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¿Hay racismo en España?: hasta Lula se interesa por el caso de Vinicius

Por Yarisley Urrutia (SPUTNIK)

Los sucesos en torno a Vinicius han derivado en un enfrentamiento dialéctico entre el jugador y el presidente de LaLiga española, un cariz del que se han hecho eco el alcalde de Río de Janeiro, el propio Lula da Silva y diversos políticos españoles que aseguran que la imagen de España es otra. Pero en los terrenos de juego el problema es visible.

A raíz de los acontecimientos ocurridos en Valencia, donde el partido que enfrentaba al equipo local con el Real Madrid estuvo paralizado durante 10 minutos tras señalar Vinicius Junior a los aficionados valencianistas que le increpaban con insultos racistas, y a cuya reanudación se formó una tangana entre los jugadores por la que el árbitro resolvió expulsar al propio Vinicius del terreno de juego, la cuestión de si hay o no hay racismo en España parece estar más viva que nunca.

"Un país que amo y que ahora es conocido como un país de racistas", aseguró el delantero brasileño en un duro comunicado, donde lamenta que el campeonato que "alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi" hoy es "de los racistas".

Sus palabras fueron contestadas en Twitter por Javier Tebas, máximo dirigente de la Liga española de fútbol (LaLiga), quien estima tales comentarios del brasileño como injurias y se queja del desinterés de Vinicius por conocer en realidad cómo es la línea de acción de este organismo para hacer frente a los casos de racismo en la competición. "No te dejes manipular", escribe Tebas.

La misiva de Tebas halló respuesta en Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, que defendió a Vinicius de manera radical. Paes insultó directamente al máximo dirigente de la competición española. "Vete a la mierda, hijo de... Javier Tebas, ¿quieres culpar a la víctima, imbécil?", escribió en Twitter y en español.

Exjugadores como Rio Ferdinand, jugadores como Mbappé y Ronaldo, o directivos como el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también enviaron mensajes de apoyo a Vinicius y de denuncia de la situación. "LaLiga tiene un problema", declaró el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, a tiempo de señalar que "lo que ha pasado hoy, ha pasado otras veces, pero así no. Es inaceptable, hay un problema muy grave".

Solidaridad desde el ámbito político español

La polémica ha cruzado fronteras y Lula da Silva ha sido el primer dirigente en pronunciarse sobre el asunto. El presidente brasileño lamentó durante una rueda de prensa el "prejuicio racial tan fuerte en tantos estadios de fútbol".

"Quiero tener un gesto de solidaridad con Vinicius, un joven que sin duda es el mejor jugador del Real Madrid y que sufre reiteradas agresiones. Espero que la FIFA y otras entidades tomen medidas para evitar que el racismo se apodere del fútbol", escribió en Twitter.

Varios representantes de la clase política española también expresaron mensajes de apoyo al delantero brasileño. "Tenemos que ser capaces de que exista un gran cordón social frente al racismo y la xenofobia, que proteja la sociedad que somos, una sociedad diversa y que respeta a todo el mundo sea cual sea el color de su piel", manifestó la ministra de Igualdad, Irene Montero, mientras el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se mostró a favor de una mayor contundencia contra este tipo de fenómenos que "demuestran que el racismo está muy inoculado dentro de partes específicas de las aficiones, especialmente aquellas más ultras".

"Los cánticos racistas en los estadios de fútbol no representan a nuestro país, ni a ninguna hinchada de fútbol. Seguiremos trabajando para acabar con el racismo", expresó la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Por su parte, la presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en su crítica a los incidentes aseguró que España "no es un país racista" y comparó los insultos con los dedicados al rey Felipe VI por las aficiones del FC Barcelona y del Athletic de Bilbao en las finales de Copa que han protagonizado en los últimos años.

"Esto mismo ocurre también en las ofensas contra el Rey y contra otras muchas personas. Los campos de fútbol nunca se pueden convertir en esto. No sé si habría que haber parado el partido y tomar medidas, pero todos nos tenemos que ocupar de esto. Es una imagen realmente perjudicial y es mentira".

Un pedigrí inquietante

En España, pocos estadios de fútbol pueden presumir de no haber sido en algún momento de su historia escenario de abucheos contra jugadores de raza negra e insultos recurrentes como "mono". Estas acciones siempre parten de las hinchadas más radicales de los clubes, a menudo asociadas a la ultraderecha.

