El mundo

Se intensifica la purga de profesores propalestinos

Por Ivan Kesic

En medio del movimiento universitario en Estados Unidos, se ha intensificado la purga de profesores propalestinos.

En las últimas semanas, más de seis meses después del comienzo de la guerra israelí en la bloqueada Franja de Gaza, los campus universitarios de todo Estados Unidos han sido testigos de protestas masivas a favor de Palestina.

Las administraciones universitarias, junto con las fuerzas del orden, han intentado reprimir estas manifestaciones utilizando la fuerza de forma indiscriminada. Sin embargo, los estudiantes que protestaban se mantuvieron firmes.

Estudiantes de decenas de universidades de Estados Unidos protestan contra la guerra genocida israelí en Gaza, donde casi 34 600 personas han sido asesinadas desde octubre del año pasado, en su mayoría mujeres y niños.

Según informes, más de 1000 personas han sido arrestadas en campus estadounidenses desde el 18 de abril, cuando la policía desalojó por la fuerza un campamento propalestino en la Universidad de Columbia en Nueva York.

A estos estudiantes universitarios se les ha sumado también el personal docente en campamentos pro-Gaza en varios campus, desde Columbia hasta Yale, California, Boston y Virginia.

Si bien muchos estudiantes han sido golpeados, arrestados y suspendidos por sus respectivas universidades por protestar contra la guerra genocida israelí en Gaza y pedir la desinversión de sus universidades, también ha habido informes sobre profesores que han sido despedidos y suspendidos de sus trabajos docentes.

En todo esto, ha sido destacado el papel de los grupos de lobbies proisraelíes traficantes de influencias en Estados Unidos, que tradicionalmente han ejercido su presión en los campus universitarios estadounidenses.

Sólo en los dos últimos días de abril, los medios estudiantiles estadounidenses informaron que al menos seis profesores de la Universidad de Washington en St. Louis, cuatro de los cuales fueron arrestados durante la protesta en el campamento del 27 de abril, fueron efectivamente excluidos del campus.

Su posición solidaria pro-Palestina, al parecer, les costó sus puestos de trabajo. Según los informes, se les prohibió comunicarse con otros estudiantes y personal de la universidad, incluso fuera del campus.

"Se acaba la libertad de expresión"

"Mi libertad de expresión ha sido efectivamente terminada", dijo el profesor de Antropología de la Universidad de Washington, Bret Gustafson, uno de estos seis profesores suspendidos.

Gustafson se hizo famoso en noviembre del año pasado cuando apoyó una protesta no violenta frente a la casa del presidente del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC, en inglés), una poderosa organización de lobby proisraelí, que pedía el fin de la guerra israelí en Gaza.

Inmediatamente fue citado erróneamente y acusado falsamente de apoyar "la colocación de botes de gas fuera de las casas de los judíos" por organizaciones de lobby proisraelíes en Estados Unidos.

Justo un día antes del campamento en St. Louis, durante una protesta en la Universidad Emory en Atlanta, las profesoras Noëlle McAfee y Caroline Fohlin fueron arrestadas por cuestionar el uso de fuerza injustificada por parte de la policía contra estudiantes de la universidad.

Según los expertos, su futuro en el mundo académico estadounidense parece estar ahora en el limbo, considerando el número de profesores estadounidenses prohibidos y suspendidos desde el inicio de la guerra en Gaza.

En noviembre de 2023, apenas un mes después de que el régimen israelí lanzara su campaña de bombardeos en Gaza, la Universidad de Arizona "reemplazó temporalmente" a la profesora asistente Rebecca López y a la enlace comunitaria Rebecca Zapien por facilitar una discusión en el aula sobre los crímenes de guerra del régimen israelí.

A principios de marzo, Jairo Fúnez-Flores, profesor de la Universidad de Tecnología de Texas, una institución educativa emblemática del Sistema Universitario de Texas, fue suspendido por comentarios propalestinos en la plataforma X (anteriormente Twitter), que fueron tildados de "odiosos, antisemitas e inaceptables".

En enero, tras una petición impulsada por el lobby proisraelí en Estados Unidos, el profesor Amin Husain fue despedido de la Universidad de Nueva York por cuestionar la narrativa israelí sobre la guerra en Gaza.

Larga tradición de censura sionista a los profesores

El lobby israelí en Estados Unidos siempre ha tratado de moldear la política estadounidense hacia el régimen israelí y la región en general de una manera que la entidad ocupante en Tel Aviv considere favorable, y que incluye silenciar a los defensores de la causa pro-Palestina en los campus estadounidenses.

Según William Robinson y Maryam Griffin, editores del libro ‘We Will Not Be Silenced' (No seremos silenciados), en el que numerosos profesores de universidades estadounidenses han hablado de sus experiencias, la influencia del lobby israelí en la academia estadounidense no tiene paralelo en términos de recursos y presiones.

Miles de estudiantes, activistas y personalidades de los medios de comunicación de decenas de organizaciones sionistas, financiadas con decenas de millones de dólares, participan activamente en estos intentos de silenciar las voces pro-Palestina.

Los esfuerzos para proteger al régimen israelí de las críticas se han dirigido a oradores individuales, profesores visitantes y conferencistas invitados, con el objetivo de crear una atmósfera donde la libre expresión y el debate abierto no existan, y donde el apartheid y la ocupación israelíes no sean cuestionados.

Entre los ejemplos más antiguos conocidos de censura académica de este tipo se encuentran las presiones contra la aparición de Pete McCloskey en la Universidad de Stanford en 1984, cuando AIPAC dependía de activistas estudiantiles.

