Bermejo: "El Censo de 2010 nunca se hizo y algunos intendentes pretenden tener poblaciones gigantescas"Entrevista de Marcelo García.
"Tenemos una tradición de políticos que quieren modificar los resultados de los Censos; y la idea de algunos intendentes de querer tener poblaciones gigantescas me parece alocada", remarcó el sociólogo Alejandro Bermejo. "Hay que saber que las partidas de Coparticipación no se van a modificar por un resultado censal, puede influir, pero no se modifican", agregó. Para Bermejo -sociólogo, profesor e investigador universitario de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Sociológica de la República Argentina- la clave de las distorsiones surge en el censo de 2010, que en realidad no se realizó. "Ese Censo no se hizo porque se cortó a las 10 de la mañana cuando murió Néstor Kirchner; luego proyectaron los datos del Censo anterior y se metió mano en la provincia de Buenos Aires, aumentando la cantidad de población", explicó.
- ¿Qué opina sobre las polémicas que se generaron sobre el Censo 2022?
- Primero hay que decir que el Censo es fundamental para el análisis de un país. Los argentinos tuvimos nuestro primer Censo en 1869, durante presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y quizás haya sido uno de los gobiernos más progresistas de la historia argentina. Los Censos no fueron muy frecuentes hasta que en 1968 se creó el INDEC como lo conocemos ahora, en tiempos de Juan Carlos Onganía, estableciendo que se debían hacer cada diez años para saber como se iban conformando las corrientes migratorias internas y externas. En Censo de 1970 fue el último que dio una mayoría de población rural en la Argentina. Respecto de los números los problemas graves surgen de dos causas: los políticos opinando de los números y la incidencia política del Censo del 2010. No debemos olvidarnos que ni los militares se animaron a anular el INDEC como lo hizo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cuando lo intervino en el 2007 y se despidió a todas las figuras de cada departamento, despidiendo a Cristina Bevacqua que estaba a cargo de la medición del Índice de Precios al Consumidor. El único gobierno que se animó a hacer una cosa tan grosera fue la dictadura de Jorge Rafael Videla, cuando Martínez de Hoz exigió que se sacara el precio de la carne porque estaba subiendo mucho y trataba de evitar que hubiera suba de la inflación.
- ¿Esa intervención del kirchnerismo rompió la secuencia de los datos de la serie histórica de las estadísticas?
- Ahí se rompió todo. Los países de la región y los europeos respetaban los datos del INDEC por su seriedad y objetividad, pero con Guillermo Moreno se destruyó eso y desapareció la verdad estadística en la Argentina. En el gobierno de Mauricio Macri se intentó reestablecer el INDEC aunque nosotros le hicimos algunas críticas sobre temas técnicos con los que no estábamos de acuerdo, inclusive con el Censo.
- ¿Qué sucedió con el Censo del 2010?
- Ese Censo no se hizo, porque metodológicamente fue un error, con una planilla completa que servía para medir la pobreza estructural por vivienda que se mida cada diez años; mientras que la pobreza económica se mide con la Encuesta Permanente de Hogares que se efectúa cada seis meses. Ese Censo no se hizo porque se cortó a las 10 de la mañana cuando murió Néstor Kirchner y gran parte de los censistas se auto declararon en duelo nacional y no continuaron con el Censo.
- ¿Y entonces cómo se obtuvieron los datos de ese Censo?
- Se proyectaron los datos del Censo anterior y se metió mano en la provincia de Buenos Aires, aumentando la cantidad de población.
- ¿Para qué se modificó?
- Para influir en la distribución de fondos de la Coparticipación Federal de Impuestos, que se basa porcentualmente en la cantidad de población.
- ¿Y el Censo 2022?
- Este se hizo bastante bien, pese a algunas críticas que efectuamos sobre lo confuso del formulario, el auto censo y otros temas vinculados a la discapacidad.
- ¿Si el último Censo estuvo bien hecho, por qué serían cuestionables los números obtenidos?
- No son cuestionables, solo son cuestionados por los políticos que creen y proyectan sobre los datos del Censo anterior que no se hizo.
