Géneros

"Usar a la RAE como autoridad es como aprender historia de Malvinas con libros británicos"

Tras la polémica resolución de la Ciudad de Buenos Aires que prohíbe el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas, el reconocido especialista e investigador del Conicet Juan Eduardo Bonnin, participó de una entrevista en El Cordillerano Radio y condenó la medida.

De acuerdo a la regulación que se dio a conocer días atrás, los docentes porteños no podrán utilizar formas del lenguaje no sexista como la "e", la "x" o "@" en materiales didácticos, comunicaciones de todo tipo y cartelerías escolares.

El profesor titular de Análisis del Discurso en la Universidad Nacional de San Martín e investigador independiente del CONICET, entrevistado por Marcela Psonkevich en el ciclo Refugio Radio que se emite los sábados de 9 a 11 hs, fue contundente: "Es una tontería prohibir la manera en la cual la gente habla. Lejos de ser un obstáculo, el lenguaje inclusivo es un facilitador del aprendizaje sin ninguna duda. Y además hay investigación científica reciente en Argentina que muestra que el lenguaje no binario no genera dificultades de comprensión sino que por el contrario en algunos casos la facilita y es un medio muy eficiente para comunicar significado. Es mucho más preciso para comunicar el lenguaje inclusivo que la morfología genérica masculina. Si yo digo los plomeros, eso remite en primera instancia a plomeros hombres, pero si digo les plomeres, no hay dudas que incluye tanto a hombres como a mujeres".

Sobre el lenguaje inclusivo, explicó Bonnin, consiste en cambiar la morfología o las marcas del género gramatical masculino y femenino por una forma que no sea ni masculino ni femenino. Un fenómeno relativamente reciente que nace en España en la década del 70 de la mano de un catalán de apellido Balaguer que fue reivindicado en los tiempos post-franquistas, pero que en Argentina se popularizó en los últimos cinco a diez años.

"Fueron los jóvenes los que impulsaron este fenómeno al verse interpelados por la popularización de las demandas del feminismo que incluye entre otras cosas el lenguaje no sexista -no usar el masculino genérico- sino también el respeto de otras identidades que no se definen en términos binarios", explicó.

Hasta la década del cuarenta, el Ministerio de Educación daba instrucciones precisas a los docentes para que prohibieran el voseo en la escuela. El especialista advirtió: "Ningún alumno le podía decir al otro 'alcanzame la pelota'. Y por otra parte, no hasta hace mucho tiempo en las escuelas se enseñaban los pronombres Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos. Esto es porque prosperaba una ideología conservadora que suponía que la autoridad idiomática debía ser la Real Academia Española y no los equipos estudiosos de lingüistas e investigadores que existen en nuestro país".

En términos didácticos, el docente universitario hizo historia para referirse a los argumentos del jefe de gobierno porteño. Según Horacio Rodríguez Larreta, "los docentes tienen que respetar el idioma español y los chicos para poder aprender correctamente tienen que dominar las normas del lenguaje español tal cual es".

En este sentido, Bonnin fue categórico y afirmó: "La Real Academia Española es una institución creada por la corona de un gobierno extranjero y se creó para regular la creciente diversidad de la lengua española en las colonias. Es decir que nace como una herramienta de gobierno. Por eso, hoy en día como país, usar a la RAE como autoridad lingüística es como aprender historia de Malvinas con libros británicos. Es decir que se adopta una herramienta que está al servicio de los intereses de un gobierno, para regular lo que vamos a enseñar en nuestras aulas".

Para el docente, cada opción lingüística es una opción política y viceversa. "Esta medida no apunta tanto a regular lo que sucede en las aulas sino que lo que pretende es generar una postura política identificable de mano dura, de autoritarismo, de una mirada conservadora tanto acerca del lenguaje como acerca del género y en este sentido, no va a evitar que les chiques dejen de decir todes, sino que va a habilitar y estimular el surgimiento de discursos de odio y actitudes de violencia en las escuelas, que ya existen y que con este tipo de medidas se refuerzan".

Y siguió: "Lo más grave entonces que tiene esto no es que quieran regular la lengua, porque nadie puede hacerlo excepto los propios hablantes, sino que lo más grave es que están generando un clima de violencia y de odio hacia la orientación sexual y hacia la identidad de género, un clima que este tipo de discursos institucionales refuerza y promueve".

Basado en una encuesta propia que realizó en 2020, el investigador dijo que hay un grado de aceptación general sobre el polémico uso de la "e" en Argentina. De acuerdo a los resultados, el 73 por ciento de las personas encuestadas tiene una actitud de aceptación del lenguaje inclusivo más allá de que lo usen o no. Y lo interesante es que la actitud de quienes sí usan este tipo de lenguaje también es aceptable ya que no corrigen a quienes no lo usan. En cambio, cuando los roles cambian, es posible que surjan "sensores" de la lengua, que corrijan a los hablantes que usan cotidianamente la "e".

Para Bonnin no hay dudas: "Esta medida apunta a generar un clima ideológico político de retroceso en muchos derechos vinculados a la identidad de género". Y como dato ofreció: "Las pruebas que usaron para medir esta tragedia educativa en términos de comprensión lectora fueron pruebas escritas en lenguaje tradicional, en masculino genérico, no en inclusivo". Por eso concluye que no tiene ningún sostén afirmar que el lenguaje inclusivo retrasa la comprensión. Los estudios experimentales -dice- muestran lo contrario.

Fuente: El Cordillerano