El mundo

El batallón Azov: un laboratorio del neonazismo

SPUTNIK.

Los medios 'mainstream' continúan mostrando y describiendo a los combatientes de Azov que se rindieron en Mariúpol como héroes y mártires, pero cada día se les hace más difícil.

Los combatientes de este batallón (prohibido en Rusia) están involucrados en crueles torturas y asesinatos, entre sus víctimas hay mujeres y adolescentes. Para los residentes de Donbás, este batallón neonazi se convirtió en un símbolo del infierno y del terror durante muchos años.

En abril de 2014, después de la victoria del Euromaidán en Kiev, se desarrolló una guerra callejera entre partidarios y oponentes del golpe de Estado en todas las ciudades principales del sureste de Ucrania. En ese entonces, el presidente en funciones del país Alexandr Turchinov anunció el comienzo de una "operación antiterrorista" en el Donbás. Así empezaron a formarse los batallones de voluntarios en Ucrania, estos luego se hicieron famosos por sus atrocidades contra la población civil y los prisioneros de las milicias de Lugansk y Donetsk.

Azov se formó en mayo del 2014 como parte del Servicio de Patrulla de las Fuerzas Especiales del Ministerio del Interior de Ucrania. Seis meses después y gracias al patrocinio del jefe del Ministerio, Arsén Avakov, el batallón recibió el estatus de batallón y fue transferido a la Guardia Nacional.

El batallón fue encabezado por el neonazi Andréi Biletski (en la foto), apodado como el 'Führer Blanco', que poco antes había salido de la prisión donde cumplía una condena por vandalismo. El mismo 2014 fue elegido como diputado de la Rada Suprema, el Parlamento del país. Biletski reclutó hábilmente a los adeptos de las subculturas juveniles de extrema derecha en filas del batallón.

Azov se destacó, entre otros batallones de voluntarios neonazis, por su fuerte entrenamiento ideológico. Las principales posiciones en el batallón fueron ocupadas por los neonazis, antisemitas y racistas. El simbolismo de la unidad hace referencia a los emblemas de las formaciones militares del Tercer Reich. Así, su bandera representa el Wolfsangel (trampa de lobos), el símbolo heráldico alemán, utilizado en sus orígenes por el Partido Nazi y posteriormente por algunas divisiones de las Waffen-SS y la Wehrmacht.

Azov se destacó, entre otros batallones de voluntarios neonazis, por su fuerte entrenamiento ideológico. Las principales posiciones en el batallón fueron ocupadas por los neonazis, antisemitas y racistas. El simbolismo de la unidad hace referencia a los emblemas de las formaciones militares del Tercer Reich. Así, su bandera representa el Wolfsangel (trampa de lobos), el símbolo heráldico alemán, utilizado en sus orígenes por el Partido Nazi y posteriormente por algunas divisiones de las Waffen-SS y la Wehrmacht.

La ideología de Azov atrajo a los fanáticos del fútbol y partidarios de organizaciones nacionalistas ucranianas como OUN, Los Cien de Jesucristo y la Hermandad del Rifle Cosaco a sus filas.

La demostración abierta de la misantropía atraía también a los radicales y neonazis de todo el mundo.

Liovkin es un músico, solista del grupo de canto fascista A-KVLT (culto de Adolf), es un nativo de la ciudad rusa de Tver y perseguido por las autoridades de su país por radicalismo. Finalmente, Liovkin encontró refugio en Ucrania.

Los residentes de Mariúpol experimentaron las atrocidades de Azov mucho antes de la primavera de 2022.

El 9 de mayo de 2014, después de la marcha dedicada a la celebración del Día de la Victoria sobre el nazismo, las unidades de la Guardia Nacional junto a los militantes del batallón Azov llegaron a Mariúpol y asaltaron con lanzagranadas el edificio del Departamento de la Policía de la ciudad donde había empleados que se habían negado a cumplir las órdenes del régimen de Kiev. En aquel entonces murieron 13 personas, entre policías y civiles, y el Departamento de la Policía fue quemado.

Azov está relacionado con el crimen, pero los ucranianos se enteraron de ello solo el 15 de julio de 2016, cuando las Fuerzas Especiales del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) liquidaron en la región de Zaporiyia a un grupo de los militantes de Azov armados con ametralladoras y lanzagranadas que atacaron a un automóvil que transportaba dinero del banco. El jefe de la SBU, Vasili Gritsak, afirmó que se estaba verificando la participación de los combatientes del batallón en al menos 10 delitos similares.

En marzo de 2019, en una conferencia de prensa en Moscú, el exoficial del SBU Vasili Prózorov reveló la existencia de una 'biblioteca' -así es como llamaban a la prisión secreta de Azov en el aeropuerto de Mariúpol- donde habían dos cámaras frigoríficas desconectadas con puertas selladas. En este lugar los combatientes de Azov torturaron a los prisioneros de las milicias de Donetsk y a los ciudadanos comunes "sospechosos de separatismo". A los prisioneros aquí les llamaban 'libros'.

Uno de estos 'libros' fue Tatiana Ganzha, militante del Partido Comunista de Ucrania - ahora está prohibida ingresar al país- y opositora de Euromaidan. El 30 de octubre de 2014, en Mariúpol, Tatiana fue detenida por cinco hombres con pasamontañas y uniforme militar con distintivos del batallón Azov. Ya en el auto, la golpearon sin piedad y orinaron sobre ella. Cuando la sacaron del auto, la patearon y dispararon sobre su cabeza. Luego la llevaron al aeropuerto de Mariúpol, donde fue torturada hasta el 8 de noviembre. La colgaron de las piernas, boca abajo, y la golpearon. Después de lo sucedido, Tatiana fue juzgada y encarcelada, pero afortunadamente pronto fue intercambiada por un prisionero de guerra ucraniano.

Elena Blojá, una periodista de Mariúpol, también fue prisionera de la así llamada 'biblioteca'. Fue detenida junto a su hijo, quien luego fue llevado a una celda masculina. Según el hijo de Elena, algunos prisioneros fueron golpeados severamente, uno tenía las piernas fracturadas y el otro tenía las costillas rotas.

No se puede explicar cómo es que el 'mundo civilizado' no notó a los batallones neonazis que con sus típicos símbolos marchaban abiertamente por las calles de la ciudad europea. En 2015, el Congreso de EEUU prohibió al Pentágono entrenar y equipar al batallón Azov, calificándolo de "una formación nazi macabra". Sin embargo, siete años después, Occidente intenta presentar a los neonazis como "héroes valientes" y "defensores de Mariúpol".