McCloskey, exalumno de Stanford y excongresista, también fue un destacado crítico del apoyo incondicional de Estados Unidos al régimen israelí, sus políticas y sus asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania.

Las organizaciones sionistas lo calumniaron como "antisemita" y ayudaron a asegurar su derrota en su campaña al Senado de 1982, y en esta ocasión, exigieron que se le prohibiera enseñar o que incluyera puntos de vista pro-AIPAC en el plan de estudios de su curso.

La revisión de la facultad de la Universidad de Stanford encontró al grupo de estudiantes proisraelíes culpable de graves violaciones de la libertad académica, por lo que McCloskey finalmente recibió una disculpa formal del rector de la universidad.

Negación de hospitalidad a profesores visitantes

Uno de los casos más notables es la prohibición a Desmond Tutu, un activista de renombre mundial contra el apartheid sudafricano, de pronunciar un discurso en la Universidad de St. Thomas en Minnesota.

Fue invitado a la conferencia por miembros del programa de Estudios de Justicia y Paz, y su participación encontró la oposición de la Organización Sionista de América (ZOA, en inglés) y el Consejo de Relaciones con la Comunidad Judía de Minnesota y las Dakotas.

Como motivo de su oposición, las organizaciones citaron "comentarios particularmente hirientes" en los que Tutu había criticado la violación de los derechos humanos por parte del régimen israelí en los territorios palestinos ocupados.

El rector de la universidad sucumbió a la presión del lobby israelí y canceló la visita de Tutu, como le fue comunicado en una carta de Cris Toffolo, la presidenta del programa que lo invitó.

Toffolo en la misma carta expresó su desacuerdo con la decisión de la universidad, y esto llevó a la administración de St. Thomas a destituirla rápidamente como presidenta del programa de Estudios de Justicia y Paz.

Después de una avalancha de críticas estudiantiles e internacionales, la universidad volvió a enviar una invitación a Tutu, pero él condicionó su llegada al regreso de Toffolo a su cargo anterior, que no fue respetado, por lo que se negó irrevocablemente a pronunciar la tan esperada conferencia.

Una situación similar se produjo unos años antes, cuando la Universidad de Harvard invitó a Tom Paulin, profesor de Oxford y uno de los poetas británicos más destacados, a ofrecer un discurso en el Departamento de Inglés.

La invitación fue retirada después de que el entonces presidente de Harvard expresara su oposición, debido a las críticas de Paulin al sionismo y la política del apartheid israelí. Aunque más tarde el departamento anuló la decisión y volvió a enviar la invitación, Paulin se negó a visitar el campus.

Tanto judíos como palestino-estadounidenses son víctimas

La Universidad de Harvard ha visto varios otros casos de cancelaciones de conferencias programadas por parte de críticos del régimen israelí, entre ellos el historiador Norman Finkelstein y el biólogo Robert Trivers, atribuidos al famoso cabildero sionista Alan Dershowitz.

Debido a la misma campaña de presión, Finkelstein perdió su trabajo como profesor en la Universidad DePaul, y la Liga Antidifamación y otros grupos de presión proisraelí pidieron a los editores académicos que prohibieran varios de sus libros.

Mehrene Larudee, profesora asistente y miembro de Jewish Voice for Peace (en español: Voz Judía por la Paz, JVP), también perdió su puesto en la Universidad DePaul en Chicago debido a su defensa de Palestina.

Otros judíos estadounidenses prominentes, como Sara Roy, Noam Chomsky y Lisa Rofel, también enfrentaron censura académica por su oposición al trato salvaje que el régimen israelí contra los palestinos.

Los profesores palestino-estadounidenses, entre ellos Joseph Massad, Rashid Khalidi, Edward Said, Nadia Abu el-Haj, Sami al-Arian, Rabab Ibrahim Abdulhadi y Amin Husain, sufrieron un acoso sostenido.

El grupo universitario proisraelí Proyecto de David (TDP, en inglés), parte de la Coalición Israel en el Campus (ICC, en inglés), produjo en 2004 la película sobre difamación Columbia Unbecoming, que acusaba a Massad de "antisemitismo".

Luego, un comité universitario interrogó a más de cien personas en el campus y concluyó que no había declaraciones antisemitas ni de otro tipo controvertidas por parte de Massad.

Aunque fue absuelto, intentaron acosarlo con numerosos correos electrónicos que contenían material ofensivo y amenazante, y también se llevó a cabo en su contra una cacería mediática sistemática.

Rashid Khalidi y Edward Said también sufrieron acusaciones similares y bombardeos de correos electrónicos con spam, así como el poeta Remi Kanazi, quien durante sus recorridos por los campus universitarios estadounidenses fue atacado sistemáticamente a través de las redes sociales por ejércitos de trolls (personas que publican mensajes instigadores en plataformas de comunicación en Internet) afiliados a la ICC.

En 2007, activistas proisraelíes intentaron sin éxito negarle el puesto en la Universidad de Columbia a la profesora de antropología Nadia Abu El-Haj, simplemente porque en uno de sus libros desafiaba la manipulación religiosa de la arqueología en favor de la odiosa ideología sionista.

Sami al-Arian, profesor asociado de origen palestino y de informática en la Universidad del Sur de Florida, pasó años en prisión por cargos falsos de "terrorismo" y finalmente fue deportado de Estados Unidos en febrero de 2015 a Turquía.

Grupos sionistas llevaron a cabo una campaña de difamación similar contra Rabab Abdulhadi, directora de Estudios sobre Etnias y Diásporas Árabes y Musulmanas de la Universidad Estatal de San Francisco, debido a sus opiniones propalestinas.

Fuente. HispanTV.