Opinión

Los bombardeos en la Plaza de Mayo: Cartografía del silencio

Por Liliana Etlis.

Acordaron un encuentro entre autorxs de diferentes tiempos, países y sobrevivientes del bombardeo del 55 en la Plaza de Mayo de 1956.

Tiempo atrás habían intercambiado ideas el autor de Los Heraldos Negros, trayendo en sus manos un objeto que, según él, había encontrado en la rinconera donde solía desayunar en otra época Jorge Luis B. mientras escribía Funes el memorioso. También estaban alrededor de la mesa Angélica G. quien venía de Rosario, Clarisa L. con su inconfundible acento brasileño, las personas atacadas por el virus de la ceguera, quienes esperaban desde el Ensayo un lugar y el pianista uruguayo Felisberto.

En la habitación había una biblioteca donde el contenido de los libros asomaba soberanías.

Escritorxs y sobrevivientes en un mismo espacio estaban intercambiando sensibilidades y debates en una pausa entre tiempos de oscuridades, siendo testigos de algunas voces que callaron involuntariamente.

Los testimonios de los sobrevivientes del 55 dejaron heridas, Interrogantes, silencios, gritos hacia el Aleph y la memoria.

Desde lugares diferentes dejaron huellas sobre la condición humana, el dolor, el padecimiento. Tenían vivencias para compartir y entregar hojas con mensajes que se dispersarían en el aire con palabras escritas con una tinta imborrable, en un papel muy fino pero resistente. Se escucharon. En ese cuarto encontraron la diversidad y acordaron un Nunca Más.

Las siguientes rememoraciones de los sufrientes de cuando eran niñxs fueron saliendo de los cuerpos a pesar de las huellas silenciadas y las escrituras entrecortadas sin terminar, quienes develaban ocultamientos.

¿Quién tenía autoridad para narrar? R. Piglia dejaba un rastro en sus escritos "no se narran los hechos sino los efectos de los hechos".

Los testimonios fueron saliendo a través de sus voces anónimas:

"...yo iba por el bajo del trole...escuché que bombardeaban..."

"...dejamos de trabajar al mediodía y empezó a escucharse los bombardeos..."

"... los aviones iban en círculos..."

"...iban a largar flores..."

"...se escucharon bombas..."

"...la gente miraba al cielo y en vez de flores arrojaron bombas..."

"...esquirlas que me cortaron la pierna..."

"...el último asiento ...iban al colegio en el último asiento...estaban todas muertas..."

"...me quise levantar y me rompen el zapato y el pie las esquirlas..."

"... me alcanzó la vista y no veo más..."

"...las dictaduras hicieron que pasara el dolor en el más profundo de los silencios..."

"...no dije nada, más bien ocultaba..."

"...no confiaba más en nadie, muchos años de silencio..."

"...nadie me llamó por más de 60 años estando amputada todos estos años..."

Comenzó a originarse una torre de Babel entre los testimonios de sobrevivientes y lo que escuchaban los escritorxs de aquellos libros de los estantes de la biblioteca.

Comenzaron a aflojarse hojas y con el viento las palabras circularon hacia los rincones más insólitos. El Nunca Más comenzó a rozar todas las superficies.

Las verdades se adhieren entre relatos y escritos en algún momento, recomponiendo hechos y efectos.

La constelación de discursos mediáticos y artísticos alcanzaron y alcanzan construcciones y versiones desarmando caminos, mitos y recreando la producción narrativa oral para que el Nunca Más sea expresión testimonial y repudiar siempre el Terrorismo de Estado en cualquier momento de la historia argentina.

Liliana Etlis

El pluriverso de Lili Etlis

Fuente: Resumen Latinoamericano