Patagonia

Obras para educar: los edificios escolares soportaron una larga historia de desinversión

Este lunes a media mañana, un plafón de iluminación del techo del Colegio Mosconi de Comodoro Rivadavia cayó sobre dos estudiantes de 16 y 17 años que debieron recibir asistencia médica. Por el momento, las clases de la institución fueron suspendidas. No es el primer incidente de este tipo en Comodoro y la región, ya que la provincia de Chubut sufrió una marcada desinversión en materia educativa, profundizada durante el gobierno de Mariano Arcioni que enfrentó demandas estudiantiles y de los padres; y en algún caso puntual generó causas judiciales.

En los últimos cinco años se registraron varios incidentes de este tipo, lo que habla de un problema estructural más que de eventos ocasionales. El mejoramiento de la infraestructura. Una larga historia de desinversión y miradas sesgadas iniciada en los gobiernos provinciales de comienzo de la década y profundizadas durante la gestión de Mariano Arcioni.

A finales de 2022, por ejemplo, se registró un incidente parecido en la Escuela Nº 26 de Comodoro, en horario de clases. Una viga de yeso cayó sobre uno de los pasillos del establecimiento, y aunque no hubo heridos, generó preocupación en la comunidad.

La demanda histórica de educación de calidad en Chubut no deja de lado la necesidad de garantizar edificios acordes para el normal desenvolvimiento de las clases. Los riesgos latentes por los desprendimientos repentinos de techos, la falta de calefacción o las roturas en cañerías dan cuenta de una problemática de larga data.

En general se trata de accidentes sin heridos que pueden ser solucionados a la brevedad; aunque en otros casos se prologan al punto de impedir que los niños y adolescentes asistan a clases. Los encuentros virtuales tampoco son una opción, considerando que no todos tienen acceso a computadoras e Internet, situación que se agudiza para las escuelas rurales.

El rostro del abandono

A principios del 2022, el principal gremio docente advertía la situación preocupante en materia de infraestructura. Más de la mitad de obras proyectadas por el Gobierno de Mariano Arcioni estaban demoradas o no habían iniciado.

"Mientras el gobierno dice que está todo listo para comenzar, gran cantidad de reparaciones y obras aún no han comenzado o están incompletas", denunciaba y daba a conocer la planilla de avances de obra elaborado a partir de datos presentados por el Gobierno provincial a organizaciones sindicales.

En ese año, de unas 110 obras relevadas en toda la provincia apenas 21 registraban un avance mayor al 80%; el resto mostraba avances menores y la mayoría, coloreadas en rojo, ni siquiera habían iniciado. En general, las necesidades de infraestructura pasaban por servicios de mantenimiento en el gas y la calefacción, refacción de cielorrasos, instalación de sanitarios, trabajos en las afluentes cloacales.

El panorama era peor para las escuelas rurales; el sindicato habló directamente de una situación de "abandono": "Establecimientos educativos abandonados por el gobierno en el mar del ajuste económico sin fin. Ajuste económico contra el sistema educativo que priva del derecho a la ecuación a nuestro pueblo. Política sistemática que somete al abandono a las comunidades educativas de nuestras escuelas rurales en la provincia".

Los informes daban cuenta de la situación de algunos establecimientos rurales como la Escuela Nº 25 de la Villa del Parque Nacional Los Alerces, la Nº 114 de Lago Rosario y la Nº 208 del paraje Sierra Colorada, todas sin gas ni calefacción en sus problemas más agudos.

También denunciaban otras problemáticas paralelas en esos establecimientos: invasión de murciélagos, obras paralizadas y falta de gas.

Las respuestas docentes buscaron contener este panorama, pero señalaron que nada era suficiente sin soluciones de fondo. El contacto virtual restringido o el contacto docente-alumnos una vez por semana son soluciones paliativas que se ensayaron en ese contexto para garantizar el derecho a la educación, pero señalaron que "a pesar del esfuerzo enorme de la docencia la realidad es que la escolarización sigue en suspenso, nuevamente el abandono de las infraestructuras por parte del gobierno que no invierte y ajusta el presupuesto educativo. Una dramática muestra del rosto real del abandono educativo".

