Patagonia

Aliaga, el equilibrista independiente y sus más de 20 años al Extremo

La experiencia del recientemente fallecido Cristian Aliaga dejará marcada a fuego con su sello periodístico a la región patagónica. El Extremo Sur de la Patagonia fue su última creación que marcó el devenir de un espacio de análisis y expresión independiente, diferente e inclusiva, en el que a fuerza de insistencia y perseverancia colectiva logró perdurar por más de dos décadas.

Desde el año 2002 Cristian Aliaga puso en marcha el proyecto periodístico del EES y tras más de 20 años abrió las puertas a un periodismo independiente en el que los pueblos originarios y los excluidos encontraron un espacio donde expresarse; si bien no fueron los únicos, dominaron la escena editorial.

La versión de papel del EES se dividió en dos etapas y primero se focalizó en la Comarca Andina Patagónica, para luego extenderse en junio del 2006 y desde Comodoro Rivadavia al resto del Chubut y el conjunto de la Patagonia.

Bajo su dirección el EES consiguió ubicarse como una de las referencias periodísticas de la región y con un estilo autónomo e indispensable de mirar la realidad y hacer periodismo.

Por sus páginas en papel transitaron muchas de las mejores plumas de la profesión periodística, pero también políticos, referentes sociales, del ambientalismo, de las problemáticas de géneros, analistas, intelectuales y personalidades vinculadas a la cultura patagónica que encontraron su espacio en las páginas del suplemento Confines.

En paralelo y en el ámbito cultural Aliaga fue desplegando su arte editorial con Espacio Hudson (espaciohudson.com). La editorial de pequeñas dimensiones -que abarca publicaciones sobre poesía, cuentos, ensayos, entrevistas, novelas, etc.- fue creciendo lentamente hasta convertirse en una imparable bola de nieve que la puso entre las más importantes de la Patagonia.

La tormenta de fuego que arrasó en marzo del 2021 con Lago Puelo y extensísimas hectáreas de la Comarca Andina Patagónica la pusieron al borde de la extinción. Los depósitos y las obras en papel fueron consumidas por el fuego, pero como el ave fénix consiguió recuperarse con el apoyo de sus lectores, escritores, poetas y amigos.

El aire fresco del EES

Desde la edición número 62 de junio de 2006, la aparición mensual del EES en papel era esperada por sus ávidos lectores. Eran tiempos de kioscos donde ir a buscar algo para leer con mucho interés y que cubría la cuota regional de un periodismo ácido, profundo y analítico que por aquellos tiempos ya comenzaba a ser una rara especie en extinción.

La estética creativa de Alejandro Mezzano, quien ya había puesto su impronta con Aliaga en el diario El Patagónico, le dieron al EES un estilo fresco y moderno para que los mamotretos de letras y palabras pudieron encontrar un equilibrio para el lector.

En el EES de papel se podría decir que alguna manera no había límites de espacios y aunque las notas debían encajar en ciertos topes, la libertad de extensión se hizo expresa en sus páginas para remar contra corriente de los mensajes más escuetos y delimitados que se iban imponiendo en tiempos de la digitalización periodística.

Escribir en el Extremo era y es como adentrarse en una especie de cueva en la que entra una bocanada de aire fresco porque se podían canalizar los instintos más básicos del periodismo, la comunicación, el dato duro y el análisis.

El EES abrió sus puertas a muchos que posaron sus plumas, opiniones e ideas en sus páginas de papel y la edición web. Sus páginas fueron y son un espacio de contención para muchos artículos que no hubiesen tenido cobijo en otros medios. Esos temas que en general los poderosos intentaban evitar que se publicaran encontraban en el EES una hendija donde colarse, inclusive su editorial de libros abrazó a los excluidos.

Por eso Aliaga fue un gran equilibrista y lo digo con causa y saber. Su línea editorial jamás dejo de ser dura y profunda, pero su arte para la conciliación lograba que hasta las cuestionados aceptaran las publicaciones del EES.

Los poderes asumían, o terminaban asumiendo, la existencia del espacio y él les hacía entender casi siempre, algunas pocas veces no lo logró, que podían coexistir con esas ácidas páginas de periodismo profundo.

Pero el EES no se contentaba con la multiplicidad de voces, sino que brillaba con la amplitud de sus temas publicados y la profundidad de sus investigaciones, entrevistas e interpretaciones críticas de la realidad. Esos temas que no se hallaban en otro lado, esas opiniones que no encontraban donde hacerse escuchar podían hacerlo en el EES.

