Pueblos originarios

"Si no nos ven, no nos cuentan": la población indígena sigue subregistrada e invisibilizada luego del censo

Por Lola Sánchez

Desde hace cuatro años, el Tejido de Profesionales Indígenas trabaja para la visibilización estadística de la población indígena en la Argentina. Su labor logró que este año el Censo incorporara dos preguntas relacionadas a la identidad y las lenguas originarias. Su trabajo es clave, ya que la correcta sistematización de datos permitirá la confección de políticas públicas acordes para la población originaria a lo largo de todo el país.

La politóloga mapuche Verónica Azpiroz, en diálogo con El Extremo Sur, se refirió a las "políticas de racialización estadística" presentes en la Argentina, que desnudan prácticas racistas y coloniales que invisibilizan las actividades de los 39 Pueblos Originarios de nuestro territorio.

Con el objetivo de conocer el operativo censal del pasado miércoles 18 de mayo, el Tejido elaboró un primer autorreporte que dio cuenta de varias irregularidades que afectan principalmente a las comunidades originarias. En algunas provincias denunciaron que quedaron barrios enteros sin censar.

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Entre los casos analizados hasta el momento, hallaron reclamos por la falta de preguntas sobre la identidad étnica, el desconocimiento del lenguaje de la persona censada y la existencia de comunidades enteras a las cuales los censistas no llegaron. Uno de los puntos positivos, señala Azpiroz, es que nadie dijo haber sido censado por miembros de las Fuerzas de Seguridad, algo que sí había sucedido en 2010.

Un porcentaje menor de los encuestados en el primer reporte señalaron que algunos censistas se negaron a rectificar la información cargada en el censo digital.

"Nos sorprendió la rapidez de las respuestas. La gente generalmente tarde en responder, pero estaba muy enojada", indica la politóloga. "Hubo casos en Rosario, que tiene muchos asentamientos Qom, con lotes enteros a los que no ingresaron. Lo mismo sucedió en Formosa capital. No es un caso o dos, son barrios enteros. En Rosario el imaginario social muestra a estos lugares como zonas peligrosas, por lo que los censistas no quisieron ingresar", agrega. Adelantó que la Dirección de Estadística y de Pueblos Originarios del Municipio de Rosario están trabajando conjuntamente para resolver estas situaciones.

Otra de las preguntas de esta primera evaluación estuvo orientada a recuperar la experiencia de los miembros de Pueblos Originarios que trabajaron como censistas. "La mayoría dijo que no hubo capacitación suficiente", revela Azpiroz, y agrega: "La plataforma con la que se autocapacitaban no estaba preparada. No entregaron el material a tiempo y algunos no pudieron hacer el recorrido por el radio censal. La plataforma se caía a cada rato, otros dijeron que no funcionaba".

Azpiroz señaló que no permitieron dar cuenta de las viviendas situadas en territorios recuperados, como es el caso de los Pueblos Originarios, y que "no preguntaban cosas que la gente quería informar".

Si bien ha denunciado la invisibilización étnica y racial en reiteradas ocasiones, la politóloga no cree que estos casos respondan directamente a una voluntad direccionada si no a "una mala metodología de trabajo".

Lo cierto es que la accesibilidad fue un punto clave a sortear para los censistas indígenas, que habitan territorios que no suelen estar cerca de los centros urbanos. "Es la primera vez que se hace una capacitación online, vemos que hubo una intención de distribuir el presupuesto en material de comunicación digital, pero no apostaron a lo presencial", subraya Azpiroz. "En nuestro caso como Pueblos Originarios es necesaria la presencialidad debido a las distancias y la inaccesibilidad que hay a los centros urbanos, porque la gente está acostumbrada a contestar de manera presencial. Creo que era importante la capacitación presencial, por lo menos en las provincias donde hay mucha distancia entre la población rural o las comunidades y la ciudad".

"Si no nos ven, no nos cuentan"

Pese a las dificultades, desde el Tejido de Profesionales Indígenas creen que la sistematización de datos sobre los Pueblos Originarios que habitan la Argentina permitirá construir políticas públicas a largo plazo. "Primero tenemos que lograr que nos den las bases de datos para que hagamos el procesamiento", advierte la politóloga. "Delegaron la función de conteo a una empresa tercerizada. Nosotros propusimos que nos pasaran la base en bruto para hacer una relectura de esos resultados".

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"Creo que no va a suceder; todavía estamos en el proceso judicial del amparo. Pero cuando estén públicos los primeros informes vamos a hacer nuestro propio procesamiento, y vamos a estar en mejores condiciones para sentarnos en mesas de negociación con cada Ministerio", adelanta. "Para eso hemos hecho todo este trabajo de cuatro años, para tener información cuantitativa más cercana a nuestra realidad que demuestre que es necesario invertir en políticas de revitalización, de construcción viviendas bajo la arquitectura indigena, de atención obstétrica y salud perinatal que le de el derecho a las mujeres de tener sus parteras y un intérprete que entienda la lengua", detalla.

Otro punto central es la comunicación castellanizada. "El Estado debe entender que para llegar a toda la ciudadanía argentina, tiene que comunicar sus planes de gobierno en las lenguas de toda la población. Entender nuestras normas culturales de información es un desafío para este gobierno, y también para los gobiernos provinciales y municipales. Deben entender que los ciudadanos para los cuales destinan su programa de gobierno no son monoparlantes", apunta Azpiroz.

Hasta la fecha, el número más cercano sobre la población indígena en la Argentina pertenece al Censo del 2010, que registraba alrededor de un millón de personas. Sin embargo, advierte Azpiroz, la cifra no cubre la totalidad de la población. "Al igual que los datos que va a lanzar el Censo 2022, vimos que la población indígena está subregistrada, por problemas en el operativo o porque no se hicieron bien las preguntas". Un ejemplo claro es la pregunta 24 que interroga sobre el conocimiento de lenguas indígenas, que sólo está destinada a quienes afirmen autoreconocerse como miembros de algún Pueblo Originario, lo que deja excluido a un gran universo de hablantes de dichas lenguas. "El resultado es un aproximado", subraya la politóloga.

En diálogo con este medio, previo al Censo, Azpiroz reconocía la "gran falencia" del Estado en la producción de conocimiento estadístico sobre los Pueblos Originarios. "El censo es la matriz fundamental con la cual se nutre una estadística social de la población. Es muy importante que los instrumentos de recolección de datos puedan tomar la variable étnica con sus múltiples dimensiones", remarcaba. La invisibilización es transversal a todos los ámbitos de la sociedad, desde las economías regionales hasta la producción de conocimiento en las áreas educativas.

"Si no nos ven, no nos cuentan, y si no hay datos estadísticos es imposible diseñar políticas públicas. Se ningunea a este sector porque se supone que es una minoría o una subcategoría de pobre a la que solo se le puede aplicar una política social compensatoria", explicaba Azpiroz. La correcta sistematización de los datos permitirá la aplicación de políticas que reconozcan las identidades indígenas, así como todas sus formas de producción de bienes, servicios y riquezas.