De capital del petróleo a actor de reparto: el desprecio de YPF y la valija de dólares que corre rumbo a Vaca MuertaUn complicado panorama petrolero se cierne sobre Chubut para este 2023 y los años por venir. Es que las inversiones petroleras se siguen desplazando cada vez más hacia los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta y dejan abandonados a los convencionales como los de Chubut y el resto de la Cuenca del Golfo San Jorge. En este 2023 63% de los dólares que invertirán las petroleras irán directamente al fracking y el 73% a la Cuenca Neuquina. Chubut sigue sin alcanzar los niveles de la pre pandemia a pesar de a suba del crudo Escalante, y apenas concentra el 10% de las inversiones en el país. YPF puso su foco en Vaca Muerta despreciando a los yacimientos chubutenses y PAE también expuso un fuerte vuelco hacia los no convencionales.
El desplazamiento de inversiones petroleras hacia Vaca Muerta no es nuevo, pero se intensificó desde 2018 y 2019. Según los recientes datos de la Secretaría de Energía de Nación, para este 2023 se proyectan 6.849 millones de dólares para los hidrocarburos no convencionales y el total a invertir por las petroleras en el país está previsto en 10.901 millones; es decir que el 62,8% de las inversiones se destinará al fracking.
Chubut apenas congregará el 9,9% de todas las inversiones petroleras que se proyectaron realizar en este 2023 y la otra porción de Cuenca del Golfo San Jorge localizada en el norte de Santa Cruz implicará el 7,6% del total nacional. En conjunto la cuenca apenas llega al 17,5% de todos los dólares que las petroleras volcarán en los yacimientos del país.
En contrapartida, la Cuenca Neuquina acaparará este año el 73,7% de las inversiones petroleras para la producción, esencialmente en yacimientos no convencionales y también los convencionales de las provincias comprendidas por dicha cuenca.
Hoy esa tendencia está sostenida por los elevados precios del crudo que facilitan la rentabilidad de los pozos de fracking que tienen costos más elevados que los convencionales y en paralelo aparece el Estado nacional financiando la producción de las operadoras con subsidios de todo tipo, además de las costosas obras de infraestructura para el transporte, almacenamiento y exportación del crudo de Vaca Muerta.
Cunado en 2020 el precio del crudo cayó por la pandemia también se achicaron las inversiones en la Cuenca Neuquina y las de Chubut disminuyeron proporcionalmente menos; habrá que ver por cuánto tiempo se mantienen los altos precios del crudo y qué sucede si bajan las cotizaciones internacionales, pero la provincia no puede quedar atada a esos vaivenes del mercado y las decisiones de las operadoras.
Estas asimetrías tan marcadas se desataron tras la privatización menemista de YPF y se fueron consolidando con Repsol y los socios locales de la supuesta argentinización; pero desde 2012 y con el impulso kirchnerista se ahondaron todavía más, generando un desequilibrio casi imposible de revertir con las actuales políticas petroleras y con las definiciones que viene tomando la actual YPF con mayoría accionaria estatal.
El gobierno chubutense y la clase política dirigente de la provincia miran sin expresarse, y mucho menos alzar la voz, ante este panorama que desequilibra marcadamente las prioridades del Estado nacional y de las operadoras concesionarias.
Provincias mudas
Las provincias con dueñas del recurso hidrocarburífero desde la modificación en 1994 de la Constitución Nacional, pero nada definen a la hora de marcar las pautas exploratorias, productivas y de regalías frente a la explotación de los recursos naturales que concesionan al capital privado.
Estos dirigentes políticos se contentan con recibir un 13% en concepto de regalías y con suerte algunos puntitos más como en el caso de Chubut, a lo que le suman la algarabía por el sostenimiento de los puestos de trabajo en el sector; pero para nada influyen en el estratégico diseño a futuro de la utilización de esos recursos no renovables.
El capital privado es libre de invertir donde quiera, pero el Estado tiene la potestad de direccionar esas inversiones o de lo contrario buscar nuevos inversores que se amolden a las necesidades y condiciones que se deberían establecer.
El ciclo más negativo para Chubut y la CGSJ
Pocas veces en los últimos años se ha visto un proceso tan pobre de inversiones petroleras en Chubut con tan elevados precios del crudo Escalante. Lo que sucede desde el año pasado sólo puede ser comparado con la mala performance acontecida en 2012.
Para este año se anunciaron inversiones petroleras en Chubut por 1.082 millones de dólares, que resultan levemente superiores a los 1.033 millones que se concretaron en el 2022 y no quedaron muy alejadas de los 932 millones efectivizados en 2021.
