Petróleo

Vaca Muerta: los cuellos de botella que condicionan el crecimiento en un año clave

Los desarrollos de shale de Vaca Muerta deberán sortear una serie de restricciones que amenazan su crecimiento. El panorama actual y las trabas que afectan a la industria en un año clave.

Por Matías Del Pozzi

Vaca Muerta demostró en el arranque de 2023 que todavía tiene aire para seguir empujando la producción y la actividad a nuevos récords. Sin embargo, este ritmo podría condicionarse por una serie de cuellos de botella. Las restricciones cambiarias, la falta de equipos, redes de transporte y de insumos básicos podrían mermar el ritmo de crecimiento, en un año clave para el shale.

Desde que inició el año, la producción de petróleo de Vaca Muerta alcanzó nuevas marcas históricas, mientras que la de gas se mantiene más de un 14% por encima de lo que se registró en los mismos meses del año pasado. La actividad de fracturas refleja esto de la manera más fiel y las etapas aumentaron un 36% interanual, a un nuevo récord, durante los primeros cuatro meses del año.

En diálogo con Radio con Vos, el country manager de NCS Multistage (empresa que monitorea el pulso en Vaca Muerta), Luciano Fucello, analizó los escollos a los que se enfrenta el shale y señaló: «Cuando uno ve el escenario de importaciones o macroeconómico, está muy difícil mantener la actividad actual, entonces tener un salto cuantitativo de productividad se torna muy complejo».

De todos los cuellos de botella a los que se enfrenta Vaca Muerta, el que primero se descomprimirá -al menos hasta fin de año- es del transporte de hidrocarburos.

Tanto el gas como el petróleo de la formación están a la espera de la inminente descompresión de la capacidad de líneas que unen la cuenca con los centros de consumo y exportación.

En el caso del shale oil, las empresas de Vaca Muerta hoy transportan cerca de 15.000 barriles de petróleo por día en camiones, producto de las restricciones en las redes.

Esta semana se firmó el primer contrato comercial entre Argentina y Chile para reactivar el Oleoducto Trasandino (Otasa), después de más de 17 años, y restablecer los envíos a partir de este mes. Esta línea despejará en la red de Oleoductos de Valle (Oldelval) una capacidad de transporte de hasta 41.000 barriles de petróleo por día.

Hacia finales de año, este caño se ampliaría a 70.000 barriles para llegar al año que viene a su plateau de 109.00 barriles por día. A esto hay que sumarle en 2024 la puesta en marcha del primer oleoducto del proyecto Duplicar de Oldelval, que permitirá el transporte de 125.000 barriles más.

Se espera que, de la mano de esta liberación de capacidad, algunas petroleras multinacionales que operan en la formación incrementen sus extracciones y antes la actividad.

En el segmento del gas hay un escenario similar que ayer quedó sellado con la última soldadura de la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner. A finales de junio, principios de julio, la línea estará operativa y permitirá a las empresas de Vaca Muerta aumentar la producción de gas en 11 MMm3/d inmediatamente, y hasta 22 MMm3/d desde el año próximo.

El caño podría usarse en su plenitud también durante el período estival y es que reemplazará un gran porcentaje líquidos que se queman en las centrales térmicas durante el verano. Teniendo en cuenta el declino característico de los pozos no convencionales, para mantener los rindes se deben perforar y fracturar pozos.

Todo lo descripto hasta acá se genera y se sostiene con más actividad. Trabajos que requieren de insumos, como también de equipos, de los cuales la mayoría se importan. Las redes se liberarán en el cortísimo plazo, sin embargo, hay otros factores un poco menos alentadores.

Vaca Muerta: las restricciones que mayor incertidumbre generan

La realidad económica del país les afecta de lleno a las empresas de servicios especiales, contratistas de las petroleras en Vaca Muerta. Sin bien no se registran mayores inconvenientes con el pago que sale desde las operadoras, se les queda el dinero que cobran en el país, ante la falta de divisas y restricciones cambiarias.

«Además de los cuellos de botella que hay en el transporte y equipos, particularmente lo que es la macroeconomía, hoy en día a Argentina se lo ve desde exterior como un agujero negro, donde la plata que se invierte, no se retira», señaló Fucello.

Y agregó: «Hoy la deuda del Gobierno con los importadores es de unos 15.000 millones de dólares. Quiere decir que si vos querés importar 1 dólar, entra a la cola de esos 15.000.

Este escenario se traduce en déficit de todo tipo de insumos, no necesariamente específicos de lo nos convencionales, sino más bien de insumos básicos y repuestos. Además del faltante de equipos, sí se planea aumentar la actividad para llenar la nueva capacidad de transporte, los insumos serán vitales.

«El impacto de los cuellos de botella se ven en la actividad. Vaca Muerta tiene un potencial de crecimiento enorme, pero se hace lento. En Estados Unidos se hacen cerca de 500.000 fracturas por año y, en toda la historia de Vaca Muerta, desde 2010 hasta hoy, se hicieron 50.000«, comparó Fucello.

Sobre este mismo tema, la confederación que nuclea a todos los gremios energéticos y afines del sector (Catheda), que preside el extitular de Petroleros Privados de la región, Guillermo Pereyra, se reunieron con los titulares de las carteras de Economía y Energía de Nación, Sergio Massa y Flavia Royón.

En el encuentro, Pereyra hizo especial énfasis en que se destrabe la importación de equipos destinados a la producción de hidrocarburos y derivados. Lo consideró un «tema central» para las empresas que operan en Vaca Muerta ya que «condiciona la actividad en los campos».

Vaca Muerta: «La actividad de empresas internacionales es mínima»

Todo este escenario que juega contra las proyecciones de Vaca Muerta tiene un impacto más importante en las empresas multinacionales que operan en la formación. En términos de fracturas, las que mayor cantidad de pozos completaron en el año son YPF, Vista, Tecpetrol y Pan American Energy.

«Cuando uno ve a las empresas internacionales hoy en día, la actividad es mínima, por ejemplo, Shell tuvo cero etapas en lo que va del año, ExxonMobil lo mismo«, indicó Fucello. La extranjera con mayor actividad este año fue la francesa TotalEnergies, que está quinta en el ranking.

A finales del año pasado, cuando las operadoras diseñaron sus planes de inversión para el 2023, se estimó que este año se iban a alcanzar las 17.000 etapas de fractura, un salto del 35% respecto a 2022.

Esta cuenta anual arroja un promedio de 1.400 etapas por mes, sin embargo, en los primeros cuatro meses del año, la actividad rozó lo 1.200 fracturas mensuales. De mantenerse en esta línea, se superarán las 14.000.

«Hoy Vaca Muerta es un juego para argentinos, no de manera positiva, porque nos estamos perdiendo esta conexión con el mundo, esta transferencia tecnológica, no solamente de poder importar, sino de traer conocimiento de lo que están haciendo en otras partes del mundo, otras empresas», cerró Fucello.

El panorama en cuanto a redes de transporte es el más alentador entre los cuellos de botella a los que se enfrenta Vaca Muerta. Para lo que resta del año, será fundamental la característica mejora en la eficiencia que lideran las empresas, ya que el horizonte macroeconómico no parecería despejarse en el corto plazo.

Fuente: Río Negro