Patagonia

La máquina de la pobreza: el "paraíso" de la Patagonia ya acumuló 380 mil pobres y 58 mil indigentes

Los últimos datos de pobreza que publicó el INDEC mostraron índices alarmantes para la Patagonia: en la región hay 380 mil pobres y 58 mil indigentes. Es rica en recursos naturales y gran proveedora de ingresos para la Nación, pero la miseria avanza sobre los hogares patagónicos y se convierte en estructural; quitándole posibilidades y sueños de futuro a cientos de miles de habitantes. Las largas décadas de explotación petrolera en Comodoro Rivadavia o Vaca Muerta en Neuquén y muchas otras actividades productivas centrales de la región nunca llegaron a derramar una mejor calidad de vida sobre una sociedad golpeada y olvidada por el poder central y la dirigencia política regional. Se transita un año electoral y lo único que parece no estar en discusión es la consolidación de la pobreza; y mucho menos las alternativas para salir de ella.

Cerca de 130 mil chubutenses están hundidos en la pobreza y entre ellos hay 27 mil que no llegan a comer todos los días. En toda la Patagonia hay poco más de 380 mil pobres y unos 58 mil indigentes. Los números tuvieron una escalada muy fuerte en la segunda mitad del año pasado y es de esperar que -con la inflación galopante y los salarios corriendo siempre por detrás- en 2023 sean aún peores.

Según los datos del INDEC, en los últimos seis años la cantidad de pobres en la región aumentó 61% y la de indigentes subió 77%. Trelew y Rawson sobresalen por el aumento de 319% de aquellos que cayeron en la indigencia, mientras que Ushuaia-Río Grande y Río Gallegos se disputan una triste supremacía como resultado de un aumento superior al 200% de la cantidad de personas empobrecidas.

Los principales centros productores de petróleo en el país, Comodoro Rivadavia y Neuquén, no escapan a las generales de las leyes del mercado empobrecedor. En Comodoro la cantidad de indigentes subió 146% durante los últimos seis años, pero en la supuestamente gloriosa Vaca Muerta neuquina -que desde hace diez años viene siendo impulsada por el Estado nacional y acapara la mayoría de las inversiones privadas- los pobres aumentaron 20% y los indigentes 30%; como denunció en campaña el recientemente elegido gobernador Rolando Figueroa.

Toda la región avanza otra vez hacia los peores indicadores de pobreza e indigencia que se registraron en los últimos años, especialmente durante el primer período de la pandemia de Covid. En algunos casos, como sucede en Trelew, ya se superó el nivel de pobres de la primera mitad de 2020.

Realidad mata relato: sin soluciones en tiempos electorales

Así de inequitativa, desigual e injusta se revela la Patagonia y sus ricas provincias repletas de recursos naturales que engordan los bolsillos empresarios y sustentan los ingresos y las ambiciones políticas de la dirigencia nacional.

Mientras se exhibe la rentabilidad de las grandes compañías y los dirigentes políticos habitan barrios privilegiados, en el fondo de la región hay miles de patagónicos sumergidos en la pobreza. Muchos de ellos a pesar de contar con trabajos que demandan largas jornadas laborales, que no consiguen llegar a fin de mes y ven cómo sus sueños de una vida mejor se destrozan contra el murallón de las inequidades y la falta de perspectivas.

Cada vez más se garantizan los intereses y las ganancias empresarias en pos de un supuesto desarrollo productivo que supuestamente debería derramar parte de esos beneficios sobre el conjunto de la sociedad, en especial sobre los más necesitados. La realidad del sistema ultra capitalista y extractivista a destajo muestra que el derrame no llegó y seguramente no llegará nunca en la proporción necesaria.

En tiempos de neoliberalismo caníbal, dolarización y ajuste del gasto público, las contradicciones del sistema se muestran como una fractura expuesta de problemas que parecen haber quedado sin solución gracias a una dirigencia que se contenta con salir sonriente en una foto y mostrar alguna "genialidad" semi adolescente en TikTok.

