Política

El destino sastrista de Madryn: historia de una larga hegemonía territorial que busca dar pelea en Chubut


Por Davy Figueiras

El país atraviesa una crisis terminal. Inflación en tres dígitos, conflictos sociales que conllevan desde tomas de escuela hasta empresas y el récord que proyectan más de 10 mil piquetes en 2022 ponen en jaque a la política, que sigue en su versión Disneylandia de la realidad. En Chubut, Arcioni se las ingenió para equilibrar los conflictos salariales provocados por el retraso salarial y está emparchando la lastimadura que deja una inflación altísima en la Patagonia. En ese escenario, los hermanos Sastre, capos territoriales desde hace años, se debaten entre ir por todo -incluyendo la candidatura provincial de Ricardo- o cerrar una alianza dentro o fuera del peronismo.

La posibilidad de perder Puerto Madryn suena a ficción para los Sastre, ya que la oposición prácticamente no existe; por lo que habría que asistir a una catástrofe o una aparición providencial que no se vislumbra.

Con sindicatos que ladran, pero sin dientes para morder, se transita una tensa calma. Hay que ganar tiempo: ese es el plan de los gobiernos nacional y provincial, mientras los jefes territoriales de Madryn y Comodoro monitorean la situación y mantienen soterradas sus ambiciones.

En Trelew, Maderna tiene fecha de vencimiento. En Esquel el peronismo parece encaminado a una cómoda derrota, sin líderes confiables ni operadores eficientes a la vista, salvo que Ongarato y Tacetta se destrocen entre sí.

Un mandato crítico

El primer gobierno de Ricardo Sastre no fue un lecho de rosas sino un doloroso peregrinaje por el desierto. Atravesado por una crisis en el pago de salarios sin precedentes, se lo vio acorralado a tal punto que muchos especularon con que la posibilidad de que abandone la intendencia.

Eso sucedió, pero solamente por unas semanas; cuando fue derivado por un problema de salud a Capital Federal. En ese entonces, el poder de fuego del ahora aliado sastrista y kirchnerista camaleón Carlos Eliceche era fuerte.

Aunque de modoso residual, todavía se recuerda esa auditoría del "mellizo" en la gestión del "ganso" y las cámaras ocultas adentro del municipio, situación de la cual nunca más se volvió a hablar. En ese momento los actuales aliados eran enemigos, o así parecía a los ojos del público.

Lo cierto es que "Ricardo" pudo sortear la tormenta y se estabilizó en el poder. Aprendió, en medio de una realidad que crujía, los mandatos básicos: que la política es territorio y gestión. Esa lógica aplicada con persistencia le permitió transitar sin problemas su segundo mandato. Mientras tanto, el otro mellizo, Gustavo, esperaba su turno.

Gustavo, el temperamental

Al actual intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, se lo conoce por su fuerte temperamento. También construyó los primeros cimientos de su carrera política desde la presidencia del club Deportivo Madryn -cargo que había ocupado antes el propio padre de los mellizos-.

La popularidad del Club Social y Deportivo Madryn, sumado a una gestión eficiente en infraestructura y rendimiento deportivo, contribuyó decisivamente para que los hermanos Ricardo y Gustavo Sastre lleguen a la intendencia de la ciudad portuaria y logren una hegemonía política que acumula tres mandatos entre ambos.

Hace pocos meses Deportivo Madryn se enfrentó con Chacarita por la Primera Nacional y el presidente Sastre se encontró con su colega Néstor Di Pierro. Dos líderes políticos chubutenses que hicieron del deporte una plataforma de crecimiento, como hizo también Juan Pablo Luque desde Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia.

Gustavo accedió al poder luego de una ajustadísima elección con su par Leslie Roberts con el 39,3% de los votos. La gestión del "Mellizo" ha sido eficiente y su carisma lo posicionó durante varios meses como uno de los intendentes con mejor imagen del país, espacio difícil de obtener en medio del tembladeral de la política chubutense en estos tiempos. Cuanta, eso sí, con una ciudad que concentra las miradas por su perfil turístico de excelencia y una zona "noble" que la convierte en una vidriera.

Oposición sin salida

Hoy por hoy, el líder de la que fue su oposición interna en el PJ, Carlos Eliceche, es un aliado. Ese también ha sido un logro sastrista: pudieron diluir, fragmentar o cooptar a cualquier tipo de oposición.

El caso del ex prometedor "joven promesa" y ultra cristinista Roberts es emblemático, porque fue de un fracaso a otro. Finalmente logró ganar las elecciones de Servicoop con la prometedora "lista roja". Unidos y Organizados tenía la oportunidad histórica de salir del banco de suplentes y gestionar. Era el momento perfecto para crear una chance electoral potente por afuera del sastrismo.

El experimento de gestión cooperativa fue desastroso. Poco a poco, la gestión de Servicoop fue carcomiendo a la listad roja y todo terminó con Roberts renunciando. Fue su última jugada en política. Desde ese entonces, no se sabe nada de él.

Tanto Gustavo como Ricardo supieron finalmente que la oposición más seria que podían amenazar su poder había implosionado o negociado parcelas de poder con ellos.

Madryn, culturalmente sastrista

Sin opositores de relevancia, los mellizos no parecen afrontar problemas para retener la ciudad. Nacho Torres, principal candidato a la gobernación, apostó por Roxana "Chana" Soldani, candidata de baja intensidad y desconocida para el común de la gente.

Todavía no se sabe si esta jugada se debe a un error de cálculo del joven estrella de Juntos por el Cambio, o a una jugada maestra que deja abierta una posible alianza

-manejada en una mesa chica que tiene largo desarrollo desde los tiempos del dasnevismo- entre los Sastre y Torres.

Por su parte, el "león" que podría captar algunos votos peronistas, Carlos Eliceche, se hizo herbívoro y jugará con los mellizos, en un intento de consolidar un peronismo provincial que cruje por todos lados. El ex intendente, caudillo y operador todo terreno con Kirchner y Buzzi parece haber apostado todo a una confortable "unidad", que reduce su exposición y le permite disfrutar desde el bajo perfil.

Por estos días, el actual vicegobernador, Ricardo Sastre, confirmó por enésima vez su aspiración de ser el candidato del peronismo para la gobernación. Eliminadas las PASO - iniciativa que parece de una concreción irreversible- disputaría la candidatura seguramente con Juan Pablo Luque, referente de Cristina Kirchner y Máximo en la provincia.

El padrinazgo múltiple que recibe Luque se cruza con el crecimiento imparable de la imagen negativa de Alberto. De cualquier manera, Sastre ha sido un experto en tejer alianzas visibles o secretas, desde Das Naves hasta Massa y Boudou. Sabe también que en una exposición electoral directa recibiría fuego amigo y externo por su sociedad con Arcioni, por lo cual no debería descartarse la táctica de instalarse para luego negociar y obtener una mayor cuota de poder.