El país

Una nueva fuga de cerebros

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, advirtió que debido a la paralización de la obra pública en la construcción de reactores nucleares impedirá "la posibilidad de exportación de materiales con alto conocimiento integrado" y generará una nueva fuga de cerebros.

La política del Gobierno del presidente Javier Milei afectó la continuidad de la construcción de los reactores CAREM-25 y RA-10 y eso traerá como consecuencia que se pierdan "posibilidades concretas de exportación", señaló la funcionaria nacional.

En diálogo con Todo en Off, el programa que conduce Ramón Indart en Splendid-AM 990, la doctora en Física indicó que esas iniciativas habían generado "expectativa de poder ser recontra competitivos a nivel internacional, con muy buenos proyectos de negocios en cuanto a lo que son las posibilidades de exportación de materiales con alto conocimiento".

No obstante, en esta coyuntura, lamentó que cada proyecto de este tipo lleva muchísimos años en su desarrollo y su detención representa un alto costo.

La investigadora principal del CONICET también explicó que "muchos de los profesionales ven, ante los malos salarios de la CNEA, que afuera pueden conseguir diez veces más" y se van.

Serquis manifestó su preocupación ante esta política de Estado. "Estamos preocupados. Todo el personal es calificado y elegido para cumplir funciones muy particulares. Empieza a haber mucho temor. Yo no estoy dispuesta a firmar ningún despido", subrayó.

E indicó: "No hay un plan nuclear entendido y por eso no sabemos adónde vamos. Hay interés de que continúen las cosas, pero no hay cosas claras. Hay un desconocimiento de qué es lo que se quiere hacer".

Para la titular de la CNEA, la industria nuclear "siempre fue una política de Estado y se esperaba que lo siga siendo", aunque manifestó: "No nos dan una respuesta. Ni siquiera nos pidieron un presupuesto. Nosotros lo mandamos igual".

EL AJUSTE EN NUMEROS

El freno en la obra pública ejecutado, tal como prometió el presidente Javier Milei, entre fines de 2023 y febrero del presente año llevó a que abandonen 2117 proyectos en todo el país.

Según la información oficial del Estado nacional, el gobierno de Alberto Fernández dejó 2417 obras en ejecución con recursos nacionales para finales del año pasado. Para febrero de 2024, ya con casi tres meses de gestión libertaria, esa cifra cayó a solo 300 proyectos.

Implica una caída del 87,6%, según figura en el Banco de Proyectos de Inversión Pública, dejando al menos cientos de trabajos ya empezados en estado de abandono y, claro, recursos públicos tirados a la basura.

Medido en transferencias de capital, la "motosierra" de Milei para el gasto en obra pública alcanzó el 82,3% en términos reales hasta febrero pasado, según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

Al contrario del argumento de "motosierra sobre la casta", este ajuste sobre las mejoras en infraestructura y calidad de vida sobre la población de las distintas provincias fue clave para que el gobierno de Milei pueda vanagloriarse de obtener superávit financiero en los primeros dos meses del año. La otra clave fue empobrecer más a los jubilados.