- ¿Los datos actuales son los certeros, más allá de los números del Censo 2010?
- Exactamente. Lo que pasa es que los políticos están acostumbrados a proyectar el crecimiento intercensal y aplican eso a cada Censo, pero en estadística se llama aumentar el sesgo de error y se alejan de la medición correcta. El Censo de 2010 hay que sacárselo de la cabeza porque no se hizo.
- ¿Los reclamos que por ejemplo hacen los intendentes de Puerto Madryn, Gaiman y Sarmiento, son equivocados por tomar como punto de partida el Censo 2010?
- Exactamente.
- ¿No son bajos los números poblacionales que arrojó el Censo?
- No, para nada. La idea de algunos intendentes de querer tener poblaciones gigantescas me parece alocada.
- ¿Puede que exista una movilidad poblacional interna importante entre Censos, especialmente en ciudades petroleras con importante migración?
- No creo que sea así, no es tanta la gente. Hay que tratar de entender que el Censo es una herramienta para el gobierno y también para la población. Hay que dejar de lado lo que nosotros queremos que sea y lo que verdaderamente es. Tenemos una tradición de políticos que quieren modificar los resultados de los Censos, como sucedió por ejemplo en Comodoro Rivadavia durante 1991, cuando la presidenta del Consejo Deliberante de ese momento decía que estaba mal efectuado y determinó hacer un Censo municipal que terminó siendo un fracaso. Algo similar sucedió cuando estaba (Néstor) Di Pierro como intendente y tampoco se pudo efectuar, porque hacer un Censo es muy difícil, pero en definitiva hay que saber que las partidas de Coparticipación no se van a modificar por un resultado censal, puedo influir, pero de hecho no se modifican.
- ¿Para usted todas estas críticas a los resultados del Censo tienen que ver con la Coparticipación?
- Tienen que ver con las expectativas que tienen los políticos de poder conseguir más fondos a través del crecimiento poblacional, pero si quieren saber cuánta población deben consultar los padrones electorales que se actualizan cada dos años y son coincidentes con los números del Censo.
Entrevista de Marcelo García.
"Tenemos una tradición de políticos que quieren modificar los resultados de los Censos; y la idea de algunos intendentes de querer tener poblaciones gigantescas me parece alocada", remarcó el sociólogo Alejandro Bermejo. "Hay que saber que las partidas de Coparticipación no se van a modificar por un resultado censal, puede influir, pero no se modifican", agregó. Para Bermejo -sociólogo, profesor e investigador universitario de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Sociológica de la República Argentina- la clave de las distorsiones surge en el censo de 2010, que en realidad no se realizó. "Ese Censo no se hizo porque se cortó a las 10 de la mañana cuando murió Néstor Kirchner; luego proyectaron los datos del Censo anterior y se metió mano en la provincia de Buenos Aires, aumentando la cantidad de población", explicó.
- ¿Qué opina sobre las polémicas que se generaron sobre el Censo 2022?
- Primero hay que decir que el Censo es fundamental para el análisis de un país. Los argentinos tuvimos nuestro primer Censo en 1869, durante presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y quizás haya sido uno de los gobiernos más progresistas de la historia argentina. Los Censos no fueron muy frecuentes hasta que en 1968 se creó el INDEC como lo conocemos ahora, en tiempos de Juan Carlos Onganía, estableciendo que se debían hacer cada diez años para saber como se iban conformando las corrientes migratorias internas y externas. En Censo de 1970 fue el último que dio una mayoría de población rural en la Argentina. Respecto de los números los problemas graves surgen de dos causas: los políticos opinando de los números y la incidencia política del Censo del 2010. No debemos olvidarnos que ni los militares se animaron a anular el INDEC como lo hizo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cuando lo intervino en el 2007 y se despidió a todas las figuras de cada departamento, despidiendo a Cristina Bevacqua que estaba a cargo de la medición del Índice de Precios al Consumidor. El único gobierno que se animó a hacer una cosa tan grosera fue la dictadura de Jorge Rafael Videla, cuando Martínez de Hoz exigió que se sacara el precio de la carne porque estaba subiendo mucho y trataba de evitar que hubiera suba de la inflación.
