Minería

El impacto de la megaminería en la salud de los andalgalenses

Por Silvina Reguera

Hablemos seriamente, de salud física, mental, ambiental y lo que provoca en nuestros cuerpos y territorios el daño del extractivismo, que día a día se cobra más vidas. Hablemos de eso, y no dejemos que nadie nos tape una realidad que la tenemos enfrente de nuestros ojos. El extractivismo, en todas sus formas, está íntimamente relacionado a la falta de salud y por lo tanto a la quita de los Derechos Humanos y Naturales fundamentales, y esto es política de Estado, o sea , el Estado es responsable por ser el artífice de que esto suceda. (Asamblea El Algarrobo, Andalgalá).

Veamos, en los pueblos , por ejemplo donde se instala la megaminería, en Andalgalá, donde todo empezó con el primer proyecto en el país llamado Alumbrera, es alarmante y hasta escandaloso lo que está sucediendo en materia de salud, y como el gobierno catamarqueño arma un mecanismo de ocultamiento, minimización y negación donde no importa que tantas veces la comunidad denuncie, con pruebas, ese mecanismo armado para la ocasión, se encarga de disolver y por el contrario, judicializar a quienes denuncian y criminalizar la protesta social.

En un informe emanado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán, en donde una comisión de la misma se hizo presente en la localidad para hacer un análisis de la situación, dice por ejemplo:

El pueblo de Andalgalá se presenta conformado por una sociedad partida en dos y una carga de angustia verificable ante la simple observación directa, más aún si esta valoración se complementa con un análisis socio-histórico -aún sucinto- de conflictos recientes como los aludidos arriba.

2º) Se observa un alto nivel de estrés social el cual estaría vinculado, al menos parcialmente, al Proyecto Productivo y a las -consideradas por ellos- insuficientes garantías que ofrece en materia de protección de la salud y bienestar del pueblo.

Esto, es solo una parte pequeña, el resto del informe es lapidario (adjunto al final del artículo).

En otro informe, anterior, realizado por profesionales de la salud de Andalgalá, hace hincapié por ejemplo en la incidencia de "enfermedades raras", y respecto del cáncer, las cifras son alarmantes, además de enfermedades respiratorias, esclerosis múltiple, cardiopatías y unos porcentajes, respecto a las medias normales en el país que son tremendos.

A todo esto, se suma el hecho que en 2.022, en plena pandemia, el gobierno de Catamarca en conjunto con el nacional, autorizaron subir a la montaña, donde está situado el proyecto MARA, el proyecto en conflicto con el pueblo de Andalgalá , ya que está comprometiendo los ríos de donde las comunidades toman agua y por lo tanto ahí está el riego en cuestión , esas maquinas empezaron a remover y hacer escombreras en el rio, lo que provocó que inmediatamente las consecuencias se reflejaran en la salud de los niños de Choya, la población más inmediata, donde fueron los maestros de la Escuela 217 Fragata Libertad quienes notaron que se estaban enfermando los niños pero desde el hospital se negaban a darles certificados donde se asentara «la verdadera causa de malestar físico», por lo que los vecinos de Choya se organizaron y comenzaron a golpear puertas, mientras denunciaron penalmente la contaminación del río. Lo cual no terminó bien para ninguno, por el contrario, todo esto generó una serie judicializaciones y represión por parte de la policía y la minera, que es de público conocimiento en donde lo más común es demonizar a los vecinos que se oponen a la megaminería y montar una serie de campañas de desprestigio, cooptación, denuncias y contradenuncias ...en fin, caos generalizado para tapar todo y que todo se disuelva en una sopa química que afecta no solo la salud física sino la mental, provocando el agotamiento y la depresión ante tanta frustración, porque lo cierto es que no se puede forcejear con el poder, un poder que tiene ese mecanismo, armado para estas ocasiones, para someter y neutralizar a quienes solo quieren agua, y vivir en paz.

En este punto, estamos lejos, lejísimo de obtener siquiera alguna acción, algún estudio del Ministerio de Salud, y tampoco alguna respuesta de la justicia, o del gobierno provincial o nacional porque justamente, ellos, son el problema, son los que están detrás de este plan perverso y codicioso. No es una exageración decir que Andalgalá es "zona de sacrificio", eso lo han demostrado desde el primer minuto en donde quisieron tratar de estúpidos a los ciudadanos cuando vinieron con sus espejitos de colores a querer plantar la idea de que la megaminería iba a ser "progreso" para el pueblo y "amigable con el ambiente".

