Política

Las leyes que necesita Torres, la deuda y la cantidad de empleados que deja Arcioni y una transición picante

Faltan tan solo dos meses para la asunción de Ignacio "Nacho" Torres al frente del Poder Ejecutivo de Chubut y la transición va quemando el margen para avanzar en la aprobación de una serie de leyes que el gobernador electo considera esenciales para iniciar su mandato. Las cuatro leyes que Torres necesita casi imperiosamente antes del 10 de diciembre son: una para encauzar un nuevo endeudamiento que le permita descomprimir las regalías y afrontar los pagos de deuda en el 2024; una nueva Emergencia Económica; la de Ministerios que le posibilite reducirlos presumiblemente de 12 a 7 y la ley del Presupuesto 2024.

Habrá que ver si Arcioni y el combo del peronismo le facilitan esas herramientas en la Legislatura antes de la asunción. Además, el gobernador entrante deberá prepararse para encarar con premura las negociaciones paritarias con los gremios estatales que pierden aproximadamente 20% frente a la inflación.

En paralelo, el aumento del precio del crudo que podría desatar el conflicto entre Israel y Palestina reabriría una nueva oportunidad recaudatoria para Chubut que se suma a la ley de incentivo para inversiones petroleras en los yacimientos maduros de la cuenca.

Una carrera hacia diciembre

En menos de 60 días Ignacio Torres asumirá la gobernación de Chubut. En ese plazo, que incluye no más de tres sesiones ordinarias, debería negociar y aprobar en la Legislatura un paquete de leyes que le resultarán imprescindibles para comenzar a gobernar.

Desde los equipos de Torres aseguran que no van a co-gobernar con la gestión de Mariano Arcioni, sino que será el actual gobernador el que se haga cargo de enviar a la Legislatura los proyectos de ley para que sean aprobados antes del 10 de diciembre.

En estos dos meses finales del gobierno de Arcioni, Torres necesita de votos oficialistas para que se sancionen las leyes, lo que le permitiría al mismo evitar pagar el costo político de las mismas.

"Todo lo que se apruebe antes de la asunción no es responsabilidad de Torres, le corresponde a la gestión de Arcioni", aseguran desde las cercanías del flamante gobernador electo. Es por eso que se apuran en preparar los proyectos de cuatro leyes que consideran fundamentales para que se aprueben antes del 10 de diciembre y que necesitan que en no más de dos semanas estén sobre los escritorios de los legisladores.

Las cuatro leyes fundamentales

Torres necesita asumir con cuatro leyes que se aprueben previamente y para eso debe negociar con Arcioni y el peronismo la aprobación de las mismas, una tarea compleja para un gobernador electo que las necesita de manera imperiosa.

Esas leyes son la de un nuevo endeudamiento, la de Ministerios, la de Emergencia económica y la del Presupuesto 2024.

La de Ministerios busca reducirlos de 12 a 7. "En general, en el balance va a ser una estructura más corta. Es más corto que la cantidad que hay actualmente", explicó el futuro secretario coordinador, Guillermo Almirón; quien además ratificó que el objetivo es que de 70 cargos de primera línea (incluyendo subsecretarías) se baje a 45.

Una curiosidad se produciría con el Ministerio de Salud que sería rebajado a la categoría de Secretaría, ya que el elegido Sergio Wisky no tiene la residencia requerida en Chubut.

La Emergencia Económica le permitiría al nuevo Poder Ejecutivo moverse más libremente -o asumir un margen más discrecional- a la hora de tomar decisiones, afrontar pagos y cancelaciones; aunque habrá que esperar los alcances del texto de la normativa.

El Presupuesto 2024 es otra de las facetas con las que Torres espera llegar al 10 de diciembre resuelta y para ello necesitará que los dos equipos económicos se sienten a evaluar y elaborar las proyecciones para el año que viene, un escenario no exento de tensión y desconfianza.

Esta es una tarea por demás compleja debido a la inestabilidad económica por la que atraviesa el país y la dificultad para hacer proyecciones de mediano plazo como las que demanda un presupuesto en el rubro de ingresos y gastos.

