Opinión

Entre los republicanos, Podemos, el generalísimo, el Real Madrid y las analogías argentinas

Por Alejandro Bermejo*

"España camisa blanca de mi esperanza/ reseca historia que nos abraza/con acercarse solo a mirarla".

Ana Belén

Como en muchas ciudades de la Argentina, en Mendoza funcionaba en la calle Godoy Cruz el "centro Republicano Español", donde docenas de españoles emigrados de su patria pasaban los tiempos entre recuerdos, ginebra, caña y partidas de mus.

Los jóvenes pasábamos por allí seguido, tenían de todo, vino y comida barata, un lugar para reuniones siempre listo (no hacían preguntas). Y sobre todo, historias, cientos de historias contadas una y otra vez , escuchadas tantas veces y siempre nuevas, las historias de la guerra civil, tan propias, tan cercanas que hasta nos sentìamos en el campo de batalla y salíamos de allí odiando a Franco, generalísimo por la gracia de Dios, y obviamente deseando que el real Madrid perdiera una y otra vez, ya que era el club del generalísimo y su familia.

Cuando la gran Almudena Grandes vino a la feria del libro a presentar su novela monumental "El corazón helado" estuve allí desde dos horas antes y el auditorio era un dechado de cincuen/sesentones conocedores de las historias que ella contaba en todas sus novelas pero de boca de algunos de sus protagonistas (perdonen esta aclaración literaria).

En esas épocas, cuando los transistores eran una novedad, los teléfonos una incordiez y la internet algo que sospechaban los escritores de ciencia ficción, esos viejos veteranos de la guerra sabían perfectamente el lunes como habían sido los resultados del futbol español y la cara los delataba según el resultado de los blancos, o merengues o HDP según el humor del que contaba.

Los que nos unió a España

Asi fue que el fútbol, la guerra y el exilio de los otros nos unió a España más que a ningún otro lugar en el mundo

También fue a España el lugar que eligieron muchos para huir del régimen en 1976 (algo obvio) y también varios temblamos cuando escuchábamos las noticias del loquito de Tejero en 1981, sin saber que cinco años después íbamos a vivir algo parecido con los golpes de los cara pintadas enfrentando al gobierno de Raúl Alfonsín.

Sé que es larga la introducción, pero no resisto la tentación de decir cuánto nos une a España políticamente.

Podemos o no

Pablo Iglesias, el jefe de Podemos, declaró ayer que "en España fue derrotado el Kirchnerismo, fue derrotada Cristina" (sic) y algún viejo militante del PSOE sostuvo "quien se acuesta con niños amanece mojado". No hay que olvidar de todos modos que el líder de Podemos abandonó hace rato si lugar en el gobierno de Sánchez por sus diferencias insalvables con un PSOE que poco se diferencia del PP a estas alturas.

El domingo el triunfo del Partido Popular de Feijó ganó ampliamente las elecciones municipales y regionales en casi todo el país, poniendo en jaque al gobierno de Pedro Sanchez y detonando la coalición izquierdista gobernante, obligándolo a adelantar las elecciones para la renovación del Parlamento.

Qué bueno lo del parlamentarismo! Pierde el gobierno las elecciones por paliza y llama a una nueva constitución del gobierno, se evita largas crisis, el sistema se autoregula.

Imaginemos si después de las elecciones de 2021 se hubiere llamado a constituir un nuevo gobierno cuántas cosas malas nos hubiéramos ahorrado, pero somos presidencialistas, súper presidencialistas. Hasta tuvimos una presidente franquista, que hablaba con acento franquista y era hincha del Real.

Y mientras discuten quién será el mejor candidato o el que perderá por menos votos, en el Instituto Patria sienten la derrota del oficialismo español como propia, el kirchnerismo siente que el domingo perdieron en una provincia propia.

En tanto, en la vereda de enfrente, en los medios "hegemónicos" (lease Clarín, La Nación, Mitte, Rivadavia) festejaban el triunfo del PP como propio (y lo siguen haciendo).

En cierta forma el gobierno de Sanchez se estaba transformando en una rémora del gobierno argentino de Alberto Fernandez, con la creación de ministerios nuevos, políticas hiper dogmáticas en algunos temas, en la exaltación de las minorías pero con el mando de la OTAN, y la economía en piloto automático. Al estar en la zona del Euro, eso es lo más adecuado para evitar errores no forzados.

Muchas de esas políticas fueron aceptadas en principio, pero pronto, muy pronto, comenzaron a cobrar críticas feroces primero de la oposición y luego, ya en la última época, por parte de sus propios aliados, empezando por los desencantados de Podemos y luego desde el propio PSOE, cuyos dirigentes veían venir la onda celeste, en toda España, hasta en la intocable Andalucía.

Eran los viejos socialistas herederos de uno de los fundadores de la España moderna, Felipe González quienes más ganas tenían de deshacerse totalmente de sus socios gritones y exaltados perpetuos, militantes de un infantilismo revolucionario más propio de las milicias europeas de la guerra que de un gobierno de un país moderno. De allí esa frase que me contó por Whatsapp un amigo andaluz el domingo a la tarde: "quien se acuesta con niños amanece mojado".

No puedo dejar de pensar en miles de dirigentes del PJ de muchas provincias que sueñan con deshacerse de sus socios tan parecidos a Podemos, y en cierta forma lo hicieron adelantando las elecciones en casi todas las provincias.

Sin exageración, España es un pedazo nuestro. La miramos como otra patria que nos espera si las cosas se siguen poniendo tan feas como se pronostican y esperamos que no nos trate como a sudacas. Mientras miramos los videos del PP que tan buenos resultados dieron y buscamos en la oferta electoral un tipo inteligente como Feijoó y alguna líder como Isabel Díaz Ayuso.

*Sociólogo.