Minería

Entre las balas y el cerro en Andalgalá

Policías dispararon repetidas veces contra vecinxs que se encontraban registrando, este jueves, el paso de máquinas, insumos y operarios hacia el yacimiento Agua Rica, en Minas Capillitas. Dos defensores del agua fueron heridos.

Comunicado publicado por las redes sociales de Asamblea El Algarrobo en Andalgalá:

Al mando del comisario general de la Regional N° 4,Dimas Eduardo Ferreyra, se encontraban menos de una decena de policías, pero luego de la balacera -fueron cerca de 10 disparos-, se sumaron unos 30 uniformados más: encapuchados y con escudos antitumultos. ¿Para qué? Para proteger las máquinas que continúan perforando ilegalmente el cerro y privando de agua a lxs pobladores de Choya, y atemorizar a mujeres y hombres desarmadxs, que sólo están defendiendo sus derechos humanos básicos.

Luego de los disparos, los policías inspeccionaron la zona y recogieron cartuchos para no dejar evidencia de la cantidad de disparos. Además, había hombres sin uniforme -quizás personal de seguridad privada- realizando tareas de vigilancia, en otro acto persecutorio contra lxs vecinxs.

Luego del ataque policial, algunxs vecinxs huyeron al cerro para protegerse de las judicializaciones que en Andalgalá se volvieron moneda corriente, como una muestra clara del desprecio por el Acuerdo de Escazú y tantos derechos pisoteados por el Gobierno de Raúl Jalil. Por esta misma razón, las personas heridas no acudieron al hospital ni realizarán la denuncia: aquí los heridxs y reprimidxs no son escuchados: sólo se los identifica para abrir causas en su contra.

Esta es una prueba más del Estado represor que gobierna Catamarca, de que no exageramos cuando hablamos de Dictadura Minera, de que nuestros funcionarixs son empleadxs del proyecto MARA y que el pueblo está desprotegido.

Esperamos acciones concretas del intendente Eduardo Córdoba y lxs concejales: ante estos hechos de violencia y el quiebre de la paz social NO pueden seguir mirando para otro lado.

Está en juego nuestra agua, nuestra vida. Aquí, en las calles, se juega la verdadera final.