Política

Se termina la luna de miel de Milei

Por Mauricio Cantando

La escalada del dólar no logró impedir la etapa más exitosa de la presidencia de Javier Milei en el Congreso. Luego de sancionar las dos leyes que pedía desde diciembre, Victoria Villarruel y Martín Menem lograron estirar los debates que amenazan las metas fiscales del libertario: las jubilaciones y los fondos educativos.

El Presidente se aseguró una pax legislativa hasta septiembre, una virtual luna de miel antes del debate del Presupuesto 2025, aunque su pelea con Mauricio Macri puede ponerla en riesgo.

Villarruel y Menem exhibieron una sólida alianza con los bloques radicales y los partidos provinciales para evitar derrotas en los recintos antes del receso invernal. Desde la Casa Rosada ayudó Guillermo Francos, encargado de dar tanto premios como castigos a los gobernadores.

Menem logró que Rodrigo De Loredo, jefe del bloque de la UCR y enlace con los gobernadores de su partido, desistiera de la sesión que había convocado con proyectos para actualizar el presupuesto universitario y restablecer el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), un refuerzo a los salarios en los colegios de todo el país.

Con complicidad radical, la vicepresidenta consiguió estirar el tratamiento en el Senado del proyecto para aumentar las jubilaciones.

El debate seguirá en comisiones con funcionarios y especialistas, pero lo que es seguro es que no sé sancionará el proyecto aprobado en Diputados, que implicaba un aumento de las jubilaciones y Milei anunció que lo iba a vetar.

Hay conversaciones informales entre radicales y el Gobierno para hacer retoques a la fórmula de movilidad que no impliquen un costo fiscal inmediato. Un foco de tensión es la incorporación de la variante salarial a la indexación: Milei se resiste pero hay jurisprudencia que así lo exige. La otra gran disputa es el aumento del 8.1% en las jubilaciones que dispone el proyecto, una amenaza al equilibrio fiscal que por ahora el líder libertario logró esquivar.

"No soy oficialista: soy antikirchnerista", se confesó en la sesión Eduardo Vischi, jefe del bloque radical en el Senado. El correntino blanqueó las encuestas que le llegan a los boinablancas. Marcan que, si le pegan a Milei, su electorado se lo recrimina. Al menos por ahora. Un intendente bonaerense de la UCR, que va por su tercer mandato, le contó a un senador que después de criticar por segunda vez al Presidente su imagen cayó como nunca antes. "No lo cuestiono más", se prometió. En los partidos provinciales, claves para construir mayorías en el Congreso, la situación es similar. Sólo en Santa Cruz, el Presidente no llega al 50%, según los números que llegan a los despachos del Congreso.

Javier Milei y Mauricio Macri

Como había anunciado, pasada la etapa de la ley ómnibus, Macri salió a jugar fuerte contra Milei. Usó sus mejores armas: los contactos con la Justicia, que permiten amenazar con un fallo de la Corte Suprema que fuerce a Milei a aumentar la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires. Ya hay una cautelar que lo dispone, pero el primer mandatario no la cumple.

El ataque del exjefe de Estado a Milei pone en vilo la alianza parlamentaria que hasta ahora funcionó sin fisuras. En el oficialismo reconocen que es el único activo PRO que necesitan.

"Ya tenemos su electorado, nos vamos a quedar con la marca, sólo pedimos un precio por sus votos en los recintos", es la lectura libertaria. Macri no está dispuesto a aceptarla. En el Congreso, el expresidente tratará de imponer una agenda amarilla -con temas como ficha limpia y la baja de edad de imputabilidad-, que a la Casa Rosada no le desagrada, pero tampoco la ven como prioritaria.

Los debates parlamentarios sólo le dan marco a la pelea por los dos instrumentos centrales del poder político que Macri quiere disputar: plata y expectativas electorales. La contienda PRO-LLA tendría una escena en el recinto de Diputados el 7 de agosto, para cuando el oficialismo planea una sesión con cuatro temas que pide el Gobierno y tienen dictamen: tratados internacionales, autorización para entrada de tropas, cambio al registro de datos genéticos y entrega voluntaria de armas.

Si Macri lo solicita, su jefe del bloque de Diputados, Cristian Ritondo, ese día pedirá en el recinto tratar su proyecto de resolución para exigirle al Gobierno aumentar los giros de coparticipación a la Ciudad, que sólo se negó a firmar la minúscula tropa legislativa que se referencia con Patricia Bullrich. Son muy pocos. Unión por la Patria y los partidos provinciales votarán en contra de darle plata a Jorge Macri. El resto, oficialismo incluido, elegirá de qué lado estar. El debate llegará inevitablemente cuando se trate el Presupuesto 2025.

Francos y los gobernadores

La tensión entre Macri y Milei puede reconfigurar las alianzas en el Congreso. Para el oficialismo es una oportunidad para consolidar a sus otros aliados, como la UCR y los partidos provinciales, e intentar sumar el respaldo de a gobernadores de Unión por la Patria que no terminan de dar el salto formal, como el catamarqueño Raúl Jalil, quien aportó votos en Diputados para aprobar la reforma fiscal pero no rompió el bloque Unión por la Patria. Hay mucha expectativa en la Casa Rosada en lograr que el santiagueño Gerardo Zamora firme el Pacto de Mayo en Tucumán el martes.

El nexo con los mandatarios es Francos, considerado en el PRO como el promotor de las tensiones con Macri. Si algo une al jefe de Gabinete con Karina Milei es el objetivo de borrar al expresidente de la escena política. La secretaria general de la Presidencia lo intenta con el armado de un partido propio para competir, llamado La Libertad Avanza, que no necesite la ayuda de otros sellos.

