Si el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, asomó como uno de los primeros interesados en que la ley ómnibus XS tuviera acompañamiento en el marco del Pacto de Mayo, el clima político parece haber ido modificándose con el paso de los días desde aquella cumbre de las 24 autoridades provinciales con los ministros que les mandó el presidente Javier Milei.
Nacho Torres, que así como se mostró dispuesto a la armonía también se calzó ropas de subcomandante de la Patagonia, ahora hace silencio: en boca cerrada no entran moscas. Sin embargo, surgen gestos e indicios desde otros nichos y la virulencia con la que una senadora radical de Chubut arremetió este jueves contra la figura presidencial instala más confrontación que consensos. Edith Terenzi, muy cercana a Torres, votó contra el DNU junto a Martín Lousteau.
Con todo, el conteo final de la Cámara alta mostró una greita interna que habrá que ver cuánto tarda en cauterizar. La joven senadora de Juntos por Chubut, Andrea Cristina, bancó el DNU, y se ganó horas después un reto público del gobernador. Fue por otra situación, insólita: la legisladora PRO, que responde de manera directa a Ana Clara Romero, también votó en contra de la coparticipación del impuesto al cheque, un proyecto del propio Torres. "Si bien sería una confusión, no puede volver a pasar -reprochó el gobernador-. Hay que ser responsables a la hora de legislar".
Javier Milei, de la gloria a la caída
El gobernador maneja los tiempos, pero también tiene en su mesa de trabajo las encuestas que le marcan un alto crecimiento de su imagen positiva desde el momento en que se convirtió en la piedra en el zapato de Milei. Aunque llegó a la Gobernación de la mano de una alianza liderada por el PRO, insiste a sus seguidores en que lo suyo es un "movimiento ciudadano" con ansias de conformar un partido más provincialista que una fuerza que responda a intereses que le dicten desde Buenos Aires.
Milei supo hacer pata ancha en Chubut, donde dio primero el batacazo en las PASO y después mostró en la segunda vuelta presidencial un desempeño incluso superior al que tuvo en el promedio nacional. Todo eso en una provincia sureña donde el peronismo gobernó 20 años seguidos y donde a mediados de año Juntos por el Cambio modificó electoralmente el signo de gobierno.
Hoy, la alianza libertaria está en desgracia: atraviesa un bache que no se sabe si será profundo y duradero, pero que por lo pronto deshilacha la construcción política que se había hecho, atada con alambre, pero que fue funcional a los intereses de Milei.
El diputado César Treffinger se queda solo: en la Legislatura provincial el sello que acompañó su aventura, el Partido Independiente del Chubut (PICH), ya dio muestras de su resistencia a la avanzada centralista. Esta semana también apareció el pataleo de Laura Mirantes, que acompañó a Treffinger como candidata a vicegobernadora y como segunda postulante en la boleta para Diputados.
"Siento pena por Treffinger. Se olvidó que Chubut lo votó para defender los intereses de la provincia. Se cegó, se olvidó de Chubut y falta a la verdad", acusó y blanqueó la ruptura de la alianza.
Chubut: la alianza menos pensada
El modo en que Milei sacudió los ánimos de Chubut quedó al desnudo este jueves en el Senado, donde el espanto unió a la radical Terenzi y al peronista Carlos Linares, en veredas muy diferentes pero ambos alineados con Torres en la pelea contra la Nación.
La correligionaria y el compañero fustigaron con dureza al Presidente. Terenzi lo acusó de "apoyar la pedofilia" y Linares advirtió que "si tocan a uno, nos tocan a todos, y tocaron al gobernador". Esas posturas atrincheradas van en la misma sintonía que la posición de Torres, ahora en silencio, pero tomando distancia.
La que actuó en defensa del Gobierno fue la senadora Cristina. "Acá estamos para dar apoyo al Presidente", dijo, lejos del tono del gobernador de Chubut. Torres calculó, poco después del encuentro con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, que había posibilidades de que la ley ómnibus XS tuviera consenso. Sin embargo, el Gobierno eligió a otro PRO, el entrerriano Rogelio Frigerio, para aparentar consenso en conferencia de prensa.
Nacho se puso en Modo Subcomandante: no tardó en advertir que "lo de Ganancias no sale", se alineó con el scrum de gobernadores patagónicos, firmó el rechazo a la privatización de Río Turbio y abandonó los gestos de simpatía con Milei y sus libertarios.
La vendetta contra Ignacio Torres
Terenzi, en su intervención en el Senado, planteó una cuestión de privilegio dirigida al Presidente y adhirió a expresiones similares anteriores de la senadora rionegrina Silvina García Larraburu. Aludió a "las descalificaciones de las que hemos sido objeto todos los habitantes, con un lenguaje muy agraviante y escatológico. Un actor, un caminante o, peor, un integrante del Congreso".
La legisladora contextualizó la situación en Chubut, la deuda "irresponsable" que dejó la administración del peronista Mariano Arcioni y la "vendetta" de Milei cuando Torres hizo declaraciones marcando sus diferencias con el gobierno nacional. El Presidente atacó al gobernador, especialmente por vía de posteos y megusteos en Twitter. El propio Torres reveló en ese momento que Santiago Caputo, gurú comunicacional libertario, lo amenazó con "sacar todos los tanques a las redes".
Terenzi cuestionó ahora la "retención indebida de nuestra coparticipación para ahogarnos financieramente, para doblegar a una provincia chica del sur remoto y para aleccionarnos, todo porque al presidente Milei no le gustó alguna expresión de Torres".
"¿Qué le gusta al presidente Milei? Está expuesto en las redes sociales a las cuales parece ser adicto. Pone un dedito hacia arriba, para aprobar, adherir, acompañar un posteo o publicación. Eso es lo que viraliza lo que publican los trolls de turno. ¿Y qué le gusta a Javier Milei? Por ejemplo, le gusta una publicación donde aparecen cuatro tipos en calzoncillos con un infante delante de ellos que tiene la cara del gobernador de mi provincia. Eso le gusta a Milei", lamentó.
Javier Milei y la violencia sexual
En la sesión de este jueves, Terenzi dijo que imaginaba que su cuestión de privilegio, como casi todas, seguiría el camino burocrático habitual, pero se mostró "ingenua y esperanzada" en que esta vez ocurra algo diferente. "Es probable que a Milei le importe poco, pero me gustaría que sí pasara algo. ¿Cómo se vuelve atrás después de haber dado un apoyo explícito a la pedofilia, a la violencia sexual y de haber mostrado el Síndrome de Down para denostar a un gobernador? La única forma es pidiendo disculpas, no a Ignacio Torres, que se sabe defender y lo ha demostrado, sino a las víctimas de violencia sexual, de pedofilia y al colectivo del Síndrome de Down".
"No todo vale en política. Con algunas cuestiones no se puede joder", completó Terenzi. El peronista Linares intervino para "acompañar esas palabras; aunque nos divide la mirada política". "Si bien es verdad que el gobernador no necesita defensas, es el gobernador de todos los chubutenses. Si nos tocan a uno, nos tocan a todos y esta vez tocaron al gobernador", completó.
Torres cerró la grieta partidaria en su provincia. Ahora se verá cómo evoluciona el desacople de las senadoras de su espacio cuando haya que discutir la ley ómnibus XS y si ese ruido se traslada al debate del DNU en la Cámara de Diputados.