Con esa frase provocadora e irónica se saludaron los letrados en un juicio. Un genocida y la letra reivindicativa del terrorismo de Estado.
Envalentonados por el triunfo de la fórmula de La Libertad Avanza que integraron Javier Milei y Victoria Villarruel en el ballotage, abogados de genocidas se presentaron esta semana a juicios por delitos de lesa humanidad perpetrados en la última dictadura militar con una frase celebrativa, provocadora e irónica. Represores que afrontan procesos judiciales tampoco ocultaron su beneplácito por el resultado electoral a favor de La Libertad Avanza y esgrimieron argumentos de defensa reivindicativos del terrorismo de Estados.
"Buen día. Hermosa mañana...", saludó uno de los letrados a otro en el inicio de la audiencia de este jueves por los crímenes en los centros clandestinos "1 y 60" y la Comisaría 8va de La Plata. La burla futbolera del gag de Guillermo Francella en Los bañeros más locos del mundo, viralizada en forma de meme, puso tensión y caras de sorpresa en la sala virtual del Tribunal Oral Federal TOF N° 1, que preside Karina Yabor.
El saludo irónico fue entre los abogados Sebastián Olmedo Barrios y Gonzalo Miño, defensores de Ismael Verón, Enrique Welsh y Alberto Crinigan, con quien Villarruel escribió un libro reivindicando la última dictadura. La imagen con la actitud de los abogados quedó grabada en la transmisión de la audiencia, a cargo de La Retaguardia y Pulso Noticias.
Genocida convencido
Como contó Letra P, Jorge Di Pasquale fue uno de los represores que celebró desde la cárcel vip de Campo de Mayo la victoria del binomio Milei-Villarruel en las primarias. Ahora, el "experto" en Inteligencia del Ejército, fue el primer represor en reivindicar el terrorismo de Estado en el marco de uno de los juicios de lesa humanidad.
"Ustedes consideran que los perseguidos políticos eran los que ponían bombas, tomaban cuarteles, asesinaban gente. No es cierto", aseveró ante el tribunal Di Pasquale, acusado en el marco del noveno juicio que se le sigue por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad de la última dictadura.
Di Pasquale acumula siete condenas, varias a prisión perpetua; y el martes declaró en indagatoria en el marco del juicio por los crímenes del Pozo de Banfield, del Pozo de Quilmes y de El Infierno, tres de los principales centros clandestinos que funcionaron en el Circuito Camps, en el conurbano bonaerense.
"No fueron centros clandestinos, fueron brigadas", diferenció apelando a un argumento negacionistas. La fachada de esos tres campos de concentración era la de Brigadas de Investigación de la Policía Bonaerense. "Sobre el tema de derechos humanos hay muchos negociados. Pido que se investigue", reclamó durante su declaración. También cuestionó que la Fiscalía se había basado en "solo un testimonio" para implicarlo en casos de secuestros.
Hasta diciembre 1977, Di Pasquale cumplió tareas en el Destacamento de Inteligencia 182, con asiento en Neuquén. Previo ascenso, fue destinado al Destacamento de Inteligencia 101 de La Plata, donde ejerció como jefe del Grupo de Actividades Especiales de Inteligencia. Según figura en su legajo, hasta 1980 fue jefe de la Sección Operaciones Especiales, donde -se destaca- demostró "aptitudes especiales" en el espionaje; y tuvo un rol protagónico en la "guerra antisubversiva". En democracia, el militar participó del levantamiento carapintada que lideró Aldo Rico. "Una sublevación que nos vimos obligados a hacer", declaró en uno de los juicios.
Con la nulidad de las leyes de impunidad, el rol de Di Pasquale en la represión ilegal comenzó a ser investigado. En 2007 pidieron su detención en el marco de la causa por el accionar represivo del destacamento patagónico. El proceso pudo concretarse tres años después, pero en el marco del expediente que reconstruyó la estructura del terror del centro clandestino La Cacha, en La Plata. Por allí pasó la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, de nombre Laura, entre otras víctimas.
La letra del negacionismo
No es la primera vez que Di Pasquale habla en un debate. Hace algunos meses recusó a la fiscal Ana Oberlin por ser hija de desaparecidos. En sus presentaciones, el represor nunca dio información sobre el paradero de las personas detenidas desaparecidas que pasaron por los campos de concentración en los que estuvo al mando. Siempre que fue a juicio, Di Paquale defendió su actuación en el marco de "una guerra"; como volvió a decir el martes. La línea argumental de sus dichos negacionistas, figuran en sus dos libros. Crónica de una guerra negada, considerada una oda a la "teoría de los dos demonios", fue presentado en la edición de 2019 de la Feria del Libro por un panel integrado por el periodista Ceferino Reato y su colega Gabriel Levinas. Entre el público estaba Cecilia Pando. El represor mandó un video desde la cárcel de Campo de Mayo.
Un aporte a la verdad. Sobre muertes y desaparecidos durante la guerra revolucionaria en la Argentina, es el título del segundo libro de Di Pasquale y en la presentación estuvieron Ricardo Saint Jean, abogado defensor de genocidas e hijo del interventor de facto de la provincia de Buenos Aires; y los militares prodictadura Gustavo Breide Obeid y José D'Angelo.
En ese libro, Di Pasquale intenta reemplazar la cifra de 30 mil detenidos desaparecidos por casi 7 mil. Ambos fueron leídos con atención por el genocida de la ESMA Jorge Acosta, quien los usó como "fuentes" para escribir su apoyo a la candidatura de Milei y Villarruel. "Se aproxima la hora de la verdad en Argentina, no de la que se dice que es la verdad que surgió de juicios manejados por la ‘patria socialista'", destacó el Tigre en la web progenocidas Prisionero en Argentina. Allí también escribe Miño, el abogado defensor de represores que celebró el triunfo de la fórmula libertaria.