El manejo de la deuda

La ley más importante es la del nuevo endeudamiento y que en las filas de Torres definen como "reperfilamiento", ya que aseguran que "no se suma nueva deuda" sino que se asumen nuevos compromisos para afrontar los pagos del 2024 y los vencimientos se estiran en el tiempo; aunque en definitiva la deuda total terminará engrosándose.

Además deberá definir cómo renegociar con Nación, según el presidente que resulte electo podría ser más sencillo o más complejo, partir de los vencimientos en pesos tomados por los diferentes instrumentos financieros.

Algo similar efectuó el actual ministro de Economía, Oscar Antonena, cuando renegoció a finales del 2021 la deuda en dólares. Se sacó de encima los mayores vencimientos y se los trasladó a la nueva gestión; la misma que ahora quiere conseguir plata fresca para pagar a cambio de trasladar para adelante los pagos del nuevo endeudamiento.

Aún no se sabe en qué moneda se emitirá ni con qué plazos o intereses, mucho dependerá de lo que suceda con las elecciones a nivel nacional y cómo siga el país con su economía convulsionada.

Una de las hipótesis es que Torres podría emitir deuda en pesos para cubrir el desequilibrio que dejarán los pagos en dólares con regalías y de esa manera resolver el desfasaje para hacer funcionar el Estado provincial.

Lo óptimo para la futura gestión sería emitir en dólares para compensar las regalías que se irán al pago de la deuda y que terminarán sumando el año que viene 135 millones de dólares; aunque será difícil colocar más deuda en dólares y más complejo aún podría ser tener el aval legislativo; aunque en política todo es posible.

Una tormenta en ciernes

La deuda en pesos por un valor equivalente a los 135 millones de dólares significaría emitir por 47.000 millones de pesos, teniendo en cuenta el tipo de cambio oficial actual que ronda los 350 pesos.

En 2024 y 2025 los vencimientos del BOCADE renegociado ascienden a los 263 millones de dólares, una cifra que difícilmente vaya a poder ser colocada en un nuevo endeudamiento por la provincia y que de tener que reemplazarla por uno en pesos debería ascender -según el tipo de cambio actual- a los 92.000 millones de pesos.

Ese monto es justo la mitad de los 185.000 millones de pesos que debía la provincia en total hasta el primer trimestre de este año, sin contabilizar otros aproximadamente 20.000 millones de deuda flotante comprendida por salarios y pagos a proveedores.

La gestión de Torres debería aumentar la deuda total provincial -en pesos y dólares- en un 50% si quiere transferir los vencimientos para los próximos años y liberar fondos para los dos primeros de gestión.

Claro que esas sumas sufrirán bruscas modificaciones si se produce una nueva devaluación del peso o si se sigue disparando la inflación, por lo que el valor de ese endeudamiento en moneda nacional se depreciará casi inevitablemente dentro de este endeble panorama económico nacional y los pesos pueden no ser suficientes para cubrir las regalías que dejarán de ingresar por la deuda.

Es por eso que casi la única chance de blindarse frente a los pagos del BOCADE sería emitiendo deuda en dólares, pero no será nada sencillo lograrlo en el mercado financiero y solo quedaría la opción de hacerlo emitiendo colocaciones en el ANSES como ya realizó Arcioni en los últimos dos años.

Lamentablemente la política apunta al endeudamiento como mecanismo de resolución de los problemas, dejando de lado la opción de enfocarse en el incremento de la recaudación para suplir los resultados deficitarios o para cubrir los agujeros que deja el endeudamiento.

En el caso de la deuda en dólares es una incógnita saber si Torres tomará la decisión política de revisarla y ver qué sucedió con los dólares pedidos en la gestión de Das Neves.

Transición y costos políticos

Desde el oficialismo aseguran que no pondrán palos en la rueda de la transición, aunque desde JxC sospechan que le están "llenando" la planta de personal con cargos políticos antes de dejar la gestión y esa sería una traba a superar en los próximos días.

Torres no tiene demasiado margen de maniobra si quiere llegar al 10 de octubre con las cuatro leyes fundamentales que necesita aprobadas y seguirá negociando con Arcioni.