- ¿Esa intervención del kirchnerismo rompió la secuencia de los datos de la serie histórica de las estadísticas?
- Ahí se rompió todo. Los países de la región y los europeos respetaban los datos del INDEC por su seriedad y objetividad, pero con Guillermo Moreno se destruyó eso y desapareció la verdad estadística en la Argentina. En el gobierno de Mauricio Macri se intentó reestablecer el INDEC aunque nosotros le hicimos algunas críticas sobre temas técnicos con los que no estábamos de acuerdo, inclusive con el Censo.
- ¿Qué sucedió con el Censo del 2010?
- Ese Censo no se hizo, porque metodológicamente fue un error, con una planilla completa que servía para medir la pobreza estructural por vivienda que se mida cada diez años; mientras que la pobreza económica se mide con la Encuesta Permanente de Hogares que se efectúa cada seis meses. Ese Censo no se hizo porque se cortó a las 10 de la mañana cuando murió Néstor Kirchner y gran parte de los censistas se auto declararon en duelo nacional y no continuaron con el Censo.
- ¿Y entonces cómo se obtuvieron los datos de ese Censo?
- Se proyectaron los datos del Censo anterior y se metió mano en la provincia de Buenos Aires, aumentando la cantidad de población.
- ¿Para qué se modificó?
- Para influir en la distribución de fondos de la Coparticipación Federal de Impuestos, que se basa porcentualmente en la cantidad de población.
- ¿Y el Censo 2022?
- Este se hizo bastante bien, pese a algunas críticas que efectuamos sobre lo confuso del formulario, el auto censo y otros temas vinculados a la discapacidad.
- ¿Si el último Censo estuvo bien hecho, por qué serían cuestionables los números obtenidos?
- No son cuestionables, solo son cuestionados por los políticos que creen y proyectan sobre los datos del Censo anterior que no se hizo.
- ¿Los datos actuales son los certeros, más allá de los números del Censo 2010?
- Exactamente. Lo que pasa es que los políticos están acostumbrados a proyectar el crecimiento intercensal y aplican eso a cada Censo, pero en estadística se llama aumentar el sesgo de error y se alejan de la medición correcta. El Censo de 2010 hay que sacárselo de la cabeza porque no se hizo.
- ¿Los reclamos que por ejemplo hacen los intendentes de Puerto Madryn, Gaiman y Sarmiento, son equivocados por tomar como punto de partida el Censo 2010?
- Exactamente.
- ¿No son bajos los números poblacionales que arrojó el Censo?
- No, para nada. La idea de algunos intendentes de querer tener poblaciones gigantescas me parece alocada.
- ¿Puede que exista una movilidad poblacional interna importante entre Censos, especialmente en ciudades petroleras con importante migración?
- No creo que sea así, no es tanta la gente. Hay que tratar de entender que el Censo es una herramienta para el gobierno y también para la población. Hay que dejar de lado lo que nosotros queremos que sea y lo que verdaderamente es. Tenemos una tradición de políticos que quieren modificar los resultados de los Censos, como sucedió por ejemplo en Comodoro Rivadavia durante 1991, cuando la presidenta del Consejo Deliberante de ese momento decía que estaba mal efectuado y determinó hacer un Censo municipal que terminó siendo un fracaso. Algo similar sucedió cuando estaba (Néstor) Di Pierro como intendente y tampoco se pudo efectuar, porque hacer un Censo es muy difícil, pero en definitiva hay que saber que las partidas de Coparticipación no se van a modificar por un resultado censal, puedo influir, pero de hecho no se modifican.
- ¿Para usted todas estas críticas a los resultados del Censo tienen que ver con la Coparticipación?
- Tienen que ver con las expectativas que tienen los políticos de poder conseguir más fondos a través del crecimiento poblacional, pero si quieren saber cuánta población deben consultar los padrones electorales que se actualizan cada dos años y son coincidentes con los números del Censo.
