Petróleo

Siguen declinando las reservas petroleras de Chubut y la Cuenca mientras aumentan las de Vaca Muerta

El panorama petrolero de Chubut y la Cuenca del Golfo San Jorge se vuelve cada más complicado como consecuencia de la baja de las reservas existentes y la falta de inversión en exploración por parte de as operadoras. En 2022 se redujeron en 38 millones de barriles en el sector chubutense y cayeron en 27 millones en la porción del norte de Santa Cruz. En conjunto la CGSJ perdió el año pasado 65 millones de barriles de reservas de petróleo respecto del 2021. En los últimos diez años la cuenca retrocedió en 310 millones de barriles de reservas de crudo, mientras que Vaca Muerta sigue concentrando los flujos de inversión que hacen crecer a la Cuenca Neuquina que ya superó marcadamente a la San Jorge después de dos décadas.

Todos los datos del sector petrolero en Chubut son especialmente preocupantes en los últimos tiempos. A la constante caída de la producción y la migración de las inversiones hacia Vaca Muerta, ahora se le suma la baja de las reservas que informó la Secretaría de Energía durante el 2022.

Chubut y la Cuenca del Golfo San Jorge se han transformado prácticamente en parias del sector petrolero, y para subsistir deberán mendigar alguna migaja del Gobierno nacional y de las operadoras para que no se desplome del todo la producción provincial, el empleo directo e indirecto y la economía regional.

A esta situación se llegó después de por lo menos dos décadas de desidia empresaria y falta de determinación política de los gobiernos que pasaron por la administración chubutense, pero también por la santacruceña.

Hoy el panorama es más que complejo, a pesar de transitar uno de los mejores momentos en cuanto al precio del crudo de las últimas décadas, y de no mediar cambios sustanciales no alcanzará ninguna reparación histórica como la que se quiere conseguir de Nación; mucho menos surtirá efecto una nueva Ley de Hidrocarburos como la que se pretende impulsar en el Congreso.

Reservas en retroceso

Los recientes datos de la Secretaría de Energía de Nación mostraron que en 2022 las reservas de petróleo de Chubut retrocedieron un 3,8% respecto de 2021, lo que significó una pérdida de 38 millones de barriles.

En poco más de 10 años la provincia mermó sus reservas de crudo Escalante en 125 millones de barriles, respecto de los que se habían contabilizado en el 2010. Ese fue el pico de las últimas dos décadas. La retracción de ese período fue del 11,3%.

Los 976 millones de barriles contabilizados hasta el final de la vida útil de los reservorios chubutenses marcan el peor registro desde 2010 y la tendencia sigue siendo decreciente y constante.

En la otra porción de la Cuenca del Golfo San Jorge, la merma de reservas de crudo es mucho mayor en el norte de Santa Cruz. Allí la caída respecto del 2022 fue del 8,9% que significaron 27 millones de barriles menos de manera interanual.

Respecto del 2010 el norte santacruceño perdió 218 millones de barriles de crudo y la retracción fue del 44%.

En conjunto la CGSJ perdió en el último año 65 millones de barriles en reservas de petróleo y desde 2010 el retroceso fue de 331 millones.

Las dos principales operadoras que se reparten la relevancia son Pan American Energy en Chubut y la compañía con mayoría accionaria estatal YPF junto hasta hace un par de años la china Sinopec -que luego se retiró de los yacimientos-, pero ninguna de las tres empresas hizo grandes inversiones en exploración para recuperar reservas y romper estas tendencias decrecientes.

Desplazamiento a Vaca Muerta

Como las reservas cayeron junto a los niveles de producción los horizontes en años no han sufrido impactos tan significativos, pero el impulso que ha logrado Vaca Muerta con subsidios estatales y la priorización de las operadoras tampoco ha conseguido mejorar notoriamente en la Cuenca Neuquina la perspectiva a futuro.

A pesar de todos los dólares que se han volcado a Vaca Muerta desde hace diez años el horizonte productivo nacional es cada vez peor, mostrando un retroceso respecto de 2012 cuando arrancó Vaca Muerta y también respecto de 2002.

La Cuenca Neuquina apenas alcanzó a tener una leve recuperación respecto del 2012, pero el fracking no consiguió mejorar los horizontes productivos del 2002.

El estancamiento y retroceso productivo de la Cuenca del Golfo San Jorge, tanto en Chubut como en el norte de Santa Cruz, no permite visualizar en toda su profundidad la problemática de las reservas en su perspectiva.

La CGSJ muestra mejores niveles de proyección que en 2012 y el 2002, pero eso solamente se debe a la baja de la producción y no al aumento de las inversiones en exploración para recuperar reservas de petróleo.

Tanto es así que por primera vez en dos décadas la Cuenca Neuquina superó ampliamente a las reservas de la CGSJ, esas líneas se cruzaron en el 2021 y el año pasado comenzaron a distanciarse en favor de Vaca Muerta.

La Cuenca que históricamente dominó en el terreno del petróleo perdió su liderazgo a manos de la Neuquina y la tendencia muestra un declive que presagia caídas aun mayores ara los próximos años.

En tanto que gracias al impulso de Vaca Muerta los yacimientos de Neuquén y Río Negro lograron una fuerte suba de las reservas, pero como son explotados a alta intensidad las proyecciones no muestran horizontes muy elevados.

El panorama, se mire por donde se lo mire, es siempre el mismo. En la actualidad todas las miradas, prioridades e inversiones mayoritarias están puestas en Vaca Muerta; mientras que Chubut y la CGSJ apenas consiguen sobrevivir a duras penas en un panorama incierto a pesar de los altos precios del crudo.

La situación todavía no es de crisis profunda, pero de no tomarse decisiones políticas de relevancia el panorama se tornará cada vez más complejo y se traducirá en menos regalías, empleo y actividad económica.