Milei condiciona la transición, se reúne con Alberto Fernández y no se hace cargo de lo que suceda hasta el 10 de diciembreEl presidente electo no quiere ir a ver al mandatario en la Casa Rosada ni a la Quinta de Olivos. No apresurará anuncios y mantendrá el misterio sobre su futuro ministro de Economía.
El nuevo presidente de Argentina, el libertario Javier Milei, anunció que no aceptará una mesa de transición con el Gobierno, para no ser acusado de cualquier coletazo financiero que suceda en los próximos días. Con ese objetivo, evitará detallar medidas de su gestión y mantendrá un tiempo más en secreto a su futuro ministro de Economía, uno de los pocos puestos de su gabinete que sigue vacante, según anticiparon Letra P fuentes de su equipo. Para dejar asentada esa posición, mientras en la Casa Rosada agendaron una cita entre Alberto Fernández y su sucesor para este lunes feriado, cerca del libertario patean esa reunión para martes o miércoles y agregarán que será lejos de Balcarce 50 o la Quinta de Olivos. "No va a ir a lugares de la casta", es el argumento.
"Que se hagan cargo de la responsabilidad de su mandato hasta el 10 de diciembre", sostuvo Milei en sus palabras iniciales como presidente electo, en el escenario montado en el primer piso del Hotel Libertador, al que subió en soledad, después de ser presentado por su hermana, Karina Milei. El único condecorado por el economista fue el consultor Santiago Caputo.
Los próximos días serán claves para definir cómo funcionará la sociedad de Milei con el PRO en su gobierno. Por el Hotel circularon desde temprano sus colaboradores y futuros integrantes de su Gabinete, pero ninguno pudo subir arriba del escenario de consagración. En la arenga que dio sobre el final de la noche, sobre una tarima que armaron en la vereda, Milei se mostró con su hermana, su vicepresidenta electa Victoria Villarruel, y su pareja, Fátima Flores.
En su discurso, leído, como le gusta, el aún diputado rechazó así la oferta de su rival de Unión por la Patria, el ministro de Economía, Sergio Massa, quien luego de reconocer la derrota sostuvo que desde el lunes "la tarea de dar certezas y transmitir garantías sobre el funcionamiento, social político y económico es responsabilidad del presidente electo". "Esperamos que así lo haga", cerró el oficialista.
En LLA sintieron la presión de Massa y en las primeras conversaciones, en el lobby del hotel, acordaron que además de ignorarlo, para no ser acusados por cualquier coletazo financiero de estos días, tampoco iban a apresurar anuncios. Participaron de esas conversaciones Nicolas Posse y Guillermo Francos, elegidos por Milei como jefe de Gabinete y ministro del Interior de su administración. "Después de las primarias, Massa devaluó y nos culpó. Cuando hubo una corrida en octubre, también nos hicieron cargo. No vamos a llegar el 10 de diciembre siendo acusados de lo que pase en los días previos", explicó a Letra P otro de los miembros del equipo libertario.
Otro misterio a develar por Milei es quien será su ministro de Economía, un nombre que ya tiene definido, pero evitó anunciar en campaña. Se mencionan asesores de perfil bajo como Héctor Rubini o Agustín Monteverde, pero como parte del plan freezer, la definición no llegaría pronto.
El presidente electo sí dejó clara la tarea que tendrá. "No hay lugar para el gradualismo, la tibieza y las medias tintas", anticipó desde el atril. También prometió cumplir con los contratos vigentes, un mensaje a los acreedores. El principal es el Fondo Monetario Internacional. Sigue en pie su ajuste de más de 15 puntos del PBI y el inicio del plan de dolarización, con un rescate de los pasivos monetarios del Banco Central, tarea que estará a cargo del futuro titular de ese organismo, Emilio Ocampo, presente en el búnker de los festejos.
La nueva sociedad
El PRO fue protagonista de los festejos del presidente electo. Conocido el resultado, arribó al hotel un contingente amarillo integrado por los diputados Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Alejandro Finocchiaro y Fernando Iglesias; Damián Arabia (diputado electo) y el exintendente de Pinamar, Martín Yeza. Después, llegaron Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Casi no se hicieron ver y después del discurso de Milei, subieron hasta la habitación del mandatario electo, en el piso 21.