No sería nada conveniente para Torres asumir sin un presupuesto más acorde a lo que pretende, sin ley de Ministerios, sin Emergencia Económica y con limitaciones en el endeudamiento que necesita para afrontar los vencimientos del 2024 y concretar el "reperfilamiento".

"Pedimos responsabilidad"

"Hay un gobierno que termina en diciembre. Nosotros no vamos a co-gobernar hasta entonces, lo que pedimos es responsabilidad en algunas cuestiones que tienen que ver con ingresos de personal, pases a planta (permanente). Nosotros vamos a revisar, vamos a hacer un censo como corresponde", aseguró el gobernador electo hace pocos días atrás.

Posiblemente el costo más elevado a pagar hoy en día por el oficialismo y el peronismo sea el del nuevo endeudamiento que se traduciría en la emisión de deuda por no menos de 135 millones de dólares que es el equivalente a las regalías petroleras que se utilizarán para cancelar los vencimientos del año que viene por el BOCADE renegociado.

Más allá del elevado costo político que esta nueva emisión de deuda tendrá, no se puede perder de vista que el oficialismo ya contrajo sus respectivos endeudamientos en dólares en las gestiones anteriores (2012 y 2015 con Martín Buzzi y 2016 con Mario Das Neves); por lo que quizás no le pese sobre sus espaldas otra emisión para los mismos fines de antaño.

Eso mismo fue lo que sucedió con la colocación en tiempos de Das Neves -año 2016- del BOCADE que fue emitido por 600 millones de dólares para pagar deuda (50%), terminar obras (34%) y distribuir entre los Municipios y comunas rurales (16%).

Endeudamiento sin obras

En la actualidad la deuda es aún mayor y muchas de las obras no se terminaron o ni siquiera se iniciaron como el hospital de alta complejidad de Comodoro Rivadavia; por eso no habría que sorprenderse que a los futuros opositores no se sonrojen al levantar la mano para un nuevo endeudamiento.

Arcioni se marchará el 10 de diciembre a ocupar su cargo de integrante del Parlasur, pero difícilmente vaya a entregar este paquete de medidas sin pedir a cambio algunas garantías y ventajas.

¿El actual oficialismo le abrirá las puertas de la Legislatura para estas leyes? ¿Podrá Torres esquivar el costo político y hacer que lo asuma Mariano Arcioni? ¿Cuál será la prenda de negociación? ¿Si no lo consigue cómo arrancará la gestión de Torres?

Son preguntas que por ahora no tienen respuestas.

Paritarias y salarios 20% debajo de la inflación

El fin del mandato de Arcioni está atravesado por un fuerte ajuste en los salarios de los empleados públicos que, si bien habían empatado a la inflación hasta julio, perdieron fuertemente en agosto y septiembre. En los años 2020 y 2021 sufrieron otro fuerte deterioro del poder adquisitivo por la falta de equilibrio con la inflación.

El último trimestre del año está sin definir en materia de recomposición salarial y así como los demás temas que necesita resolver Torres, hasta diciembre son responsabilidad de la gestión de Arcioni. Seguramente deberá estar sobre la mesa de la transición, porque no se puede dejar sin aumentos a los estatales y jubilados provinciales con la actual corrida inflacionaria.

Arcioni no puede dar un aumento salarial sin el acuerdo de Torres y él no aceptará que lo haga comprometiendo su próxima gestión. Ambos tienen a favor que se acerca el fin de año y es una época donde no suelen aflorar virulentos conflictos sindicales en la provincia; salvo por lo que fue el precipitado derrumbe de Néstor Perl a finales de octubre de 1990 cuando debió renunciar por la alta conflictividad social existente en aquellos tiempos.

Hasta septiembre la masa salarial de Chubut, que ascendió a los 26.462 millones de pesos, estaba un 8,5% por debajo de la variación inflacionaria interanual; pero si se calcula solo la variación de los primeros nueve meses de este 2023 los salarios y jubilaciones quedaron 20 puntos porcentuales por debajo de la suba de los precios.

Torres deberá decidir, aunque todavía no gobierne, si deja que se mantenga el ajuste sobre el poder adquisitivo de los empleados públicos y jubilados provinciales o si habilita a Arcioni aplique mejoras que por lo menos empaten con la inflación reinante.