Lo problemático de lo anunciado y lo concretado en los últimos dos años es que esos niveles de inversión se produjeron con altos valores del barril Escalante que se extrae en Chubut. En el 2021 y después de la pandemia ya cotizaba en 61 dólares, el año pasado promedió los 76,2 dólares y este año se encuentra en los 72,5 dólares siendo difícil que baje de la banda de los 70 dólares.
Con esos altos costos del barril se deberían haber concretado inversiones muy encima de las efectivizadas, quedando la ganancia extraordinaria en manos de las compañías petroleras que además fueron disminuyendo los ritmos de producción de crudo en la provincia.
El Estado provincial permaneció inerte frente a un panorama favorable que le ofreció la escalada de la cotización del crudo producto de la suba de los precios internacionales a consecuencia de la guerra en Ucrania.
Con niveles del Escalante relativamente similares a los de los últimos años, las inversiones petroleras en Chubut estuvieron entre un 20 y un 40% por encima de los valores actuales; pero la falta de intervención del Estado permite que las compañías se manejen a su gusto y sean ellas las que exclusivamente definan los niveles de inversión y sus desplazamientos.
Una vuelta de campana
En 2006 Chubut concentraba el 25% de las inversiones petroleras nacionales, Santa Cruz Norte el 13,5% para totalizar la Cuenca del Golfo San Jorge el 38,4%; mientras que la Cuenca Neuquina legaba al 45,3%. Inclusive en los años 2009 y 2010 la CGSJ superó a la Neuquina en inversiones petroleras.
Desde el 2013 y con la impronta nacional direccionada a Vaca Muerta las diferencias fueron abultándose en contra de la CGSJ hasta llegar al momento actual donde la Cuenca Neuquina concentra el 73,7% de las previsiones y la del Golfo San Jorge tan sólo el 17,5% del total nacional.
YPF enfoca casi todo en Vaca Muerta
La petrolera con mayoría accionaria estatal se mueve en el mercado como cualquiera de sus competidoras y ya no tiene nada que ver con la aquella impronta histórica de la YPF estatal mosconiana e inclusive ha quedado muy lejana de los anuncios de desarrollo y equidad que se efectuaron en el 2012 cuando se expropió a Repsol.
YPF destinará este año solamente 318 millones de dólares para Chubut, mientras que para Vaca Muerta invertirá 3.629 millones de dólares. La diferencia no solamente es clara, sino que se transforma en denigrante para los históricos yacimientos chubutenses que la vieron nacer tras el descubrimiento del petróleo.
Pareciera que siempre ha sido entre Chubut y la Cuenca Neuquina, pero este tan marcado desequilibrio se potenció desde el 2013 luego que se pusiera en el centro de las prioridades de la compañía a Vaca Muerta.
Durante el 2012 Chubut recibió inversiones de YPF por 283 millones de dólares y la Cuenca Neuquina 505 millones, menos del doble. Si bien ambos montos fueron bajos, la desproporción se desarrolló de manera muy marcada de ahí en adelante y fue en perjuicio de Chubut.
Hoy en día todas las prioridades de YPF están puestas en Vaca Muerta, se olvida de Chubut y apenas mejoró un poco las inversiones en el norte de Santa Cruz aunque son muy bajas respecto de los niveles previo al lanzamiento del fracking en el país.
Desplazamiento de PAE
Pan American Energy sigue siendo la principal petrolera que invierte en Chubut y para este año proyectó un flujo de casi 700 millones de dólares con un posible plus de 200 millones más.
El cuadro de situación de la Cuenca se agrava con casos como el de Tecpetrol, que está muy cerca de abandonar la explotación en la zona.
Después de la afectación por la pandemia la recuperación de inversiones de PAR fue lenta, aunque este año llegarían a niveles similares a los del 2018.
Las inversiones de PAE se han mantenido en la banda de los 500 y los 700 millones de dólares desde 2016.
PAE decidió desde 2014 enfocarse también en Vaca Muerta y lentamente fue desplazando flujos de inversión hacia el fracking neuquino. 2015 fue un año especial, ya que destinó unos 498 millones de dólares para la Cuenca Neuquina pero al mismo tiempo realizó una inversión récord en Chubut.
En la actualidad puede observarse una especie de paridad entre las inversiones proyectadas este año para Chubut y Vaca Muerta por parte de PAE.
El desplazamiento de inversiones es preocupante. Lo de YPF parece irreversible, ya que encaja con la política energética que sostuvieron con grandes subsidios tanto Macri como Cristina y Fernández.
El caso de PAE es diferente, porque es la compañía que más produce en la provincia desde Cerro Dragón y la que genera mayor cantidad de puestos de trabajo a través de las contratistas.
Si todos los dólares se concentran en Vaca Muerta, Chubut y Santa Cruz afrontarán un futuro altamente complicado.