La tropa del PRO celebró en el lobby con la dirigencia de la Libertad Avanza, que aún la mira con recelo. Se mezclaron con Villarruel, Francos y Posse, entre otros. La sociedad entre LLA y el PRO deberá tomar forma en los próximos días y también era motivo de conversaciones, por ahora informales, entre los protagonistas del triunfo.
Entre la dirigencia libertaria abundan tensiones por el protagonismo de Macri después del 22 de octubre, que se manifestaron en la tensa reunión de los futuros integrantes de los bloques de LLA, hace quince días, cuando Milei escuchó los reproches de sus dirigidos. "Si no los frenábamos ahí, seguían avanzando", explicó a Letra P uno de los rebeldes de esa noche.
En su discurso, Milei agradeció a Macri y a Bullrich porque "desinteresadamente pusieron el cuerpo para defender el cambio que la Argentina necesita". Fue un mensaje de que no les tiene reservado ningún lugar en su Gabinete. Entre los amarillos miran los tres cupos que le fueron asignados a Villarruel: los ministerios de Seguridad, Defensa y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Pero tal vez el premio mayor esté en el Congreso, donde Milei necesita la ayuda legislativa del PRO y le cedería las autoridades de las Cámaras: apoyaría a Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, un cargo para el que el libertario había elegido a Florencio Randazzo, pero lo perdió de vista luego de las elecciones generales.
Como explicó Letra P, la sociedad PRO-LLA agrupa cerca de 78 votos en Diputados y 12 en el Senado, lejísimos de lo necesario para abrir los recintos (129 y 37). Tampoco es posible llegar a esas cifras con aliados de partidos provinciales, que tuvieron contactos con Francos después de las primarias.
La única alternativa que tiene Milei para abrir las sesiones es sumar a referentes de gobernadores peronistas y radicales. Es una de las negociaciones que el futuro ministro del Interior iniciará los próximos días. Tal vez, con ayuda de Ritondo.
Fuente: Letra P
El presidente electo no quiere ir a ver al mandatario en la Casa Rosada ni a la Quinta de Olivos. No apresurará anuncios y mantendrá el misterio sobre su futuro ministro de Economía.
El nuevo presidente de Argentina, el libertario Javier Milei, anunció que no aceptará una mesa de transición con el Gobierno, para no ser acusado de cualquier coletazo financiero que suceda en los próximos días. Con ese objetivo, evitará detallar medidas de su gestión y mantendrá un tiempo más en secreto a su futuro ministro de Economía, uno de los pocos puestos de su gabinete que sigue vacante, según anticiparon Letra P fuentes de su equipo. Para dejar asentada esa posición, mientras en la Casa Rosada agendaron una cita entre Alberto Fernández y su sucesor para este lunes feriado, cerca del libertario patean esa reunión para martes o miércoles y agregarán que será lejos de Balcarce 50 o la Quinta de Olivos. "No va a ir a lugares de la casta", es el argumento.
"Que se hagan cargo de la responsabilidad de su mandato hasta el 10 de diciembre", sostuvo Milei en sus palabras iniciales como presidente electo, en el escenario montado en el primer piso del Hotel Libertador, al que subió en soledad, después de ser presentado por su hermana, Karina Milei. El único condecorado por el economista fue el consultor Santiago Caputo.
Los próximos días serán claves para definir cómo funcionará la sociedad de Milei con el PRO en su gobierno. Por el Hotel circularon desde temprano sus colaboradores y futuros integrantes de su Gabinete, pero ninguno pudo subir arriba del escenario de consagración. En la arenga que dio sobre el final de la noche, sobre una tarima que armaron en la vereda, Milei se mostró con su hermana, su vicepresidenta electa Victoria Villarruel, y su pareja, Fátima Flores.
En su discurso, leído, como le gusta, el aún diputado rechazó así la oferta de su rival de Unión por la Patria, el ministro de Economía, Sergio Massa, quien luego de reconocer la derrota sostuvo que desde el lunes "la tarea de dar certezas y transmitir garantías sobre el funcionamiento, social político y económico es responsabilidad del presidente electo". "Esperamos que así lo haga", cerró el oficialista.