En los años 80 y 90 estos grupos gozaban de cierta protección por parte de las directivas de los clubes e incluso de los jugadores, que no dudaban en fotografiarse con ellos. Tal fue el caso del propio Real Madrid, cuya facción Ultrasur era célebre por su violencia y algunos de sus miembros tenían delitos de sangre. Lo mismo ocurría con el Atlético de Madrid y su Frente Atlético de entonces.

En 1992 Guus Hiddink, entonces entrenador del CF Valencia, protagonizó una acción de enorme valor al retener a su equipo en los vestuarios y negarse a salir al campo hasta que no se retirara una gran bandera nazi de las gradas del campo de Mestalla. En 2022 Hiddink fue condecorado por el Gobierno regional por su iniciativa.

En el FC Barcelona y durante su primera presidencia, Joan Laporta intentó desactivar a los Boixos Nois y los expulsó del Camp Nou en 2003 (cerró su local dentro del estadio), situación que entrañó riesgos para su integridad física y la de su familia, pues recibió amenazas pintadas en su domicilio y tuvo que contratar un servicio de escolta.

Comparaciones odiosas

La trifulca mediática entre Vinicius y el presidente de LaLiga, Javier Tebas, escenifica también la dimensión peliaguda de este problema, pues si el racismo es expresión de los ultras de los clubes de fútbol, no es menos cierto que muchos de sus directivos también han sido ultras a nivel político.

Javier Tebas fue militante de Fuerza Nueva, un partido de ultraderecha del que llegó a ser jefe provincial en Huesca y también portavoz a nivel nacional. Muchos de los crímenes de tinte político perpetrados en España durante los años 70 llevaron la firma de sus militantes, como la ominosa matanza de abogados laboralistas en Madrid en 1977. El presidente del Sevilla FC entre 2002 y 2013, José María del Nido, también fue en su momento jefe regional de Fuerza Nueva en Sevilla e incluso fue condenado por propinar palizas a rivales políticos.

El caso es que la actitud de Tebas frente a la situación creada en torno al brasileño Vinicius contrasta fuertemente con la adoptada en su tiempo con el ucraniano Román Zozulia. En 2017, Tebas denunció a la hinchada antifascista del Rayo Vallecano por frustrar el fichaje del delantero ucraniano, de marcada ideología ultranacionalista, admirador de Stepán Bandera y financista de grupos paramilitares ucranianos desde 2014. La justicia archivó la denuncia y Zozulia acabó en las filas del Albacete.

Cuando en 2019 se enfrentaron en Madrid el Rayo Vallecano y el Albacete, la hinchada vallecana dedicó al ucraniano el cántico de "Zozulia puto nazi". El árbitro no dudó en suspender el partido, decisión que Tebas apoyó. En comparación, nunca se ha suspendido un partido por insultos racistas a un jugador.

¿Personalidad polémica?

Vinicius Junior es blanco recurrente de las diferentes hinchadas en España. Pero los insultos que le dedican ni mucho menos son siempre racistas. De hecho, en Valencia proliferó el cántico de "tonto, tonto" sobre los otros improperios que el jugador se encargó de señalar y la Policía de contener.

Algunos aficionados aseguran que en muchos campos a Vinicius se le insulta por su supuesto carácter chulesco y no por su raza, por una aparente facilidad para crear polémica sobre el césped. "Como a Dani Alves o a Eto'o en su día", recuerda a Sputnik M. Gómez, aficionado del Atlético de Madrid. "Es tan chulo como Cristiano Ronaldo, pero no es tan buen jugador", conviene su compañero A. Hernández al observar que en el propio Real Madrid hay numerosos jugadores de raza negra y "no sufren este tipo de situaciones". En el partido en Valencia, Vinicius acabó expulsado por dar un manotazo a un rival en medio de un conato de pelea entre los jugadores.

El resultado de todo esto es una enorme bola de nieve que ha acabado por llegar a la Fiscalía. Mediante un comunicado oficial, el Real Madrid CF calificó lo sucedido como un "ataque directo al modelo de convivencia de nuestro Estado social y democrático de derecho" y lo considera constitutivo de "delito de odio", por lo que ha presentado "la correspondiente denuncia ante la Fiscalía General del Estado" para que se inicie una investigación de los hechos. Sin aguardar al requerimiento, la Fiscalía de Valencia ya ha iniciado de oficio las diligencias pertinentes.