Un complicado panorama petrolero se cierne sobre Chubut para este 2023 y los años por venir. Es que las inversiones petroleras se siguen desplazando cada vez más hacia los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta y dejan abandonados a los convencionales como los de Chubut y el resto de la Cuenca del Golfo San Jorge. En este 2023 63% de los dólares que invertirán las petroleras irán directamente al fracking y el 73% a la Cuenca Neuquina. Chubut sigue sin alcanzar los niveles de la pre pandemia a pesar de a suba del crudo Escalante, y apenas concentra el 10% de las inversiones en el país. YPF puso su foco en Vaca Muerta despreciando a los yacimientos chubutenses y PAE también expuso un fuerte vuelco hacia los no convencionales.
El desplazamiento de inversiones petroleras hacia Vaca Muerta no es nuevo, pero se intensificó desde 2018 y 2019. Según los recientes datos de la Secretaría de Energía de Nación, para este 2023 se proyectan 6.849 millones de dólares para los hidrocarburos no convencionales y el total a invertir por las petroleras en el país está previsto en 10.901 millones; es decir que el 62,8% de las inversiones se destinará al fracking.
Chubut apenas congregará el 9,9% de todas las inversiones petroleras que se proyectaron realizar en este 2023 y la otra porción de Cuenca del Golfo San Jorge localizada en el norte de Santa Cruz implicará el 7,6% del total nacional. En conjunto la cuenca apenas llega al 17,5% de todos los dólares que las petroleras volcarán en los yacimientos del país.
En contrapartida, la Cuenca Neuquina acaparará este año el 73,7% de las inversiones petroleras para la producción, esencialmente en yacimientos no convencionales y también los convencionales de las provincias comprendidas por dicha cuenca.
Hoy esa tendencia está sostenida por los elevados precios del crudo que facilitan la rentabilidad de los pozos de fracking que tienen costos más elevados que los convencionales y en paralelo aparece el Estado nacional financiando la producción de las operadoras con subsidios de todo tipo, además de las costosas obras de infraestructura para el transporte, almacenamiento y exportación del crudo de Vaca Muerta.
Cunado en 2020 el precio del crudo cayó por la pandemia también se achicaron las inversiones en la Cuenca Neuquina y las de Chubut disminuyeron proporcionalmente menos; habrá que ver por cuánto tiempo se mantienen los altos precios del crudo y qué sucede si bajan las cotizaciones internacionales, pero la provincia no puede quedar atada a esos vaivenes del mercado y las decisiones de las operadoras.
Estas asimetrías tan marcadas se desataron tras la privatización menemista de YPF y se fueron consolidando con Repsol y los socios locales de la supuesta argentinización; pero desde 2012 y con el impulso kirchnerista se ahondaron todavía más, generando un desequilibrio casi imposible de revertir con las actuales políticas petroleras y con las definiciones que viene tomando la actual YPF con mayoría accionaria estatal.
El gobierno chubutense y la clase política dirigente de la provincia miran sin expresarse, y mucho menos alzar la voz, ante este panorama que desequilibra marcadamente las prioridades del Estado nacional y de las operadoras concesionarias.
Provincias mudas
Las provincias con dueñas del recurso hidrocarburífero desde la modificación en 1994 de la Constitución Nacional, pero nada definen a la hora de marcar las pautas exploratorias, productivas y de regalías frente a la explotación de los recursos naturales que concesionan al capital privado.
Estos dirigentes políticos se contentan con recibir un 13% en concepto de regalías y con suerte algunos puntitos más como en el caso de Chubut, a lo que le suman la algarabía por el sostenimiento de los puestos de trabajo en el sector; pero para nada influyen en el estratégico diseño a futuro de la utilización de esos recursos no renovables.
El capital privado es libre de invertir donde quiera, pero el Estado tiene la potestad de direccionar esas inversiones o de lo contrario buscar nuevos inversores que se amolden a las necesidades y condiciones que se deberían establecer.
El ciclo más negativo para Chubut y la CGSJ
Pocas veces en los últimos años se ha visto un proceso tan pobre de inversiones petroleras en Chubut con tan elevados precios del crudo Escalante. Lo que sucede desde el año pasado sólo puede ser comparado con la mala performance acontecida en 2012.
Para este año se anunciaron inversiones petroleras en Chubut por 1.082 millones de dólares, que resultan levemente superiores a los 1.033 millones que se concretaron en el 2022 y no quedaron muy alejadas de los 932 millones efectivizados en 2021.