En LLA sintieron la presión de Massa y en las primeras conversaciones, en el lobby del hotel, acordaron que además de ignorarlo, para no ser acusados por cualquier coletazo financiero de estos días, tampoco iban a apresurar anuncios. Participaron de esas conversaciones Nicolas Posse y Guillermo Francos, elegidos por Milei como jefe de Gabinete y ministro del Interior de su administración. "Después de las primarias, Massa devaluó y nos culpó. Cuando hubo una corrida en octubre, también nos hicieron cargo. No vamos a llegar el 10 de diciembre siendo acusados de lo que pase en los días previos", explicó a Letra P otro de los miembros del equipo libertario.
Otro misterio a develar por Milei es quien será su ministro de Economía, un nombre que ya tiene definido, pero evitó anunciar en campaña. Se mencionan asesores de perfil bajo como Héctor Rubini o Agustín Monteverde, pero como parte del plan freezer, la definición no llegaría pronto.
El presidente electo sí dejó clara la tarea que tendrá. "No hay lugar para el gradualismo, la tibieza y las medias tintas", anticipó desde el atril. También prometió cumplir con los contratos vigentes, un mensaje a los acreedores. El principal es el Fondo Monetario Internacional. Sigue en pie su ajuste de más de 15 puntos del PBI y el inicio del plan de dolarización, con un rescate de los pasivos monetarios del Banco Central, tarea que estará a cargo del futuro titular de ese organismo, Emilio Ocampo, presente en el búnker de los festejos.
La nueva sociedad
El PRO fue protagonista de los festejos del presidente electo. Conocido el resultado, arribó al hotel un contingente amarillo integrado por los diputados Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Alejandro Finocchiaro y Fernando Iglesias; Damián Arabia (diputado electo) y el exintendente de Pinamar, Martín Yeza. Después, llegaron Patricia Bullrich y Mauricio Macri. Casi no se hicieron ver y después del discurso de Milei, subieron hasta la habitación del mandatario electo, en el piso 21.
La tropa del PRO celebró en el lobby con la dirigencia de la Libertad Avanza, que aún la mira con recelo. Se mezclaron con Villarruel, Francos y Posse, entre otros. La sociedad entre LLA y el PRO deberá tomar forma en los próximos días y también era motivo de conversaciones, por ahora informales, entre los protagonistas del triunfo.
Entre la dirigencia libertaria abundan tensiones por el protagonismo de Macri después del 22 de octubre, que se manifestaron en la tensa reunión de los futuros integrantes de los bloques de LLA, hace quince días, cuando Milei escuchó los reproches de sus dirigidos. "Si no los frenábamos ahí, seguían avanzando", explicó a Letra P uno de los rebeldes de esa noche.
En su discurso, Milei agradeció a Macri y a Bullrich porque "desinteresadamente pusieron el cuerpo para defender el cambio que la Argentina necesita". Fue un mensaje de que no les tiene reservado ningún lugar en su Gabinete. Entre los amarillos miran los tres cupos que le fueron asignados a Villarruel: los ministerios de Seguridad, Defensa y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Pero tal vez el premio mayor esté en el Congreso, donde Milei necesita la ayuda legislativa del PRO y le cedería las autoridades de las Cámaras: apoyaría a Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, un cargo para el que el libertario había elegido a Florencio Randazzo, pero lo perdió de vista luego de las elecciones generales.
Como explicó Letra P, la sociedad PRO-LLA agrupa cerca de 78 votos en Diputados y 12 en el Senado, lejísimos de lo necesario para abrir los recintos (129 y 37). Tampoco es posible llegar a esas cifras con aliados de partidos provinciales, que tuvieron contactos con Francos después de las primarias.
La única alternativa que tiene Milei para abrir las sesiones es sumar a referentes de gobernadores peronistas y radicales. Es una de las negociaciones que el futuro ministro del Interior iniciará los próximos días. Tal vez, con ayuda de Ritondo.
Fuente: Letra P