Este año es electoral y la piña va en cualquier dirección. Puede entrar como un cross de derecha o meterse como uppercut populista inesperado. Lo cierto es que en cualquiera de las dos vertientes -en una más aceleradamente y en la otra con algo de retraso- la pobreza sigue vigente y nuevas capas sociales se van sumando a la falta de oportunidades.

El hastío, la desesperanza y el cansancio para sobrevivir en lo cotidiano ya mostró sus primeros golpes en las elecciones anticipadas de Neuquén y Trelew, donde perdieron los oficialismos. Claro que ninguno de los analistas políticos incluyó las variables de la pobreza y la indigencia en sus interpretaciones de lo acontecido en las urnas.

Chubut y sus 130 mil pobres

El impacto de la pobreza y la indigencia tiene diferencias entre el norte y el sur de la provincia de Chubut, pero en ambos extremos se encienden las alarmas porque los indicadores son cada vez peores y reflejan a una preocupante realidad que va en aumento.

Trelew disputa los primeros lugares de la pobreza en todo el país y solamente es superada con holgura por el Gran Concordia (55,2%) y Gran Resistencia (54%). La ciudad valletana y la capital chubutense acumularon en el final de 2022 40,9% de pobres. Esa cantidad es aún mayor al 39,7% que se registró en la primera mitad del 2020 con la pandemia.

La indigencia también pegó un salto en dicho aglomerado urbano y llegó al 9,7%, superando al 8,3% del pandémico 2020.

En Comodoro Rivadavia y Rada Tilly la situación es menos asfixiante en cuanto a los porcentajes, pero no deja de ser alarmante.

Aunque la pobreza no alcanzó los niveles de 2020 subió a 27,2%; mientras que la indigencia sí creció notoriamente al 5% y casi igualó los altos márgenes alcanzados en tiempos de la pandemia.

Cuando los porcentajes se transfieren a cantidades se cuentan 128.288 pobres en la provincia, de los cuales 67.138 se ubican en Comodoro y 61.150 en Trelew, más allá de las diferencias cuantitativas de población existentes en ambos aglomerados.

Los indigentes totalizan 26.822 en Chubut, correspondiéndole 14.489 a Trelew y 12.333 a Comodoro.

Vaca Muerta y sus 120 mil pobres

El panorama en la super poderosa Neuquén no es mucho mejor de lo que sucede en el resto de la Patagonia, mucho más aún si se tiene en cuenta que desde hace diez años el Estado nacional viene impulsando con subsidios y muchísimas obras el desarrollo del extractivismo no convencional en Vaca Muerta.

Después de una década de impulsos kirchneristas, macristas y albertistas la provincia de Neuquén es el claro ejemplo del "no derrame" que se genera con actividades extractivas e intensivas que en definitiva no terminan resolviendo problemas estructurales de la población.

La pobreza neuquina llegó a finales del año pasado a 38,4% de la población, mientras que la indigencia atrapó en el fondo del tarro a 4,3% de los habitantes de la provincia.

Si bien es cierto que ambos indicadores bajaron respecto de los peores momentos de la pandemia, no menos real es que volvió a tomar una senda ascendente desde el final de 2021; mientras que la indigencia decreció, pero siguió por encima de los niveles de la prepandemia.

La magnitud traducida en personas de estos indicadores son llamativos para el corazón de las inversiones privadas y las aspiraciones exportadoras estatales.

Neuquén cuenta con 121.534 pobres y 13.670 indigentes, cantidades que revelaron incrementos del 20 y del 30% respectivamente.

De más está decir que el derrame no se produjo en las perforadas y temblorosas tierras de Vaca Muerta. Por el contrario, casi 40% de la población está hundida en la pobreza mientras los empresarios llenan sus cuentas bancarias con riquezas extraídas de las entrañas neuquinas.