Otra discusión es la pérdida de los años 2020 y 2021, reclamos con los que seguramente deberá lidiar después del 10 de diciembre.

Pendiente de dilucidar quedará ese esquema de mejora salarial basado en "incentivos" por "productividad" o "rendimiento" que dejó entrever en los medios de comunicación el futuro ministro de Economía, Facundo Ball; ya que un mecanismo similar prometió aplicar Arcioni en 2018 y terminó en un rotundo fracaso.

Guerras y petróleo en alza

En medio de ese escenario complejo para transición a Chubut se le vuelve a abrir una puerta inesperada que podría beneficiarla con un aumento de recaudación por regalías petroleras, pero para eso debería evitarse el permanente derrumbe de la producción de crudo provincial.

El ataque de Hamas a Israel y la respuesta con los bombardeos a la Franja de Gaza vuelven a poner en modo incertidumbre al mundo y en especial al precio internacional del petróleo.

A la volatilidad que adquirió el crudo internacional que adquirió con la guerra entre Rusia y Ucrania, ahora se le suma el conflicto entre Palestina e Israel que podría llevar nuevamente el precio del barril por encima de los 100 dólares, tal como ya sucedió en marzo y junio del año pasado.

Por ahora no se han conjugado las variables del mundo árabe y la alteración de Medio Oriente para que el precio internacional se dispare, pero nadie podría asegurar que no se producirá esa escalada de los precios; de no ser así por lo menos se mantendrán en la banda de los 90 dólares como viene cotizando el Brent europeo hasta la actualidad.

Vale recordar que hace 50 años y en medio de la guerra de Yom Kipur del 1973, que enfrentaba a Israel y Egipto, los países integrantes de la OPEP (Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo) decidieron no exportar más crudo a las naciones que ayudaron al gobierno israelí.

Tras el embargo petrolero el precio del crudo se multiplicó exponencialmente cuadruplicándose e impactando de manera inflacionaria en toda la economía mundial. Hoy no se reproduce el mismo escenario, pero nadie estaría en condiciones de negarlo taxativamente.

Oportunidad e incentivos para Chubut

Esa situación vuelve a poner a Chubut en buenas condiciones para incrementar fuertemente sus ingresos por regalías petroleras, pero para que eso suceda de debe cortar el constante retroceso en la producción que vienen experimentando los yacimientos chubutenses.

Chubut tiene condiciones de producir más crudo Escalante y a su vez exportarlo a mejores precios internacionales, aunque hace falta una decisión estatal en el sector para que cambie el paradigma de migración de inversiones y prioridades que se venía dando hacia Vaca Muerta.

En ese marco encajaría la Ley de Incentivos para los yacimientos maduros que anunció Sergio Massa sobre finales de la semana y que beneficiaría a Chubut, la Cuenca del Golfo San Jorge y todas las Cuencas maduras del país, pero por ahora no se tienen demasiadas precisiones.

Lo que se sabe es que bajo el remanido esquema de incentivos fiscales solventados por el Estado nacional para el capital privado, se buscaría que con la nueva ley las operadoras aumenten sus inversiones.

El proyecto contemplaría eximiciones impositivas por 10 años -para todos los yacimientos sin importar su nivel de producción o antigüedad-, la eliminación de las retenciones a las exportaciones de crudo y la habilitación para exportar el 50% de la producción de estos yacimientos maduros a precios internacionales.

En paralelo, las inversiones que se hagan permiten una amortización acelerada de capital y fomenta el proyecto de polímero, bajando la tasa de importación.

Entre estos escasos datos y el mínimo sostenimiento del precio de crudo por la conflictividad mundial, a Chubut se labre otra vez una inesperada puerta para poder salir del agobio financiero que atraviesa en los últimos tiempos producto de la caída de las regalías petroleras.

Habrá que esperar como encajan estas piezas y qué rol jugará el Estado provincial a la hora monitorear o inclusive incidir en las decisiones y proyecciones de las operadoras, las que por ahora se han manejado sin ninguna restricción.

Las empresas del sector nuevamente serán incentivadas con fondos estatales para que no vuelquen todas sus inversiones a Vaca Muerta, lugar donde el Estado nacional las financió durante más de una década de subsidios públicos.