Política

El regreso: qué puede prometer Grazzini además de sangre, sudor y buenos modales para negociar

Por Lola Sánchez

Tras la extraña "espantada" de Valeria Saunders, quien reculó y decidió no asumir como ministra de Educación tras aceptar el cargo que le había ofrecido Mariano Arcioni - argumentó sin precisiones que no estaban garantizadas las "condiciones mínimas"- el gobierno provincial convocó en su lugar a José María Grazzini. El dirigente cordobés-madrynense se fue hace poco del gabinete -renunció en diciembre de 2021, en medio del rechazo popular a la megaminería- y tiene experiencia en la negociación con los gremios, pese a no tener formación docente. Tras la acumulación de cinco renuncias en la cartera educativa (la procesada Cigudosa, De Bella, Casutti, Meiszner y Perata) y la retirada precoz de Saunders, se espera que el Ministerio finalmente vuelva a tener un titular el próximo 18 de julio, fecha prevista para la asunción de Grazzini.

Grazzini proviene de la militancia justicialista de Puerto Madryn, aunque es de origen cordobés, y estuvo al lado de Mariano Arcioni durante los meses más calientes del conflicto docente. Presentó su renuncia al Gabinete en diciembre de 2021, tras la escalada de incidentes en medio de la aprobación de la megaminería en Chubut.

Trabajó algunos años con bajo perfil dentro de la política local hasta 2011, año en que se convirtió en secretario del bloque de Diputados del PJ-FPV en la Legislatura. En 2015 fue electo diputado provincial.

Fase legislador K

En su paso por la Legislatura no escatimó críticas al Gobernador. Grazzini era plenamente consciente de la crisis provincial y le pedía a Arcioni "que despierte". En 2018, a medida que los conflictos se agudizaban, definió a Chubut como una provincia que "nadie gobierna y no tiene rumbo".

Durante una sesión en la Legislatura, pidió "avisarle al Gobierno de Chubut que no funciona la educación y el sistema de salud está destruido. Hay que avisarles que no funciona nada en esta provincia, que los trabajadores siguen cobrando en cuotas, y que la realidad del país les ‘devoró' más del 50% del sueldo a los empleados provinciales".

"Hace más de dos meses que los trabajadores están reclamando en la puerta de la Casa de Gobierno. Ojalá que antes que termine la gestión se den cuenta de que están gobernando Chubut. Hay que avisarles vía telegrama que están a cargo de esta provincia, porque todavía no se despertaron, siguen durmiendo", sostuvo el entonces diputado.

Grazzini criticaba, entre otras cuestiones de gravedad institucional, la falta de ejecución de obras y fallas en las gestiones con Nación: "No se sabe si quedó algo de los 650 millones de dólares en los que se autorizó a endeudar al Ejecutivo. Hay un absoluto desconcierto. No hay seguridad política ni jurídica en esta provincia. Hemos caído en las manos de nadie, porque nadie está gobernando Chubut. No hay una sola obra que hayan anunciado con fondos propios en estos meses y tampoco gestionan nada".

El próximo ministro de Educación advertía que "las ciudades y los pueblos se vienen deteriorando día a día, mientras el gobierno no mira ni para el interior ni hacia el exterior. No consensúa con nadie, no escucha a nadie y los trabajadores siguen cobrando en cuotas. Los trabajadores en la calle y el gobernador encerrado en Casa de Gobierno, sin estructura gubernamental".

Nueva narrativa

Su narrativa cambió, naturalmente, al ponerse al frente del ministerio de Gobierno, un espacio clave en las negociaciones que vendrían. Pronto se convirtió en el mediador estable dentro de las reuniones paritarias, en el marco de los reclamos por el fin del pago escalonado y la recomposición salarial.

Desde 2019, Grazzini se hizo presente en las tensas reuniones junto al ministro de Economía Oscar Antonena, quien persiste en su cargo como el miembro más estable de un gabinete volátil y de escasa relevancia general. Durante meses se llevaron adelante varias mesas técnicas paritarias catalogadas por los docentes como "rotundo fracaso".

No obstante, Grazzini opinaba entonces muy diferente de los gremialistas docentes, y en una entrevista con este medio aseguraba que la provincia ofrecía canales sólidos y constantes de diálogo.

https://www.elextremosur.com/nota/25348-grazzini-sabemos-que-el-estado-esta-en-falta-pero-hay-que-generar-dialogo-y-consenso/

"Sabemos que los trabajadores no la están pasando bien, hay una situación que es crítica porque ven afectada su economía; pero trabajamos continuamente para poder tener canales de diálogo y de entendimiento", expresaba a El Extremo Sur.

Fiel a la lógica de la lealtad, Grazzini tapaba el sol con la mano y desmentía las mediciones nítidamente negativas de Arcioni -que en ese período lo posicionaban como el gobernador con peor imagen de todo el país-. Llamativamente, el gobernador comenzó a repuntar tras su peor momento, registrado en diciembre de 2021-. Grazzini aseguraba que, contrariando sus propias opiniones del pasado, la mala imagen era en realidad una interpretación sesgada y que seguramente tendría que ver con "las cuestiones económicas del país y el atraso salarial".

"[Arcioni] se hizo cargo de los problemas de la provincia que heredó y ha afrontado las deudas y todo lo que quedó en crisis en la provincia. Se ha hecho responsable como cualquiera al que le hubiese tocado. Es muy difícil en esta situación afrontar todos estos problemas, pero más allá de todo tiene un gran reconocimiento en el interior de la provincia", sostenía.

Renuncia y objetivos no cumplidos

A finales de diciembre de 2021, tras el escándalo por la aprobación de la Ley de Zonificación, la represión y las protestas masivas en toda la provincia, Grazzini presentó su renuncia de "forma indeclinable".

"Se mezclan varias cosas, la situación personal, el clima social y la sensación del ciclo cumplido porque los objetivos que nos habíamos propuesto se fueron cumpliendo, entre ellos, regularizar el pago de los salarios que fue una de las cosas que me desveló", detalló en ese entonces.

Seis meses después, vuelve al Gabinete para ocuparse de una de las áreas más conflictivas, donde le tocará mantener los canales de diálogo que asegura haber garantizado durante su paso por el Ministerio y tratar de cumplir con los objetivos que declaró inalcanzables en el mes de diciembre.