Pueblos originarios

El periodista Oscar Romero denunció que lo amenazaron de muerte por ser mapuche

El periodista destacó el valor del diálogo y recordó la vez que en la calle lo amenazaron de muerte por ser mapuche

Por Christian Masello

Foto: Facundo Pardo.

La de Oscar Moreno es una cara conocida para gran parte de Bariloche por su condición de periodista, pero, curiosamente, él nunca fue de tener una exposición alta.

Es cierto que, al aparecer en el canal mapuche Wall Kintun TV, su rostro, como se dijo, resulta familiar para muchos, pero eso no equivale a un exceso de reconocimiento ni a un apabullamiento de exhibición, porque participar en un "medio de comunicación" no se traduce en "mediático".

Entre el resto de la fauna de cronistas, Oscar aparece como alguien respetuoso con sus pares.

Más que nada, eso se observa en las coberturas donde hay que compartir esperas y demás.

De golpe, su nombre apareció en radios, diarios, emisiones televisivas y sitios de Internet, no solo de la ciudad, sino también nacionales, pero desde un lado distinto, no como el que hace las notas, sino en el lugar de protagonista, ya que fue denunciado por el abogado Ernesto Saavedra, quien se consideró intimidado porque Moreno realizó fotografías del exterior de su casa.

El letrado, que participa de varias causas contra mapuches, se sintió amenazado.

El periodista de origen indígena señaló que tomó las imágenes sin saber que la vivienda pertenecía al profesional, y que lo hizo porque tenía un cartel que indicaba que estaba en venta y un amigo suyo, de Buenos Aires, le había solicitado que le pasara información con respecto a casas barilochenses porque tiene pensado venir a vivir a la Patagonia.

Moreno dijo que le hizo fotos a ese y a otros lugares y se las envío.

Justamente, el periodista había viajado a Buenos Aires cuando se comunicaron desde Bariloche para contarle que su domicilio, donde vive con sus padres, fue allanado.

Ahí comenzó el raid que culminó con una audiencia de conciliación la semana pasada.

Luego, la denuncia fue retirada.

Oscar Moreno explicó la manera en que vivió la situación.

-¿Cómo fue el encuentro con Saavedra?

-Hubo respeto mutuo y diálogo profundo, algo que en la sociedad se perdió mucho. Es necesario volver a esas instancias, sentarse, mirarse a los ojos, hablar quizá desde el dolor de cada uno tras situaciones muy difíciles que se viven, y así llegar a un entendimiento. Ese ha sido el camino que yo he aprendido, incluso en situaciones complicadas que han pasado y pasan en el pueblo mapuche. Nuestros mayores siempre decían: "Hay que sentarse a hablar, la palabra es importante, tiene valor, y con ella se resuelven los problemas". Creo que eso es lo que deberíamos retomar. Son valores y principios a los que tenemos que volver y comprometernos para que sea así.

-¿Alguna vez te había tocado vivir alguna situación similar?

-No, y no es grato para nada. En situaciones como esta, en principio uno es inocente, pero, en este contexto en el que estamos, sentí todo el tiempo que me hacían culpable de algo y que debía demostrar constantemente mi inocencia.

-Pero me imagino que no es la primera vez que te ha sucedido algo por tu condición de mapuche...

-Pasaron varias cosas... Hace poco más de un año, en la calle, una persona me amenazó de muerte porque llevaba el micrófono del canal mapuche. "Te voy a cagar a tiros, te voy a matar, negro de mierda", me dijeron. También pasó que hace diez meses nos robaron la cámara del canal, después de una cobertura. Nunca se recuperó, no hubo allanamientos, no se investigó... Jamás nos informaron qué pasó, si hubo algún tipo de diligencia o algo...

-Tras el allanamiento, ¿cómo quedaron tus familiares? Desde lo anímico, consulto.

-Mi familia está recomponiéndose. Hay que imaginar la situación: que se produzca un allanamiento, diez policías lleguen intempestivamente y se metan en la casa, todo sin entender bien qué es lo que quieren... Eso genera un golpe anímico.

-¿Es gente mayor?

-Sí...

-Y lo que sucedió, a ellos, ¿les trajo reminiscencias de épocas pasadas?

-Sí, claro. Ahora se están recuperando, más tranquilos, porque ellos saben de mi comportamiento, porque hay una formación que viene de la casa, y mucho de lo que yo hago tiene que ver con esa forma o lógica de enseñanza en el mundo mapuche. Pero incomodó que se hayan metido a la vivienda de esa manera. Por otro lado, veo la fortaleza de ellos. De alguna forma, lo que pasó revive un poco historias que contaba mi mamá, de desalojos, de situaciones violentas... Es algo por lo que pasaron las generaciones de nuestros padres y abuelos, situaciones que, si uno se pone a pensar, no son muy diferentes de lo que sucede en la actualidad. El contexto histórico hace que, lamentablemente, se repitan ciclos, pero existe nuestro desafío, y también el de la sociedad en general, que tiene que involucrarse de manera positiva en esta situación, para cambiar un poco la historia.

Fuente: El Cordillerano