En paralelo, Francos diseña una reforma política para acorralar al PRO con la eliminación de las PASO. Macri ya pidió a los suyos no votar ese proyecto, una posición que, curiosamente, podría compartir con Máximo Kirchner, quien necesita de las primarias para disputar poder en la provincia de Buenos Aires. Los gobernadores peronistas, sin excepción, prefieren votar una sola vez. Lo intentaron en 2021 y quedaron en minoría.

Facturas calabresas

En el partido amarillo tienen a Francos como un enemigo. Cuentan que en diciembre amenazó a Milei con no asumir de ministro del Interior si Ritondo era auspiciado por la Casa Rosada como presidente de la cámara baja. El ahora funcionario no pudo imponer a Florencio Randazzo en ese lugar, pero aceptó que fuera Menem. Cualquiera menos un PRO. Su empoderamiento como jefe de Gabinete fue otro gesto que molestó a Macri.

En el PRO tienen paciencia calabresa: aseguran que para fin de año los gobernadores empezarán a pasarle factura al exministro del Interior por promesas incumplidas.

En el oficialismo le tienen fe al exrepresentante argentino ante el BID. Creen que la interdependencia política y económica de Milei con las provincias llegó para quedarse. Prometen reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), retomar obras públicas avanzadas y el traspaso de las que se pidan. Es lo que hay.

Además, para aislar al PRO, Menem y Villarruel abrirán el recinto y tratarán proyectos de la oposición dialoguista. Los libertarios los votarán con las dos manos y regalarán los discursos a sus socios. Hay muchos radicales anotados. El último límite para la agenda dialoguista que ponen en La Libertad Avanza es el "despilfarro". Ni siquiera hablan de déficit cero. El temario incluirá iniciativas del bloque amarillo compartidas por el Gobierno y el resto de la oposición dialoguista, como la esencialidad educativa, que será la primera en debatirse. Será un intento más de LLA de hacerle el abrazo del oso al PRO, al igual que las propuestas para fusionar los bloques legislativos, desechada por Macri.

La sintonía del Gobierno con los dialoguistas también derivó en ofertas para cargos ejecutivos, todavía no aceptadas. El diputado Oscar Carreño (HCF) y el secretario legislativo de la UCR en la cámara baja, Alejandro Cacace, son los más requeridos en la Casa Rosada.

La Corte, el telón de fondo

La tensión Macri-Milei y el avance de Francos sobre la provincias será el marco del debate de los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla.

La senadora Guadalupe Tagliaferri (PRO), cercana a Horacio Rodríguez Larreta, es la presidenta de la comisión de Acuerdos y será la encargada de citar a las audiencias, previstas para mediados de agosto.

Francos confía en los votos de Unión por la Patria para avanzar. Si es necesario ofrece ampliar la Corte Suprema, un viejo reclamo de los gobernadores que, además, es útil para cumplir con el cupo femenino.

Milei ya no esconde que la candidatura de Lijo lo une con el kirchnerismo y el PJ. Comparten intereses: el juez y el socio, el supremo Ricardo Lorenzetti, son instrumentos para golpear a la mayoría automática del máximo tribunal, que integran Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, a quien el Presidente le preparó su jubilación en diciembre. En el kirchnerismo creen que fue un acto de inocencia del jefe de Estado.

La pelea por completar la Corte tiene intereses contrapuestos. En las audiencias de Lijo y García-Mansilla, los representantes de las provincias peronistas repetirán los argumentos que usaron el año pasado para promover el juicio a los miembros de la Corte: que la Ciudad de Buenos Aires no es una provincia como tal y, por lo tanto, no puede pedir una coparticipación plena. Si alguno de los aspirantes a juez supremo cuestiona esa interpretación constitucional, jamás tendrá los votos para asumir en el máximo tribunal.

La vendetta de la provincias

Si la Corte le da estatus de provincia a la Ciudad, en el Congreso irán a fondo con viejas ideas para arruinar a la administración de Macri, como quitarle la condición de capitalidad (hubo un proyecto en 2014 para darle esa categoría a Santiago del Estero) o desfinanciar los servicios públicos que con fondos del tesoro nacional abastecen las casas porteñas. Para dar esos golpes, alcanza con votar leyes. "No puede ser que las provincias, que son preexistentes a la Nación, hayan creado una ciudad capital para perder sus recursos", es la interpretación de representantes provinciales. Milei, por ahora, no tiene posición en esa disputa.

El debate en el Presupuesto 2025 definirá la relación del Presidente con la Ciudad y las otras 23 provincias. Se iniciará el 15 de septiembre. El avance enviado esta semana tuvo pronósticos macroeconómicos alentadores, la promesa de eliminar el impuesto PAIS y la ratificación de que no se negociará el déficit fiscal.

Será el momento en que Francos demuestre su oficio para conectar con las provincias. El reclamo de la Ciudad es uno de los tantos planteos que se escucharán. El reparto de subsidios al transporte enfrentará al área metropolitana con el resto del país. Habrá cruces por los regímenes especiales, como el de Tierra del Fuego, que una parte de la oposición dialoguista quiere borrar.

Algunos gobernadores están dispuestos a olvidarse del FONID si se reconocen otros ingresos coparticipables. No sería un buen negocio para Milei. El entrerriano Rogelio Frigerio es el más estudioso del tema. De esta manera, el debate del Presupuesto será igual de tenso que el de la ley ómnibus y definirá el nuevo marco de alianzas de la administración libertaria. Tal vez, el definitivo.

Fuente: Letra P