Es necesario entender cuál es el riesgo en todo esto. Y es muy sencillo, cuando se comprometen grandes cantidades de agua para el uso de la explotación de una mina a cielo abierto, y cuando hablamos de contaminación del agua, ahí ya está planteado todo. Solo el proyecto Alumbrera, ha utilizado en más de 20 años de explotación, mas de 100.000.000 de litros de agua por día y de contaminación ni hablar, esta picardía le ha costa la desaparición de un pueblo llamado Vis-Vis donde antes había una comunidad que vivía de la tierra y ahora ya no hay nada, un pueblo fantasma, esto por decir lo "menos", sin siquiera mencionar las fisuras en el dique de colas, los derrames, el polvo en suspensión que llegó hace décadas para quedarse, y ese efecto dominó que hace que al tocar una pieza, empiecen a caer una a una todas, modificando y dañando para siempre todo el entorno natural que alguna vez hubo. Estamos hablando de un perjuicio irreversible y también estamos hablando de una tapadera en donde cada vez que los vecinos accionan para protestar, de nuevo, empieza a funcionar el mecanismo que el poder ya tiene listo para ejecutar.

Somos AGUA. Necesitamos las montañas, esas fábricas naturales de agua. Es imprescindible bajar el consumo y el consumismo. El derroche de agua no viene de la gente, viene de las trasnacionales extractivistas, de los laboratorios, de las megagranjas, de todo lo que se hace a gran escala donde se utilizan y contaminan enormes caudales de agua en un planeta que ya no tiene tanta.

Y cuando hablamos de bajar el consumo, por agregar un ejemplo, podemos hablar de la leche materna que se produce naturalmente y no hay nada el mundo más sano para un bebé que eso. Sin embargo el consumismo está ganando, cada vez más se prefiere la "fórmula", la cual aumenta el daño ambiental y debería ser una cuestión de creciente preocupación global, ya que el consumo de dichas fórmulas a nivel mundial persiste y representa un problema ambiental y de salud pública. Para hacer un litro de leche de formula se necesitan 40mil litros de agua segura, sin dejar de mencionar las miles de toneladas de metal, papel, residuos plásticos y todo lo que significa la producción de estas leches maternizadas a base de leche de vaca que están saturadas de aditivos tales como aceites de palma, coco, colza y girasol; hongos, algas y aceites de pescado; además de minerales y vitaminas. No está claro si estos suplementos son nutricionalmente óptimos para un desarrollo adecuado y su producción tiene un innegable efecto dañino sobre el medio ambiente.

Tampoco hay que limpiar o esterilizar ningún tipo de instrumento para el consumo de leche materna, por lo que ahorramos envases, agua, jabones, productos de limpieza. La leche materna no necesita el empleo de ningún tipo de energía eléctrica para su preparación, ya que viene lista para tomar directamente del envase. La fórmula infantil en polvo se puede preparar de forma segura solo con agua que se ha calentado al menos a 70°C. Todo esto, solo para ilustrar con algunos ejemplos de cómo se está comprometiendo el uso del agua en tiempos tan apresurados que no le da tregua a la naturaleza para que se recupere, y a este paso vamos hacia la catástrofe global.

Es urgente y absolutamente necesario revertir este mecanismo de destrucción, y en ese proceso están los pueblos como Andalgalá y tantos otros, pero no basta con eso. El tema ambiental tiene que atravesar las políticas de estado, y con ello, a cada organismo, institución, gremio, centros educativos, clubes de futbol y cada espacio de diálogo, es la forma en que a corto plazo la población tome conciencia de que, si no actuamos ya, lo peor está por venir.

El Día Mundial de la Salud Ambiental se celebró oficialmente por primera vez el 26 de septiembre de 2011, con la finalidad de crear conciencia sobre los impactos perjudiciales de las preocupaciones ambientales más apremiantes de la actualidad sobre la salud humana.

Fuente: ANRed