Petróleo

Masculinidad al palo en Vaca Muerta: "Los trabajadores que produjeron esa violencia no son monstruos"

El doctor en antropología social por la UBA, Hernán Palermo, analizó el contexto en el que se cometen este tipo de actos de exaltación de la masculinidad. En relación al caso, valoró la importancia de que el operario haya presentado una denuncia judicial.

Por Laura Loncopan Berti

Ser varón es tener aguante. Esta premisa se incorpora desde la niñez. Cuando un cumpleañero por ejemplo recibe una "manteada", afortunadamente ya en desuso, lo que se pone a prueba es cuán resistente es a los golpes. Si no te la bancas "sos un maricón", "una nena". Nada más despreciable que ser o parecer femenino. A medida que una persona crece y participa del mundo laboral, sindical, deportivo, político, esta noción se afianza.

Hernán Palermo es investigador del CEIL- Conicet, doctor en antropología social por la Universidad de Buenos Aires, y autor del libro «La producción de la masculinidad en el trabajo petrolero».

En diálogo con RÍO NEGRO explicó, a propósito del abuso sexual ocurrido en Neuquén como «rito de iniciación» de un ingresante a una empresa petrolera, que esto se condice con un tipo de empleo que promueve la «exhaltación de la masculinidad».

«En primer lugar es armónico con los procesos productivos. El ámbito del trabajo del petróleo, que es al aire libre, con las inclemencias del tiempo, un trabajo peligroso, con las experiencias de accidentes, inclusos experiencias cercanas de muerte de compañeros, pondera «el aguante». Se necesita trabajadores que resistan«, afirmó.

Estas prácticas de «derecho de piso» o de «fogueo», que como en este caso incluyen en el repertorio la violencia sexual, obedecen a la misma lógica. De hecho quienes ejercieron los ataques también los han sufrido.

Palermo aseguró entonces que los trabajadores que «produjeron esa violencia no son monstruos», sino que actuaron bajo las condiciones que imperan allí, lo que se espera de ellos, ya que ni sus supervisores detuvieron la situación. Si una persona con jerarquía no interviene, legitima. No frenar es habilitar.

«No son unos locos que fueron y cometieron un acto de violencia, hay toda una racionalidad instrumental, podríamos decir, que se articula en ese tipo de actos de violencia que tiene que ver con la formación de la masculinidad en nuestras sociedades, y que tienen que ver con los imperativos de esa disciplina de trabajo con esos turnos rotativos de trabajo en los que se pasan 14 o 21 días en ámbitos alejados de sus familias. Hay todo un proceso que analizar, más allá del acto mismo de la violencia», agregó.

Valoró que este operario se haya presentado ante la fiscalía. «Denunciar esto para un varón es muy denigrante, en términos de la producción de la masculinidad, hay que tener mucho coraje, por que en general esto no se denuncia, esto queda en un secreto a voces«, resaltó.

Señaló que hay un "cúmulo de responsabilidades" que no se agotan en la investigación de un delito. Hay que hacer algo más que cuestionar lo sucedido. Tanto las empresas como los sindicatos deben tomarse, subrayó, "estas situaciones en serio" tienen que "producir ámbitos de formación y de problematización de esto".

Dijo que incluso las compañías al momento de contratar trabajadores o de evaluar su desempeño, además de analizar los saberes técnicos-profesionales, también consideran estas aptitudes «no escritas».

El profesional planteó que hay otras áreas que deben ser abordadas vinculadas al mundo petrolero, como el riesgo para la vida que conllevan algunas labores, el consumo problemático de sustancias como el alcohol, el regresar de los turnos a sus casas y no saber qué hacer porque se sienten «sapo de otro pozo», y las dificultades para ejercer paternidades plenas. «Son un conjunto de dimensiones que hay que abordar para debatir masculinidades no violentas», mencionó Palermo.

Fuente: Río Negro