con los estados que hoy se oponen a las migraciones cuando ellos necesiten ayuda?

El informe Groundswell propone algunas soluciones:

Reducir las emisiones mundiales y hacer todo lo posible por alcanzar las metas de temperatura del Acuerdo de París;

Integrar la migración interna por motivos climáticos en la planificación de un desarrollo verde, resiliente e inclusivo con visión de futuro;

Prepararse para cada etapa de la migración, de modo que la migración interna por motivos climáticos pueda emplearse como estrategia de adaptación y genere resultados de desarrollo positivos y

Realizar inversiones para mejorar los conocimientos sobre los factores de la migración interna por razones climáticas, con el objeto de contribuir a la formulación de políticas adecuadamente orientadas.