Lo problemático de lo anunciado y lo concretado en los últimos dos años es que esos niveles de inversión se produjeron con altos valores del barril Escalante que se extrae en Chubut. En el 2021 y después de la pandemia ya cotizaba en 61 dólares, el año pasado promedió los 76,2 dólares y este año se encuentra en los 72,5 dólares siendo difícil que baje de la banda de los 70 dólares.
Con esos altos costos del barril se deberían haber concretado inversiones muy encima de las efectivizadas, quedando la ganancia extraordinaria en manos de las compañías petroleras que además fueron disminuyendo los ritmos de producción de crudo en la provincia.
El Estado provincial permaneció inerte frente a un panorama favorable que le ofreció la escalada de la cotización del crudo producto de la suba de los precios internacionales a consecuencia de la guerra en Ucrania.
Con niveles del Escalante relativamente similares a los de los últimos años, las inversiones petroleras en Chubut estuvieron entre un 20 y un 40% por encima de los valores actuales; pero la falta de intervención del Estado permite que las compañías se manejen a su gusto y sean ellas las que exclusivamente definan los niveles de inversión y sus desplazamientos.
Una vuelta de campana
En 2006 Chubut concentraba el 25% de las inversiones petroleras nacionales, Santa Cruz Norte el 13,5% para totalizar la Cuenca del Golfo San Jorge el 38,4%; mientras que la Cuenca Neuquina legaba al 45,3%. Inclusive en los años 2009 y 2010 la CGSJ superó a la Neuquina en inversiones petroleras.
Desde el 2013 y con la impronta nacional direccionada a Vaca Muerta las diferencias fueron abultándose en contra de la CGSJ hasta llegar al momento actual donde la Cuenca Neuquina concentra el 73,7% de las previsiones y la del Golfo San Jorge tan sólo el 17,5% del total nacional.
YPF enfoca casi todo en Vaca Muerta
La petrolera con mayoría accionaria estatal se mueve en el mercado como cualquiera de sus competidoras y ya no tiene nada que ver con la aquella impronta histórica de la YPF estatal mosconiana e inclusive ha quedado muy lejana de los anuncios de desarrollo y equidad que se efectuaron en el 2012 cuando se expropió a Repsol.
YPF destinará este año solamente 318 millones de dólares para Chubut, mientras que para Vaca Muerta invertirá 3.629 millones de dólares. La diferencia no solamente es clara, sino que se transforma en denigrante para los históricos yacimientos chubutenses que la vieron nacer tras el descubrimiento del petróleo.
Pareciera que siempre ha sido entre Chubut y la Cuenca Neuquina, pero este tan marcado desequilibrio se potenció desde el 2013 luego que se pusiera en el centro de las prioridades de la compañía a Vaca Muerta.
Durante el 2012 Chubut recibió inversiones de YPF por 283 millones de dólares y la Cuenca Neuquina 505 millones, menos del doble. Si bien ambos montos fueron bajos, la desproporción se desarrolló de manera muy marcada de ahí en adelante y fue en perjuicio de Chubut.
Hoy en día todas las prioridades de YPF están puestas en Vaca Muerta, se olvida de Chubut y apenas mejoró un poco las inversiones en el norte de Santa Cruz aunque son muy bajas respecto de los niveles previo al lanzamiento del fracking en el país.
Desplazamiento de PAE
Pan American Energy sigue siendo la principal petrolera que invierte en Chubut y para este año proyectó un flujo de casi 700 millones de dólares con un posible plus de 200 millones más.
El cuadro de situación de la Cuenca se agrava con casos como el de Tecpetrol, que está muy cerca de abandonar la explotación en la zona.
Después de la afectación por la pandemia la recuperación de inversiones de PAR fue lenta, aunque este año llegarían a niveles similares a los del 2018.
Las inversiones de PAE se han mantenido en la banda de los 500 y los 700 millones de dólares desde 2016.
PAE decidió desde 2014 enfocarse también en Vaca Muerta y lentamente fue desplazando flujos de inversión hacia el fracking neuquino. 2015 fue un año especial, ya que destinó unos 498 millones de dólares para la Cuenca Neuquina pero al mismo tiempo realizó una inversión récord en Chubut.
En la actualidad puede observarse una especie de paridad entre las inversiones proyectadas este año para Chubut y Vaca Muerta por parte de PAE.
El desplazamiento de inversiones es preocupante. Lo de YPF parece irreversible, ya que encaja con la política energética que sostuvieron con grandes subsidios tanto Macri como Cristina y Fernández.
El caso de PAE es diferente, porque es la compañía que más produce en la provincia desde Cerro Dragón y la que genera mayor cantidad de puestos de trabajo a través de las contratistas.
Si todos los dólares se concentran en Vaca Muerta, Chubut y Santa Cruz afrontarán un futuro altamente complicado.