Petróleo

Un 13 de diciembre melancólico: que hará Comodoro ahora que Vaca Muerta es la Capital del Petróleo

El 13 de diciembre se va transformando en un festejo cada vez más simbólico para Comodoro Rivadavia y Chubut. El eje de sustentación real y el polo energético argentino se han desplazado a la nueva "capital nacional del petróleo" ahora reubicada en Vaca Muerta, dentro de la Cuenca Neuquina. Simbólicamente seguirá pesando que Comodoro haya sido el lugar donde se descubrió el petróleo en 1907, pero en realidad la capital nacional del petróleo, en la práctica, se mudó a Neuquén.

Las recordaciones, placas conmemorativas y actos principales probablemente se sigan realizando legítimamente donde se descubrió el oro negro hace 115 años; pero el epicentro productivo de la Argentina hoy en día se desplazó hacia Vaca Muerta.

Este 13 de diciembre es diferente a todos los anteriores, inclusive a los peores donde la crisis del precio del crudo, la baja de la actividad y el desempleo petrolero golpeaban por todos los costados.

Quizás este melancólico momento histórico, del que posiblemente la mayoría no tome todavía real dimensión, es sólo comparable al 13 de diciembre de 1992; cuando se privatizó la YPF estatal. Con el paso de los años Comodoro logró salir de ese nefasto momento; no en mejores condiciones, pero salió.

Aquellos recuerdos sin nada para festejar mantenían viva la llama de que Comodoro Rivadavia debía seguir siendo el centro de la explotación petrolera nacional. Todos sabían que tarde o temprano el precio del barril se recuperaría y volvería, más allá de sus ritmos, la actividad petrolera que tracciona al conjunto de la economía local y provincial.

Este nuevo Día del Petróleo puede seguir impresionando como un espejismo de lo que fue, pero no se toma real dimensión de lo que implica la situación actual, donde pesa y el sabor amargo de ya no ser. Una nueva crisis de largo plazo proyecta su sombra sobre la provincia.

Ver el artículo Crisis petrolera inminente: Chubut pierde todo liderazgo mientras YPF siembra subsidios en Neuquén

Las inversiones de las operadoras, los subsidios del Estado nacional, las inversiones en infraestructura petrolera, los niveles de producción explotados y las exportaciones creciendo a ritmos acelerados tienen hoy su foco en Vaca Muerta.

Los elevados precios internacionales hicieron que finalmente el fracking para la explotación de los hidrocarburos no convencionales despegue y ponga Neuquénal frente del panorama petrolero y gasífero del país.

La Cuenca Neuquina es el nuevo epicentro hidrocarburífero de la Argentina. Desplazó a los codazos y con reglas poco equitativas a los maduros yacimientos de Comodoro Rivadavia, Chubut y la Cuenca del Golfo San Jorge.

Ver el artículo Los vientos soplan para Neuquén: Chubut recibirá solo 14% de lo que YPF invertirá en Vaca Muerta

Después de la disparada de los precios del crudo que comenzó en 2011 y se extendió hasta 2014, rondando entre 111 dólares por barril y 99 dólares, el kirchnerismo encabezado por Cristina en su segundo mandato intentó darle vuelo a Vaca Muerta y quiso aprovechar ese impulso en 2012 con la nacionalización parcial de la YPF cortando la era Repsol.

Ese intento no funcionó hace una década atrás y cuando los precios del crudo volvieron a descender el proyecto de despegue de Vaca Muerta se frustró, quedó estancando y agazapado hasta que aparecieran las condiciones óptimas.

Qué hicieron la Cuenca del Golfo San Jorge, Chubut y Comodoro Rivadavia a lo largo de toda una década en que siguieron tuvieron la sartén por el mango? Nada significativo, es la respuesta. Todo siguió igual que siempre, nadie pensó en qué hacer si los precios internacionales volvían a subir y las inversiones se desplazaban hacia Vaca Muerta nuevamente.

Ver el artículo Nación apuesta todo a Vaca Muerta y Chubut se encamina hacia una fuerte crisis petrolera sin plan B

Pasaron 10 años en los que se durmió sobre los laureles. Mientras se jugaba con la historia de que el petróleo se había descubierto en Comodoro y la Cuenca seguía siendo el epicentro productivo del país, los yacimientos gasíferos de Loma de La Lata eran los únicos que disputaban un espacio que jamás se había ocupado de este lado de la Patagonia.

Tras la salida de los peores momentos del Covid y con la irrupción de la guerra entre Rusia y Ucrania los precios del crudo se volvieron a disparar. La posibilidad de habilitar la explotación de Vaca Muerta se hizo nuevamente una posibilidad concreta, porque sus costos operativos son más altos. Y con algunos bases que se habían puesto en 2012, Vaca Muerta finalmente despegó como un cohete espacial.

Los no convencionales neuquinos hoy son la vedette para las petroleras, el Estado nacional y los capitales extranjeros que ven en Vaca Muerta la posibilidad de encontrar un nuevo refugio petrolero que les permita independizarse de las presiones de los productores hidrocarburíferos de Medio Oriente o Rusia.

Ver el artículo Obsesionados por Vaca Muerta: ajustan subsidios energéticos a los usuarios, pero aumentan para las petroleras

La guerra en Ucrania ha facilitado esta nueva realidad petrolera en el país, y -aunque falta mucho desarrollo en infraestructura para la producción, el almacenamiento y la exportación-Vaca Muerta ya triplica el crudo extraído en la CGSJ. Hace 10 años sólo la duplicaba y a este ritmo, mientras los precios se sostengan relativamente altos, la perspectiva es que los yacimientos maduros chubutenses se conviertan prácticamente en marginales.

