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Arrancó el juicio por el asesinato de Elías Garay en Cuesta del Ternero

Los defensores Luciano Magaldi y Ernesto Saavedra abrieron su participación en el juicio contra Diego Ravasio y Martín Feilberg, con un pedido preliminar en el que solicitaron que se anule la convocatoria a juicio hasta tanto se produzca la realización de la reconstrucción del hecho y hasta que se resuelvan diversos recursos de apelación que todavía están en trámite.

Nelson Vigueras, defensor oficial de Ravasio, acompañó en todo el pedido de los letrados Saavedra y Magaldi.

La fiscala Betiana Cendón se opuso a los planteos defensivos realizados ante los jueces Gregor Joos, Marcos Burgos y Bernardo Campana, y remarcó que hasta el momento se realizaron en el caso una treintena de audiencias y que la defensa buscaba demorar el inicio del juicio con planteos ya realizados. Idéntico criterio adoptó la querella a cargo de Andrea Raile y Ezequiel Palavecino.

Los jueces decretaron un cuarto intermedio para dirimir la situación planteada y tras dos horas de análisis, reuniones y negociaciones, rechazaron gran parte de las peticiones, pero autorizaron la realización de la reconstrucción del hecho, el día lunes 28 de noviembre.

Los dos llegaron a esta instancia como acusados de haber ultimado a Elías Garay y haber lesionado a Gonzalo Cabrera al disparar con un arma de fuego larga, en el interior del predio que disputa la comunidad Quemquemtreu con un privado.

De acuerdo a la tesis acusatoria, el hecho ocurrió cuando los imputados ingresaron al predio en conflicto ocupado por la comunidad mapuche Quemquemtreu.

Ravasio llevaba un arma de fuego cargada, una carabina calibre 22, cuando se encontraron con miembros de la comunidad y tras un intercambio de palabras, efectuó tres disparos. Dos impactaron en Gonzalo Cabrera; el restante, en Elías Garay. El tiro le ocasionó una herida que le perforó el tórax, una hemorragia interna y un shock hipovolémico. Tras ello, los dos imputados escaparon corriendo y abordaron un vehículo Fiat Duna que estaba afuera de la tranquera del predio. Todo ocurrió el 21 de noviembre pasado.

"La ocupación generaba perjuicios económicos graves y ese fue el móvil del crimen"

Para la fiscalía y la querella, la ocupación de tierras en Cuesta del Ternero por parte de la lof Quemquemtreu generaba perjuicios económicos graves para Diego Ravasio y Martín Feilberg, quienes tenían un contrato para desarrollar labores forestales en el predio que explotaba Rolando Rocco.

Por ello fue que según la acusación, se pusieron de acuerdo para acudir armados al predio en conflicto y argumentaron que llevaban un arma para cazar liebres.

Además, según citó Cendón, entre las constancias del expediente, había una expresión de Ravasio ante las autoridades policiales en la que advirtió que si el conflicto no era resuelto por el Estado, contratataría cuatro tipos que entren a los balazos.

Así fue como, según la Fiscalía, se produjo el homicidio de Elías Garay, de 29 años, y el intento de asesinato de Gonzalo Cabrera, de 26.

Por el lado de la defensa, la acusación contra Feilberg resultó un recorte parcial y arbitrario de los hechos.

La querella y la defensa de Ravasio no se extendieron demasiado en su alegato de apertura, aunque al igual que las otras dos partes mencionadas, advirtieron que durante el desarrollo del juicio demostrarán su teoría del caso.

Superada la instancia de alegatos de apertura de juicio, fue convocado el primero de los testigos que pasarán frente al tribunal y el único de la primera jornada de juicio. Fue Manuel López Baquero, empleado de la fiscalía desde hace más de una década.

Relató un procedimiento en el que tomó parte, luego del homicidio de Elías Garay. Dijo que se presentó junto al fiscal jefe Martín Lozada y un equipo del Gabinete de Criminalística y de la fuerza especial COER al día siguiente del hecho investigado.

Narró que en el predio en cuestión se vivieron momentos de tensión que incluso derivó en escenas violentas en que las piedras volaron hacia ellos. La intención era montar el procedimiento y tomar las evidencias necesarias de parte de Criminalística, pero nada se pudo concretar.

"Hicieron una especie de ceremonia religiosa", explicó y añadió que "el cadáver venía cubierto de ramas y hojas", en una camilla improvisada también con maderas del lugar.

Luego de los momentos de tensión, en los que sintió riesgo de sufrir lesiones o incluso la muerte, según el testigo solamente se permitió el ingreso al lugar de la camioneta que levantó el cuerpo para su posterior traslado y autopsia.

Fuente: El Cordillerano