Aún hoy sigue siendo así, ya sin Aliaga, porque esa era su impronta y la seguimos sosteniendo en reversa a la hegemonía mediática que marca la pauta de lo publicable y el interés general; combatiendo al reduccionismo de las ideas en 140 caracteres o pocas líneas y habilitando los espacios para contar, mostrar, revelar, opinar, pensar y crear.

Un vínculo de periodismo puro

Recuerdo como si fuera hoy cuando me fue a visitar en una fría tardecita de otoño a Diadema para ofrecerme trabajar con él para el relanzamiento del EES en su segunda etapa de papel.

Eran tiempos de la pre apertura a la invasión de las redes sociales y el Extremo brindaba la oportunidad de hacer un periodismo profundo que ya casi no tenía espacios en los nuevos tiempos, más aún en la Patagonia lejana.

Nos habíamos conocido a mediados de los '90 en El Patagónico cuando llegué como un forastero sin nada de expertiz sureño; y después de dar vueltas por la provincia un día te llamé desde Puerto Madryn pare ver si tenías un lugar para mi trabajo. Sin dudarlo me dijiste que sí, agarre el micro y me fui, me mude otra vez a Comodoro para iniciar una nueva etapa de vínculo periodístico con vos.

De ahí iniciamos un vínculo laboral intenso que se basó en la confianza y la honestidad intelectual, que tuvo su mayor aspecto de desarrollo en la escritura vinculada a las temáticas petroleras, sociales, económicas y también políticas; pero que además me permitió transitar buena parte de la Cuenca del Golfo San Jorge haciendo llegar la versión en papel del EES hasta lugares desconocidos.

El ESS es, fue y será una referencia para el periodismo y la libertad de expresión. Dentro pasamos tiempos difíciles, los más, y otros de bonanzas efímeras; pero todos son inolvidables. Demás esta decir que no faltaron las diferencias, las críticas y los encontronazos con Aliaga, pero siempre salimos airosos más allá de las magulladuras.

Desde noviembre de 2017 el EES en papel se reconvirtió a la versión web, atrás quedaron 180 ediciones que cubrieron el espacio periodístico regional a lo largo de once años.

La nueva etapa nos llenó de desafíos y transformaciones, más aún cuando nos agarró la pandemia y nos revolcó con sus limitaciones; aunque de ella también salimos fugando hacia adelante, encontrando quizás los picos de acompañamiento de la experiencia sin papel.

Los sacudones políticos pusieron al EES otra vez en superficie y la lucha de los pueblos originarios y los movimientos antimineros encontraron en el portal esa cueva donde había aire fresco en medio de la asfixia de los tiempos tumultuosos y hasta represivos.

El equilibrista de Aliaga veía un poco más allá, por eso muchas veces nos chocamos en el devenir de la línea editorial, pero jamás me dijo que no publicar; claro que sus filosas ediciones o sus títulos reeditados me sacaban canas verdes, pero el texto escrito jamás perdía su esencia y mucho menos su profundidad.

Surfeando entre múltiples vertientes peronistas, nuevas improntas del PRO chubutense, viejas o nuevas estructuras empresarias y carencias que siempre encorsetaron el proyecto; a pesar y gracias a todo hiciste que el EES perdurara más de 20 años.

Aunque parezca tarde, debo agradecerte que me abriste las puertas del EES para poder hacer lo mío y aprender, perfeccionarme y desarrollarme, hasta publicar un ensayo junto al amigo Alejandro Bassi sobre la privatización de YPF (YPF, la liquidación - Espacio Hudson 2012).

Como me escribió otro amigo, Pablo Quintana, hoy cuando se enteró y hago propias sus palabras. "Así como tuvimos nuestras coincidencias también tuvimos nuestras disidencias, pero siempre dentro de un plano de honestidad. A Cristian le debo la posibilidad de haber escrito sobre temas y opinado sin ninguna restricción y mucho menos reproche por mis sentencias. Y me abrió las puertas, de El Extremo claro está, para poder realizar coberturas que en ningún otro medio podría haber realizado. O analizar temáticas que en otros espacios patagónicos hubiese sido utópico. Siempre me hizo sentir su afecto intelectual".

Despedida sin Fin

Quizás sea momento el momento de despedirte y agradecerte, por tantas alegrías, tantos logros y tantos otros dolores de cabeza. El camino recorrido ha sido valioso y fructífero, valió la pena intentarlo en el EES y no reniego de nada de lo que recorrimos en estas más de dos décadas de trabajo y compañerismo compartido.

Acá seguiré -y seguiremos- estando para darle continuidad a este proyecto y que siga viviendo con tu espíritu y tus equilibrios.

Te mando un gran abrazo, levanto la copa por vos y te deseo un buen viaje por donde sea que estés haciendo tus inolvidables equilibrios con el que nos diste vida y continuidad en El Extremo Sur.