Ver el artículo Por qué Chubut puede beneficiarse con el conflicto de Ucrania: ¿Arcioni logrará presionar a las petroleras?

Sólo habría una posibilidad, siguiendo la lógica extractivista y la voracidad económica imperante, de sumarse a la oleada que domina el panorama petrolero en el país.

La CGSJ debería abrirse a los no convencionales y poner en marcha con el fracking la famosa formación D-129, para de esa manera anexar los no convencionales chubutenses a la vorágine de sacar todo cuanto antes porque cuando bajen los precios las oportunidades irán a parar a la columna de las pérdidas.

Ver el artículo ¿Se viene el fracking en Chubut?: lo que promete la formación D-129 y el debate por las regalías petroleras

Hacerlo no dejaría de provocar altísimos costos. De todos modos no alcanzaría para que Comodoro y Chubut se reubiquen a la par de Vaca Muerta. Por ahora es tan solo una posibilidad no tan experimentada como sucede en Neuquén.

Esos costos ya son conocidos por Comodoro Rivadavia tras más de un siglo de explotación petrolera, pero lo que hay enfrente en una multiplicación exponencial de esos perjuicios ya pagados en largos plazos.

Para intentar emular a Vaca Muerta con la D-129 habrá que hacerse amigo de los sismos constantes como los sufre la localidad neuquina de Añelo, donde además no cede la pobreza y la desocupación se mueve al ritmo del fracking. Habrá asumir que en la región habrá muchísima menos agua de la que ya falta en la Cuenca del Senguer -no hay que olvidar que el fracking funciona esencialmente con la inyección de agua a alta presión-; y las muertes de obreros en los yacimientos petroleros se harían moneda corriente porque la super explotación y productividad extrema son pieza clave para que la relación costo, producción y beneficio hagan viable la extracción de no convencionales.

La lógica del fracking es prima hermana de la explotación convencional, pero tiene un correlato en la productividad extrema para que el aprovechamiento de los altos precios internacionales.

Todo debe hacerse más rápido y de manera más eficiente para el mercado, porque la idea es aprovechar la ventana que se abre con los precios elevados y que nunca se sabe a ciencia cierta cuando se va a cerrar. Cuando la ventana de precios altos se cierra toda la actividad se reduce a su mínima expresión.

Así funciona en los Estados Unidos con sus cuencas no convencionales que se vienen aprovechando desde hace por lo menos un par de décadas. El fracking allí se abre y se cierra en función de los precios, pero la gran diferencia es que Estados Unidos tiene la capacidad de almacenamiento para autoabastecerse y convertirse en exportador mundial al mismo tiempo.

Ver el artículo Qué es la Cuenca Pérmica, el remoto lugar de Estados Unidos que vive un nuevo boom con la explosión de los precios del petróleo

Argentina en ese espejo se ve escuálida por ahora y recién está en marcha la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. No hay todavía un

puerto de Gas Natural Licuado donde condensar y exportar el gas no convencional de manera significativa a nivel mundial.

Además, el esquema laboral que necesitan los no convencionales para nada se asemejan a los existentes en el país. Las adendas de flexibilización laboral se acercan a lo deseado por las compañías que disputan el fracking, pero no se igualan con las existentes en Estados Unidos; donde la mayoría de los obreros petroleros trabajan a plazo y son golondrinas por temporadas y yacimientos.

Por eso el proyecto de Vaca Muerta como constante y a largo plazo es extremadamente relativo, ni hablar del vinculado a la D-129 que está todavía más en pañales pero que tiene algunas aristas más desarrolladas para el transporte, almacenamiento y exportación de hidrocarburos. Claro está, en una dimensión mucho más pequeña de la que se necesitaría.

A estos aspectos complejos en el ámbito local y nacional se le deben sumar otros dos aspectos muy relevantes a tener en cuenta: el de la contaminación explosivamente mayor por las emisiones de metano que genera el fracking y por la expansión de hidrocarburos en las napas subterráneas de agua. También se suma la extensión desproporcionada de la infraestructura social necesaria para soportar una andanada de empleos a generarse en el petróleo y sus actividades conexas.

Comodoro, Chubut e inclusive el norte de Santa Cruz podrían estar en condiciones relativamente adecuadas para el inicio de estas actividades hiper extractivistas, aunque sus costos sociales, ambientales y económicos a largo plazo son mucho más intensos y complejos de los que ya posee la CGSJ tras un siglo de pasivo ambiental dejado por la explotación petrolera.

El futuro llegó hace rato, pero Comodoro y Chubut sólo parecen estar preparadas para festejar un lánguido 13 de diciembre que se parece cada vez más a una simbología para historiadores que una realidad expansiva para la otrora verdadera capital nacional del petróleo.

Manotear el fracking de la D-129 puede transformarse en una opción facilista y simplista para seguir zafando y hacer frente a los enormes vencimientos de deuda en dólares que se aproximan a partir del año que viene. Al mismo tiempo sería como cavar la propia fosa de la provincia mientras se subsiste en un mar de incertidumbres.

El desafío es muy complejo y necesita de fuertes definiciones, a las que la clase dirigente actual -de la provincia y del resto de la Cuenca- no parece estar en condiciones de elaborar, meditar, negociar y concretar en pos de un futuro que se impone por la fuerza de los hechos y ya no entiende de festejos alegóricos.