Impunidad: siguen sueltos los rugbiers que asesinaron a estudiante de Derecho en Villa GesellPor Silvia Caballero
En 2006, otros rugbiers con padres influyentes, mataron a otro estudiante de derecho, Ariel Malvino, quien tenía 21 años, por querer detener una escena de violencia. Ariel no quería pelear con ellos, por el contrario, retrocedía por las patadas que lanzaba Carlos Andrés Gallino Yanzi. Entonces, Pozo le pegó una trompada desde atrás que lo dejó inconsciente y cuando cayó , se fracturó la parte posterior del cráneo.
Como si todo eso no fuera suficiente y estando Ariel en el piso, inerme y con convulsiones -pero aún con vida-, Eduardo Braun Billinghurst tomó le arrojó una piedra de diecisiete kilos a la altura del estómago.
Los rugbiers se fueron corriendo y Malvino murió.
Después de catorce años, los asesinos siguen sueltos: Eduardo Braun Billinghurst (35), Horacio Pozo (36) y Carlos Andrés Gallino Yanzi (40), a los que llaman "los hijos del poder", ni siquiera fueron llevados a juicio y siguieron con sus vidas. Se casaron, formaron sus familias y tienen sus trabajos y la van de personas respetables e impecables.
Como los rugbiers asesinos de Villa Gesell ellos también huyeron del lugar, aunque -a diferencia de estas once bestias-, se cambiaron de posada, se cambiaron de balneario y siguieron con sus vacaciones antes de volver a su Corrientes porá para que sus padres influyentes los hicieran zafar.
Hasta el día de hoy, zafaron.
Esperemos que lo que ocurrió en Villa Gesell sirva para que en este caso, después de tantos años, se haga justicia.
El lugar de las bestias feroces, es tras las rejas.
Por Silvia Caballero
En 2006, otros rugbiers con padres influyentes, mataron a otro estudiante de derecho, Ariel Malvino, quien tenía 21 años, por querer detener una escena de violencia. Ariel no quería pelear con ellos, por el contrario, retrocedía por las patadas que lanzaba Carlos Andrés Gallino Yanzi. Entonces, Pozo le pegó una trompada desde atrás que lo dejó inconsciente y cuando cayó , se fracturó la parte posterior del cráneo.
Como si todo eso no fuera suficiente y estando Ariel en el piso, inerme y con convulsiones -pero aún con vida-, Eduardo Braun Billinghurst tomó le arrojó una piedra de diecisiete kilos a la altura del estómago.
Los rugbiers se fueron corriendo y Malvino murió.
Después de catorce años, los asesinos siguen sueltos: Eduardo Braun Billinghurst (35), Horacio Pozo (36) y Carlos Andrés Gallino Yanzi (40), a los que llaman "los hijos del poder", ni siquiera fueron llevados a juicio y siguieron con sus vidas. Se casaron, formaron sus familias y tienen sus trabajos y la van de personas respetables e impecables.
Como los rugbiers asesinos de Villa Gesell ellos también huyeron del lugar, aunque -a diferencia de estas once bestias-, se cambiaron de posada, se cambiaron de balneario y siguieron con sus vacaciones antes de volver a su Corrientes porá para que sus padres influyentes los hicieran zafar.
Hasta el día de hoy, zafaron.
Esperemos que lo que ocurrió en Villa Gesell sirva para que en este caso, después de tantos años, se haga justicia.
El lugar de las bestias feroces, es tras las rejas.
