Sociedad

El increíble origen del fanatismo por Messi, Maradona y Argentina en Bangladés

SPUTNIK.

Bangladés, un pequeño país asiático, es cuna de una impensada idolatría por Maradona, Messi y la Selección Argentina. El amor por el fútbol argentino en el país se remonta a la Copa del Mundo de 1986 y encuentra sus raíces en el doloroso pasado colonial del país.

La proximidad de la Copa del Mundo en Catar mantiene revolucionado a Bangladés, un pequeño país fronterizo a India y Birmania y con un pasado colonial británico reciente. Si bien el deporte nacional del país es el cricket, las calles se tiñen por estos días de celeste y blanco por una inesperada pasión por la Selección Argentina de fútbol.

Resulta curioso el fanatismo que el pueblo bangladesí expresa por Argentina -y en cierta medida también por Brasil-, un país ubicado a 17.000 kilómetros de distancia y con diferencias culturales de todo tipo.

En la víspera de cada partido importante o definitorio del combinado albiceleste -tanto por Eliminatorias Sudamericanas, Copa América o Copa del Mundo- las calles de Daca, la capital bangladesí, y las principales urbes del país enarbolan banderas argentinas. También es posible encontrar casas pintadas con los colores argentinos o gigantografías de Lionel Messi y Diego Armando Maradona.

Rastrear el origen del fanatismo bangladesí por Argentina lleva ineludiblemente al 22 de junio de 1986, cuando la selección albiceleste enfrentó a Inglaterra por los Cuartos de Final de la Copa del Mundo de México. Fue el día de La Mano de Dios y el Gol del Siglo con el que Maradona pasó a la historia grande del fútbol mundial en el Estadio Azteca de la Ciudad de México.

"Los bangladesíes se apegaron a la épica de la Mano de Dios y de la eliminación del equipo británico por el mismo motivo que muchos argentinos: esa sublimación de venganza y revancha tras el latrocinio sanguinario de la corona imperial", sostiene el periódico argentino Página 12, describiendo el origen del fanatismo bangladesí por la albiceleste.

Colonizados primero por Portugal y luego por Gran Bretaña en 1857, Bangladés logró su independencia recién en 1971 y como consecuencia de la guerra indo-pakistaní.

Sin embargo, el dolor del pasado colonial más reciente persiste en el recuerdo de la hambruna a la que fue sometido el pueblo bangladesí en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. La hambruna, ideada como estrategia de guerra por los británicos para frenar un hipotético avance japonés, provocó un saldo de tres millones de muertos en el país.

La Guerra de Malvinas de 1982, era aún una herida abierta entre los argentinos cuando los goles de Maradona sellaron el amor del pueblo bangladesí por el astro argentino, que sintió como propia la épica de aquel desplante deportivo contra Inglaterra.

Desde aquel lejano junio de 1986, la idolatría por Argentina solo ha sabido de crecimiento. A la imagen de Maradona se le ha sumado la de Lionel Messi, que acapara todas las reverencias del pueblo bangladesí en la actualidad.

Los bangladesíes salieron en masa a las calles a celebrar el título de Copa América de 2021, en la que el conjunto albiceleste -de la mano de Messi-, alzó el trofeo ante su clásico rival en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro.

La presencia de bangladesíes, se hace sentir en Catar, no solo por los que han llegado para ver la Copa del Mundo sino porque -como también indios y pakistaníes- se trata de una de las colectividades de migrantes más numerosas en el país asiático. Por eso, los argentinos saben que contarán con un apoyo adicional en las tribunas y en las calles de Doha.