Política

Estatales y jubilados de Chubut surfean la pobreza y se gastan casi todo su salario en la canasta básica

El promedio salarial que paga la provincia de Chubut a empleados públicos y jubilados provinciales los mantiene permanentemente al borde de la pobreza. Los últimos incrementos de sueldos los alejaron un poco de los temibles subsuelos de la miseria, pero aún siguen caminando por la cornisa que puede arrojarlos al barranco. Mayo será el mes de la reapertura de las paritarias y el debate estará dado qué tan cerca o tan lejos quedan los salarios de la pobreza en la provincia, mientras la inflación sigue deteriorando el poder adquisitivo. La destrucción del poder de compra es brutal desde el comienzo de la pandemia.

El mes de mayo arrancará en medio de una disparada inflacionaria que en marzo llegó al 7,4% en la Patagonia y que se mantendría en niveles similares luego de lo ocurrido en abril. El próximo 10 de mayo está prevista la reapertura de paritarias con los trabajadores estatales, y el foco estará puesto en cuánto pueden recuperar de lo perdido en el primer trimestre y cuánto pueden anticiparse a los impactos inflacionarios futuros.

Durante el último año los empleados públicos y los jubilados provinciales estuvieron siempre a punto de caer bajo la línea de la pobreza, particularmente en el mes de octubre pasado cuando el salario promedio casi empató con el costo de vida y la miseria se transformó en un fantasma que amenazó con vaciar el bolsillo de los estatales.

A lo largo del tercer trimestre de 2021 se atravesó el peor momento para el poder adquisitivo de los empleados públicos y jubilados, en la medida en que la inflación fue en aumento y el poder de compra se fue achicando; como producto del congelamiento salarial y los constantes atrasos en los pagos que generó durante largos meses el pago escalonado.

Un empate rumbo al descenso

En octubre el sueldo promedio casi quedó empatado con el costo de la Canasta Básica Total medida en Comodoro Rivadavia por el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia, que conduce el economista César Herrara.

Con un sueldo promedio ubicado en 83.773 pesos y un costo de vida que llegó a los 83.421 pesos, los estatales y jubilados necesitaron en ese mes el 99,6% de sus ingresos para escaparle raspando a la pobreza que los estaba atrapando y absorbía casi la totalidad de lo que recibían mensualmente como pago del Estado.

En el último mes de la pre pandemia, el salario promedio estatal en Chubut estaba en los 71.734 pesos y para vivir se necesitaban 47.496 pesos al mes. En ese momento todavía se sentían los impactos positivos de las recomposiciones salariales conquistadas en 2019 y la cláusula gatillo iba acompañando la inflación.

Al irrumpir la pandemia de Covid, las cuarentenas y el ajuste -que se transformó en congelamiento salarial- el poder de compra de los sueldos en la provincia se desplomó y puso a los estatales y jubilados al borde de ser técnica y prácticamente pobres.

Una leve mejoría

Entre los meses de noviembre y enero la brecha frente a la suba de la Canasta Básica Total se amplió y les dio un pequeño respiro a los escuálidos bolsillos estatales, aunque la pobreza era una realidad que los acechaba de manera permanente y el margen de maniobra fue muy estrecho en ese período.

El 30% de incremento por decreto que firmó el gobernador Mariano Arcioni -pagaderos en un 10% en septiembre, otros 10% en febrero y 10% más en marzo- no tuvo impacto positivo hasta finales de año.

A ese pequeño margen de mejora conseguido por los aumentos salariales -donde se incluyó un incremento del 10% y la absorción del bono de 5.000 pesos-se le sumó el efecto retroactivo generado por el pago de los sueldos atrasados y el fin del pago escalonado.

Recién en febrero y marzo, con las posteriores dos cuotas de aumentos en los sueldos, los estatales y los jubilados consiguieron ensanchar la brecha con la pobreza. Ahora la inflación descontrolada vuelve a poner los sueldos provinciales al borde del abismo de la miseria.

El mayor impacto positivo para el poder adquisitivo se produjo en este mes de abril que concluyó, ya que el adelantamiento del aumento de mayo -13% en total- y el bono de 20.000 pesos -por única vez para los que ganan menos de 100.000 pesos- hicieron que la brecha se ensanche en sus niveles más amplios. Como consecuencia, los estatales transitaron un momento en el que fueron menos pobres durante el último año; aunque ese salario es el que se cobrará recién estos primeros días de mayo.

Vale aclarar que aún no existen mediciones certeras del valor de la canasta familiar y habrá que esperar por lo menos una quincena o más para saber si ese distanciamiento con la pobreza se consolida en los salarios de los estatales y jubilados.

Paritarias e inflación

La inflación del INDEC para marzo pasado fue de 7,4% según el IPC Patagonia, pero desde el Observatorio de Economía se proyectaba que para ese mismo mes la suba de la Canasta Básica Total en Comodoro Rivadavia rondaría entre 8 y el 10%; marcando inclusive un aumento superior al informado por el INDEC.

Un panorama similar habría que esperar con los datos de abril, aunque todavía no se cuenta información certera del INDEC -que informará la inflación patagónica recién el próximo 12 de mayo- y habrá que esperar aún más para conocer el dato de la CBT que mide el Observatorio.

Lo cierto es que las mejoras obtenidas hasta abril y ese distanciamiento de los sueldos frente a la pobreza podría esfumarse con el avance inflacionario desmedido que se viene dando en los últimos dos meses y habrá que esperar el comportamiento de los precios mientras se sigue desarrollando la disparada de los commodities producto de la guerra en Ucrania.

La reapertura de las paritarias con estatales prevista para el martes de 10 de mayo abre un proceso de puja salarial que determinará si los estatales logran alejarse de la crisis o vuelven a acercarse a los niveles de pobreza como sucedió en buena parte de los últimos meses.

Según el INDEC, solamente en el primer trimestre de 2022 la suba de precios en la Patagonia fue de 16,7%, con la enorme disparada de marzo que llegó a 7,4% y fue la más alta en todo el país.

Si bien los aumentos dados por el Gobierno provincial permitieron que los estatales y jubilados le peleen durante los últimos tres meses a la inflación, no menos cierto es que no se recuperó el poder adquisitivo de la pre pandemia. Allí reside una de las claves principales del deterioro del poder adquisitivo de poco más de 64.000 trabajadores activos y pasivos.

En marzo de 2020 los gastos para cubrir la Canasta Básica Total representaban 66,2% del salario promedio en Chubut que cobraban estatales y jubilados provinciales. Ese porcentaje saltó al alarmante 99,6% en octubre de 2021 y descendió levemente al 86% en abril de este año -sobre la base de proyecciones conservadoras respecto de la inflación provincial-.

La diferencia es notoria y la cercanía con el abismo de la pobreza asusta, porque se trata de trabajadores en actividad y jubilados que se sacrificaron durante gran parte de su vida. Sin embargo, la falta de una recomposición salarial que contemple la pérdida de poder adquisitivo y la galopante inflación imperante siguen destruyendo el poder de compra de los sueldos en Chubut.