Esos números en rojo de las obras sin avance se reflejaban en las realidades estudiantiles. A principios de 2022, lejos de situaciones imprevistas y accidentales, en algunas localidades la problemática era estructural.

En Comodoro Rivadavia, por ejemplo, tres escuelas denunciaban que no estaban en condiciones de inicio lectivo, situación que se repitió, de manera casi calcada, a inicios del 2023. La Escuela Nº 704, la Nº 27 y la Nº 702 anunciaban que no eran capaces de iniciar el ciclo lectivo a raíz de ejecución de obras que todavía no estaban finalizadas.

El panorama más álgido era el de la Escuela Nº 704 de Biología Marina, afectada por una obra de renovación con un plazo no menor a los 10 meses. Durante los últimos dos años, un grupo de padres autoconvocados se movilizó para garantizar un establecimiento educativo para sus hijos.

En enero de este 2024, tras la decisión de Ignacio Torres, recientemente asumido como nuevo gobernador, se anunció la adjudicación de la obra, tras dos años de traslados provisorios de los estudiantes y clases interrumpidas. El plazo de ejecución es de 360, por lo que padres y estudiantes esperan que el Ciclo Lectivo 2025 pueda iniciar con normalidad.

El panorama era similar en toda la provincia. La Escuela Nº 108 de Lago Puelo, por ejemplo, anunciaba que el inicio de clases se suspendía por obras en los baños, situación a la que después se sumó el cierre del comedor por falta de partidas. En la Escuela Agrotécnica Nº 717 en la misma localidad, así como en la Nº 720 de Trelew, las clases no empezaron por falta de calefacción.

Otros establecimientos tomaron la misma medida ante la falta de agua (un problema frecuente en algunas localidades, como Comodoro Rivadavia, donde las clases suspendidas por la imposibilidad de garantizar condiciones de higiene sin servicio de agua es intermitente): era el caso de la Escuela Nº 109 del Paraje Entre Ríos de Lago Puelo, la Nº 223 de El Hoyo y la Nº 788 de Lago Puelo.

En Trevelin y Esquel el escenario generalizado era de escuelas con clases suspendidas por falta de gas.

El papel del activismo estudiantil

La comunidad educativa y los propios estudiantes no son ajenos al agravamiento estructural de las condiciones edilicias. En los últimos años, especialmente los estudiantes secundarios, protagonizaron manifestaciones pacíficas para exigir el mejoramiento de la infraestructura. En posición de enunciadores activos, ellos mismos se dirigieron a los funcionarios para detallar con claridad todo lo que se adeuda en materia educativa.

En junio de 2019 estudiantes de la Escuela Técnica Ex Enet Nº 748 de Trelew organizaron una sentada para denunciar los problemas edilicios, entre los que se registraban goteras, matafuegos vencidos y mal ubicados, tomas de corriente mal conectadas, puertas sin picaporte y salidas de emergencias bloqueadas.

En la misma línea, una semana antes estudiantes del I.S.F.D.A 805 encabezaron una toma pacífica del edificio, al ver como la lluvia inundaba el establecimiento, profundizando otras problemáticas denunciadas previamente.

"Venimos arrastrando hace años estas problemáticas y generando marchas, protestas pacíficas y desde nuestras actividades artísticas nos empujó a esto, necesitamos una solución definitiva para poder convivir y aprender", comentaba un estudiante del Instituto, quien además subrayaba que el panorama del lugar era "un reflejo de montón de otras escuelas de la provincia y seguramente del país a las que le pasan estas cosas".

En el pedido enviado a las autoridades correspondientes del Ministerio de Educación, exigían agua potable, colocación de luces dentro y fuera del edificio, fumigación de alimañas, reparación de techos y ventanas, calefacción, reparación de aulas, limpieza de canaletas, carga de matafuegos y colocación de alarmas de incendio y sensores de seguridad, entre otros reclamos.

