Política

El Chernobyl que dejó Unidos y Organizados en la Cooperativa de Madryn: U$S 10 millones de deuda


Por Davy Figueiras

La Lista Roja, ligada a Unidos y Organizados, dejó una deuda de 2000 millones de pesos en Servicoop, irresponsabilidad que desemboca en una nueva crisis de la entidad energética. El Concejo Deliberante de Puerto Madryn frenó un pedido de aumento de tarifas, pero lejos de finalizar, las negociaciones recién comienzan. En un contexto feroz y dramático, la complejidad del tema será un problema difícil de resolver sin afectar los bolsillos de los usuarios.

Más de una década de déficit energético



"La historia se repite" escribió Hegel, y Marx corrigió: "primero como tragedia y después como farsa" en el XVII Brumario de Luis Bonaparte. Está claro que ninguno conoció las gestiones de Servicoop en las que la historia siempre se presenta como tragedia, especialmente para los bolsillos de los usuarios.

Hay dos verdades inobjetables en la historia de Servicoop: siempre tuvo déficit y siempre financió ese déficit generando deuda con AFIP y CAMMESA hasta que un cuello de botella financiero le exigiera un nuevo aumento para los usuarios.

Claro que esta historia no representa solo a Servicoop sino que se repite a lo largo y lo ancho del país, con distintas estrategias pero con la misma consecuencia: pan para hoy y hambre para mañana.

La última vez que nuestro país tuvo una balanza comercial energética positiva fue en 2010, alcanzando un saldo a favor de 1800 millones de dólares (6500 millones de dólares de exportaciones y 4800 millones de importaciones). La estatización de YPF, lejos de mantener esa balanza positiva, profundizó una política de déficit energético que llega hasta nuestros días.

Existen dos soluciones posibles para paliar el déficit: o se aumenta el costo de la energía o se busca producir más. La primera estrategia ha sido moneda corriente y genera no solo distorsiones en los precios sino que colabora al déficit en la balanza comercial que termina financiándose con emisión (Kirchner) o con deuda (Macri).

El incremento en la producción de energía parte de la inversión, algo complejo en un país donde las reglas del juego cambian según la ocasión. El panorama es complejo.

El costo de la energía y los subsidios



Macri redujo el déficit en la balanza comercial hasta llevarlo a menos 195 millones de dólares, pero tuvo un costo altísimo: un tarifazo que asoló el bolsillo de la clase media, con una inflación que alcanzó números siderales.

La mala praxis del PRO estuvo orientada al aumento brutal de 1600% de las tarifas de luz y gas. El costo político no tardó en llegar: Macri perdió la reelección luego de ganar dos años antes, en 2017, en casi todo el país.


Se sabe que una tarifa accesible y una reducción del déficit energético constituye, al menos hoy, un oxímoron. El déficit se produce fundamentalmente por un estancamiento en las inversiones pero también por un incremento en los subsidios. Pero el subsidio, al menos en la energía, no está referido al consumidor sino a los mayoristas, en el caso de la energía eléctrica, a Cammesa.

Es por ello que cuando las cooperativas comienzan a incrementar costos sin poder aumentar tarifas, comienza a generar deudas con el mayorista y es lo que sucedió con la gestión de Unidos y Organizados.


El regalito de 2 mil millones que dejó UyO

La gestión de Lucas Marani a cargo de la presidencia de Servicoop en la ciudad de Puerto Madryn propuso un plan de pago para librarse de una deuda feroz que se tenía con AFIP y con Cammesa. Esa reducción de la deuda, plan polémico pero eficiente, suponía un aumento en algunos ítems de la factura, no llegó a terminar.

La gestión de la lista roja, a cargo del líder de UyO, Leslie Roberts, terminó rompiendo ese plan y consolidando una nueva deuda con Cammesa por 2 mil millones de pesos, es decir, más de 10 millones de dólares.

Semejante colapso financiero heredado no hizo más que poner un jaque la entidad, hoy conducida por Harry Woodley.

El año pasado, Servicoop recibió una carta documento donde José Ignacio Rico -apoderado de Cammesa, notifica del detalle de deuda: $ 2.100.639.417,91.

La gestión de UyO estuvo atravesada por el despilfarro: contratos de personal que no se sabía bien qué función cumplía y gastos en publicidad por 800 mil pesos mensuales para promocionar no se sabe qué. En solo 24 meses generó una deuda monstruosa que le valió la salida primero de su presidente, Leslie Robert y después de todos los integrantes de la LISTA ROJA. Unidos y Organizados habían luchado para manejar Servicoop y así mostrar transparencia y calidad en la gestión. El experimento no resultó: endeudó, huyó y ahora lo pescaron.

Aumentos en un contexto inflacionario

La problemática de las tarifas es compleja. La solución rápida del macrismo de aumento indiscriminado solo trajo miseria y desesperación en los consumidores. Sin embargo, se sabe que el precio de la energía no es el que se paga y esa diferencia debe salir de algún lado. Por ahora, salen de los subsidios: en 2021 los subsidios del sector energético fueron de 1.046 billones de pesos, es decir, dos tercios del total y casi del 80% de todo el déficit primario. El volumen de dinero y la incidencia en el déficit primario explica esa complejidad mencionada.

Si cualquier usuario madrynense agarra una factura de Servicoop igual mes en el 2021 observará que lo que paga este año aumentó entre el 80% y el 100%. Sin embargo, poco y nada de este incremento se debió al aumento en el costo de la energía: solo fueron tasas e impuestos.

La deuda gigantesca de la gestión de UyO no deja mucho margen de maniobra. La suba de tarifas en un contexto inflacionario creciente no parece ser la mejor solución; sin embargo, dejar caer a Servicoop en la deuda con Cammesa podría significar el primer paso para su privatización, intención que muchos tiene desde la sombras.

Por estos días, el Concejo Deliberante frenó un intento de aumento en las tarifas. Sin embargo, no pasará mucho tiempo para que las distintas fuerzas políticas acuerden un nuevo salvataje de Servicoop. Nadie imagina la irresponsabilidad de dejar caer la entidad en un contexto como el actual.