El mundo

Lluvia de sangre en Grecia

Por Eva Cajigas

La lluvia de sangre, es un extraño fenómeno que está ocurriendo en Grecia, pero tiene su explicación científica. Te contamos todo a continuación.

Nubes de polvo de color amarillo anaranjado procedentes del desierto del Sahara están cubriendo muchas partes de Grecia.

A nivel mediático este extraños suceso se apodó "lluvia de sangre", pero en realidad se trata de un fenómeno cada vez más común en el sur de Europa y cuenta una explicación muy lógica. Es posible que hayas visto carreteras y coches cubiertos por una fina capa de polvo naranja, incluso ciudades enteras. Esto tiene una explicación: el viento del sur arrastra partículas de polvo del desierto del Sahara.

El polvo sahariano está presente en el Atlántico Norte durante todo el año, pero a finales de primavera se hace visible, especialmente en el Caribe y el norte de Sudamérica, haciendo que los colores del amanecer sean más intensos y vibrantes al igual que al atardecer y con él también llega el fenómeno conocido como lluvia de sangre.

Esta es la curiosa explicación detrás del aterrador fenómeno "lluvia de sangre"

Atenas y otras zonas del sur de Grecia fueron cubiertas por una gran nube de polvo procedente del desierto del Sahara, que tiñó algunas zonas de color naranja. Tal fue el polvo en suspensión que ingresó al país el martes desde África, dejando tras de sí imágenes increíbles que los usuarios incluso llamaron en broma un evento "similar a Marte".

Pero en realidad la masa de aire en la que se mueve el polvo sahariano tiene entre 3 y 4 kilómetros de espesor y 1,5 kilómetros de altura, es cálida y seca, y con la lluvia y el viento las partículas se mueven hasta cubrir de polvo rojo casas, coches y terrazas.

La lluvia de sangre, como se conoce al fenómeno, no son gotas de sangre que caen al cielo sino la arena del desierto del Sahara que crea ese color rojo que nos recuerda a este líquido, ya que su intensidad depende de la condensación del polvo en el aire.

El polvo del Sahara, rico en óxidos de hierro, le da al agua un color rojizo que recuerda a la sangre, de ahí el nombre.

Habitualmente vemos el cielo azul porque, de todos los colores, este es el que dispersan las moléculas de la atmósfera, a excepción de los amaneceres y atardeceres, donde predominan los tonos rojizos y anaranjados porque los rayos del sol atraviesan un mayor volumen de atmósfera.

De esta forma, cuando las concentraciones de polvo son elevadas, los rayos del sol interactúan con estas partículas creando un filtro que realza los tonos cálidos del cielo, permitiendo ver los matices presentes en las llamas del fuego.

Entonces, ¿la lluvia de sangre es el resultado del calor de la atmósfera combinado con polvo?

Las gotas en nuestra atmósfera no sólo están hechas de agua, sino que también necesitan "núcleos de condensación" para crecer y caer por su propio peso. Estos núcleos pueden ser sales minerales, materia orgánica, bacterias o polvo en suspensión.

La superficie se calienta, las partículas flotan y son arrastradas largas distancias por el viento. Bueno, una vez que estas partículas están suspendidas, se agregan a gotas de agua que se evaporan y caen en forma de polvo, y éste a su vez cambia el color del aire.

Aunque este fenómeno nos hace sentir como en una película de ciencia ficción, lo cierto es que este tipo de lluvias es muy beneficiosa para las tierras agrícolas y los cultivos en general. La arena del desierto proporciona a la vegetación muchos nutrientes.

Fuente: Ecoportal.net