El mundo

Policía infiltrado en movimientos sociales y organizaciones políticas de Catalunya

El medio La Directa ha publicado una investigación destapando el caso, tras algunos meses en los que el individuo había levantado sospechas entre alguna gente con la que compartía espacios de militancia.

Este martes, desde primera hora de la mañana, muchos colectivos y personas vinculadas a la lucha política en Catalunya se despertaron con esta noticia, que ha sido posible gracias a la investigación del medio La Directa. El que en algunos colectivos, asambleas y organizaciones había sido Marc Hernández, natural de Mallorca y estudiante de Educación en la Universidad de Barcelona (UB), en realidad era un miembro infiltrado de la Policía Nacional, de iniciales I. J. E. G. y 29 años de edad.


A lo largo de estos dos años, el agente ha estado infiltrado en el colectivo de defensa de la vivienda Resistim al Gòtic, en el centro de Barcelona, en el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (sindicato de referencia de la izquierda independentista) y también otros espacios cercanos a los dos mencionados, como el Casal Popular Lina Ódena o algunas campañas y movilizaciones organizadas desde el movimiento en defensa de la vivienda vivienda. Mirando sus redes sociales con anterioridad a su etapa de policía secreta, se puede saber que I. J. E. G. profesaba una ideología contraria a los colectivos a los que ha infiltrado, mostrando afinidad por agrupaciones ultraderechistas, españolistas-monárquicas o de apoyo a la policía.

El agente encubierto es funcionario del Cuerpo Nacional de Policía desde junio de 2019, pocos años después de haber finalizado sus estudios de criminología en la Universidad de Girona, los cuales incluyeron unas prácticas colaborando con la policía municipal de la ciudad. Es a finales de 2019 cuando le otorgan la identidad falsa de Marc Hernández Pons: unas fechas en las que se habían producido las enormes movilizaciones y protestas contra la sentencia del Procés, y el mismo periodo en que el CNI dictaba las órdenes de intervenir los teléfonos de numerosos líderes sociales, a través del programa Pegasus. Y es a comienzos del verano de 2020, a la salida del confinamiento producido por la COVID-19, cuando empieza a aparecer en los primeros colectivos.

Una de las claves de este caso de espionaje es que el activista ficticio pudiera hacer todo tipo de trámites legales con su identidad falsa, desde las matrículas en la universidad a pagos o gestiones bancarias; en algún desahucio, de hecho, fue identificado por los Mossos d'Esquadra con su DNI falso. Y los DNIs falsos sólo pueden ser expedidos por la Secretaria de Estado de Seguridad, bajo las órdenes directas del Ministro de Interior Marlaska, o a petición del CNI que a día de hoy comanda la Miistra de Defensa Margarita Robles. Es decir, que se trata de una operación aprobada y ordenada en última instancia por el actual gobierno.

Los colectivos y organizaciones del movimiento popular que han sido infiltradas por este individuo, son algunas de las que en los últimos años han tenido más protagonismo en la lucha social en Catalunya. Por un lado la Esquerra Independentista (recientemente, según informa La Directa, habría tratado de ingresar en la organización Endavant), y por otro en el movimiento por la vivienda, de gran relevancia y de los que más ha crecido en estos últimos años, víctima de numerosos casos de represión.

Desde hace unas dos semanas, el agente ha desaparecido de los espacios donde realizaba su actividad, dando evasivas y aludiendo a «problemas personales». Hoy por la mañana se ha celebrado una rueda de prensa anunciando y denunciando los hechos. Desde el colectivo antirrepresivo Alerta Solidària afirman que se tomarán medidas legales, pero que hay pocas esperanzas en ellas, porque es entrar en el terreno de juego del Estado. Llaman, eso sí, a formarse de la manera más seria posible, y a conseguir organizar y llegar a cada día a más gente, único antídoto contra la represión del aparato estatal y del enemigo de clase.

Fuente: Insurgente