"Debido a que no hubo mantenimiento desde la inauguración del edificio en el 2011, el deterioro se agravó año tras año, desembocando en esta situación. Cabe destacar que nuestros reclamos fueron efectuados con anterioridad y de manera constante tanto por directivos, docentes y estudiantes", expresaban en la nota.

La toma fue levantada pero los estudiantes expresaron que seguirían en "estado de alerta y asamblea".

Expresiones similares se encuentran en toda la geografía provincial en los últimos años. En 2019, padres y docentes de la Escuela Nº 205 de Esquel exigían al Gobierno Provincial que atendiera diversas problemáticas que ponían en riesgo la salud de los estudiantes; denunciaban un estado edilicio en deterioro, con baños rotos, filtraciones de agua, paredes con humedad, una caldera sin funcionar y un patio interno repleto de desechos de palomas.

En septiembre 2021, la Escuela Provincial Bartolomé Mitre Nº 100, de Gaiman, realizó una asamblea escolar en la que visibilizaba las condiciones a las que se enfrentaban estudiantes y docentes, al tiempo que hablaban de un abandono del Gobierno provincial al sector de la Educación.

En una nota dirigida a los directivos de la Institución, reclamaban por la reparación de la calefacción del SUM, el elevado costo de las fotocopias e incluso pedían que los directos "se dirijan al personal docente y no docente de manera amable y cordial, debido a que en varias ocasiones los tratos han sido autoritarios y despectivos, incluso fuera del recinto escolar, donde muchos docentes han sido testigo de situaciones de autoritarismo por parte de los directivos".

En las calles

Reclamos similares encabezaba la Escuela Nº 151 de Trelew en 2022, enfatizando la imposibilidad de diálogo con las autoridades provinciales, a quienes se les exigía de manera reiterada las mejoras en materia de infraestructura.

En septiembre del 2022, padres y estudiantes de la Escuela Nº 161 del barrio Ciudadela en Comodoro Rivadavia encabezaron un corte en Ruta 2 y 39, a raíz de las problemáticas edilicias de la institución: falta de espacios recreativos, desbordes cloacales y aulas sin electricidad ni calefacción. Los padres subrayaron en ese momento que sus hijos llevaban más de un mes sin asistir a clases.

"Tomamos esta medida ya que nuestros hijos no asisten a clases hace 1 mes por problemas en una caldera que dejó de funcionar por un golpe de tensión. Ayer los padres se enteraron que los niños iban a ser trasladados a Km. 3 a la Escuela 43, pero no es que iban a asistir todos y no se podía. Queremos que arreglen nuestra institución donde funcionan 4 colegios", expresó Alejandra, de las madres convocadas, en diálogo con medios locales. Además, denunciaban la falta de respuesta de las autoridades provinciales: "Hoy la escuchaba a la ministra de Educación decir que estaba todo solucionado pero eso no es así".

Si bien son situaciones concretas, y algunas más visibles que otras, no dejan de reflejar el panorama general que los establecimientos educativos atraviesan de manera sistemática desde hace años.

"La educación es un derecho fundamental, no lo vulneren más". "¿Dónde está el Estado?" "¿Cuánto tiempo más nuestros hijos/as van a estar sin clases? Ya estamos cansados de promesas", rezaban los carteles en la puerta de la Escuela Nº 83 de Cushamen, a finales de agosto de 2023. Al mismo tiempo, una nota firmada por una decena de padres pedía al Gobierno que se ocupara de problemas relativos a los servicios básicos y las roturas edilicias.

En mayo de este año, estudiantes de la Escuela de Arte Nº 746 realizaron una sentada pacífica para dar cuenta de las promesas incumplidas y la situación estructural que se profundiza cada año.

Para la directora, Alicia Freile, es fundamental asegurar la presencialidad: "Hay alumnos que estuvieron hasta casi 4 años sin continuidad pedagógica y eso provoca que lleguen a un nivel secundario con muchas falencias".