El avión monomotor Van's RV-10, matrícula PP-ZRT de bandera brasileña partió el 6 de abril del año pasado desde el aeroclub de El Calafate con destino a Trelew junto a otras dos similares, pero se perdió el contacto en una zona marítima entre Puerto Visser y Comodoro Rivadavia. Una de las aeronaves que conformaba ese vuelo alcanzó a escuchar que el piloto del avión siniestrado habló de estar juntando mucho hielo sobre las alas. Ese dato fue central para trazar la hipótesis de "engelamiento" (el hielo que se deposita en el aparato hace perder su estabilidad) y caída al mar abierto, que terminó por cerrar la búsqueda semanas después.
La aeronave partió a las 10 de El Calafate, se les recomendó que hicieran una parada técnica en Puerto Deseado, ya que las condiciones climáticas al norte de Comodoro Rivadavia no eran óptimas para el vuelo. No obstante, el empresario Antonio Carlos de Castro Ramos de 67 años (dueño y conductor de la nave), el médico ginecólogo Jean Carlo Nercolini (61) y el abogado Mario Enrique Da Silva Pinho (64), decidieron continuar con el plan de vuelo. A las 17 horas de ese miércoles 6 de abril fue el último contacto que tuvo el avión con el aeroclub de Comodoro Rivadavia. A partir de allí se activaron los protocolos de búsqueda que incluyeron aeronaves privadas y de la Prefectura Naval Argentina, así como también por el mar.
El primer rango de búsqueda fue al norte de Comodoro Rivadavia (zona de Puerto Visser y Bahía Bustamante), aunque a los pocos días la información sobre la última activación de uno de los celulares de los pasajeros orientó la búsqueda a la zona ubicada frente al puerto comodorense.
No obstante, a los seis días de no encontrar nada en tierra y mar, la Empresa Argentina de Navegación Aérea S.E. (EANA) decidió suspender la búsqueda conjunta y a partir de allí sólo se estuvo alerta ante la aparición flotando en el mar o en las costas de algún elemento que perteneciera a la aeronave o a sus tripulantes. En su momento, el subsecretario de Protección Civil y Gestión del Riesgo del Chubut, José Mazzei, señaló a los medios que «lamentablemente hasta ahora no se encontró nada del avión, ni del fuselaje, ni tampoco se divisó flotando ningún elemento en las inmediaciones como para orientar la búsqueda». A su vez, el titular del Aeroclub de la localidad santacruceña de El Calafate, Freddy Vergnole, señaló que uno de los pilotos "alcanzó a escuchar al avión que comunicó que venía juntando mucho hielo y los aviones chicos no tienen sistemas para preverlo como los aviones grandes».
La aeronave siniestrada, momentos antes de partir desde el aeroclub de El Calafate.
La ENEA fue tajante en el comunicado oficial: "luego de seis jomadas de intensa búsqueda sin resultados positivos de la aeronave monomotor Van's RV-10, matrícula PP-ZRT de bandera brasileña, queda suspendida la coordinación nacional del operativo de búsqueda y salvamento. Ante la suspensión de la operación, el Subcentro SAR Comodoro Rivadavia se mantiene en estado de alerta".
En las últimas horas, el diario brasileño O´Globo recordó la tragedia e incluyó lo que fue un pedido expreso de la hija del piloto, realizado en esos días en que llegaron junto a otros familiares a Comodoro Rivadavia: "Por favor, no dejes de buscar hasta el miércoles, que será una semana. Esta es una petición de una hija. Hija de Gian Carlo Nercolini, es mi padre. Por favor", pidió la joven en un comentario en Twitter.
Antonio Carlos de Castro Ramos (derecha), Mario Enrique Da Silva Pinho (al lado) y Gian Carlo Nercolini (al fondo), los tres tripulantes brasileños desaparecidos, en una foto tomada antes de salir de El Calafate.
A un año de aquel siniestro, ningún rastro se tiene ni de la aeronave ni de los tripulantes, lo que aumenta el misterio pues es usual que con el tiempo sea el mar el que haga flotar o bien llegar a la costa algún elemento, señaló uno de los investigadores que participó de las búsquedas en abril de 2022.
Integrantes de los aeroclubes de la zona patagónica indicaron al medio brasileño en aquel momento que la hipótesis más firme es la que indica que la nave atravesó Comodoro Rivadavia y un poco más al norte observó los inconvenientes de depósito de nieve en las alas por lo que decidió volver al aeroclub de esa ciudad, sin poder hacerlo y caer al mar.
