Ambiente

Cambio climático: El FMI también es responsable

Un informe titulado "Nafta al fuego: deuda y cambio climático en Argentina", elaborado por el CONICET en colaboración con la Asociación de Ciudadanos por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), estableció un vínculo directo entre la deuda pública y el daño ambiental.

"Nafta al fuego: deuda y cambio climático en Argentina" es un informe elaborado por investigadores del CONICET en colaboración con la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, que denuncia el vínculo directo entre deuda pública y cambio climático.

El 23 de febrero de 2023, el Valle de Punilla se llenó de jóvenes de todo el país que se reunieron durante dos días para escuchar una serie de actuaciones de bandas entre las montañas y paisajes cordobeses. Ocho meses después, mientras un nuevo grupo de jóvenes se preparaba para viajar a otra edición del Cosquín rock, el valle volvió a incendiarse.

Sólo en esta provincia se han quemado cerca de 7.645 hectáreas este año y los días más cálidos aún están por llegar. Vuelven a surgir dudas sobre qué sucederá en este nuevo verano, que se espera que sea el más cálido registrado.

cambio climático

Movilización en contra de las políticas de Bolsonaro por la deforestación y los incendios en Amazonía - Embajada de Brasil, CABA - 23/08/2019 - Camila Godoy / ANCCOM

Informe sobre la conexión del cambio climático y el FMI

Francisco Cantamutto, estudiante de posgrado en economía, y Juan Pablo Bohoslavsky, doctor en Derecho, prepararon un informe que muestra la conexión entre el cambio climático y la deuda externa o la falta de una política ambiental para encontrar otros temas "más urgentes". El punto es simple: "El 93% de los países afectados por la crisis climática están en una crisis de deuda o en alto riesgo de caer en una", dijo Cantamutto al presentar el informe ante ACIJ. "El cambio climático crea necesidades de inversión muy específicas que no siempre son accesibles para los gobiernos en términos de adaptación y mitigación", afirmó.

Al igual que en el caso de la protección del medio ambiente, el presupuesto estatal sólo asigna el 0,4% del PIB, mientras que el 3% se va para pagar la deuda con el FMI. Al respecto, Cantamutto comentó: "El FMI cumple un rol catalítico en términos de la gestión de la deuda, porque opera expresando con total apertura las exigencias del resto de los acreedores, y a través de sus recomendaciones y su auditoría funciona como señalizador para el resto de los inversores tanto oficiales como privados". Pero ésta no es la única consecuencia del acuerdo: "El principal camino elegido por el Fondo Monetario Internacional pasa por desempeñar un papel de mediador y obligar a los países a sumarse a este camino de inversión privada", afirmó.

Este no es sólo un problema argentino. El informe muestra que estos son los países de la llamada "periferia global" que tienen más problemas no sólo con la financiación de políticas proecológicas sino también con políticas que gastan la mayor parte de su PIB en pagar deudas. Se trata de una cuestión que fue evaluada en 1994 por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en la que las grandes potencias firmaron un acuerdo en el que se comprometían a la cooperación económica en cuestiones medioambientales de los países del Tercer Mundo.

En la COP15 celebrada en Copenhague en 2009, se acordó un objetivo común de financiación climática de alrededor de 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020. Actualmente, se estima que se ha gastado menos de una cuarta parte del monto asignado y casi tres cuartos de este monto se han otorgado en forma de préstamos, lo que se suma a los niveles de deuda de la mayoría de los países.

La deuda no es sólo un problema para los pobres pero sí representa un porcentaje necesario del PIB para los países con economías más difíciles, donde sería mejor invertir la deuda en mejorar la calidad de vida de las personas, garantizando el respeto de los derechos humanos y una industrialización adecuada con empleos sin afectar el futuro de las personas.

"No es solamente al momento del pago que la deuda genera un impacto en términos de las posibilidades de los estados de actuar frente al cambio climático, sino que además lo hace al exigir o proponer, por parte de los acreedores, reformas estructurales. Y modular de esta manera, a través de las políticas económicas, la forma que adopta el crecimiento", afirmó Francisco. Esto no es una coincidencia, porque "la mayoría de ellos son países de la periferia o del Sur global, que -como quiera que se definan- están más especializados en diferentes modelos de producción. La exportación de bienes tiene un carácter extractivista y no están asociados a un proceso de cambio estructural basado en una transición socio energética justa", resume Cantamutto.

Los autores concluyen el informe con una serie de recomendaciones que deberían tenerse en cuenta para mitigar la irreversibilidad de los desastres climáticos de cierta escala. Entre sus propuestas está el requisito de que los países de altos ingresos cumplan compromisos económicos para ayudar a otros países de bajos ingresos y que el apoyo sea efectivo y no se produzca a expensas de otros países de bajos ingresos, incorporar consideraciones de daño y riesgo ambiental en los análisis de sostenibilidad de la deuda, especialmente en los análisis del FMI; y avanzar hacia una reforma fiscal progresiva para mejorar la capacidad de recaudación de impuestos y reducir la dependencia de la deuda.

Todas las recomendaciones se pueden encontrar en el informe "Nafta al fuego. Deuda y Cambio Climático en Argentina", se puede encontrar en el sitio web de ACIJ.

Por Ariadna Menedin, para Agencia de Noticias de Ciencias de Comunicación de la UBA (ANCCOM).

Fuente: Ecoportal.net