Una noche de enero del 2016, Nicolás Capovilla salió a correr por la zona de la costanera, donde lo hacía habitualmente. Desde entonces, se perdió todo rastro de él. Apenas unas horas antes había estado con su hermana, la última persona en hablar con él antes de la desaparición. Este 21 de julio habría cumplido 43 años, por lo que las redes se llenaron de fotos suyas para mantener viva la búsqueda. Es uno de los tantos casos de desaparición en Comodoro, y a la fecha no hay hipótesis ni pistas sólidas sobre su paradero.
La incertidumbre rodea al caso: Nicolás salió a correr un 26 de enero de 2016 y nunca volvió. Su casa quedó intacta, con todas sus pertenencias adentro.
Su hermana Cecilia es la última persona que habló con él. En su reconstrucción de esas últimas horas contó que pasadas las 21 de ese martes él se había acercado a su casa -ya que vivían en casas aledañas con patio compartido- para pedirle yerba, y había quedado en volver más tarde para pasar un rato juntos. Finalmente no se encontraron, y Cecilia se fue a acostar, aunque escuchaba de lejos la música que venía de la casa de su hermano.
Al irse a trabajar a la mañana siguiente, vio todo cerrado en la casa de Nicolás, aunque no le llamó la atención. Era común que su hermano durmiera hasta más tarde y que saliera a hacer ejercicio en horas de la noche. Sin embargo, al volver a su vivienda a la tarde todo seguía igual, y no había vuelto a hablar con él desde la noche anterior.
"Abro la puerta, estaba sin llave, y cuando entro la casa estaba exactamente igual, la cama hecha, todo en su lugar, ordenado y limpio. Arriba de la mesa estaba el celular, la billetera", relató. Su hermano no estaba y tampoco había indicios de que hubiese sido víctima de un robo o alguna situación violenta.
Cecilia se contactó rápidamente con cualquier amigo o conocido que pudiera tener noticias de él, pero nadie sabía nada. Días más tarde se realizó un peritaje a la casa, sin respuestas: "Hablaron con todos nosotros, con las amistades y así fueron ampliando los círculos. La verdad, no me gusta usar la palabra, pero es un misterio", expresó la hermana en diálogo con medios de comunicación, varios años después de los hechos.
Nicolás había trabajado en relación de dependencia como asistente jurídico en un estudio de abogados, y poco antes había quedado desempleado, por lo que ejercía como reikista de manera particular.
A un mes de la desaparición el segundo jefe de la Brigada de Investigaciones, comisario Juan Carrasco, confirmaba a los medios que se trabajaba para dar con el paradero del joven, y que se habían enviado fotografías suyas a las comisarías de todo el país, mientras se chequeaba la escasa información que se logró recopilar. Sin embargo, desde ese momento a la fecha, las autoridades nunca estuvieron en condiciones de sostener una hipótesis firme, nunca hubo indicios de secuestro, accidentes u otros eventos similares.
"¿Cómo puede ser?"
A ocho meses de su desaparición, en septiembre de 2016, apareció la primera y única pista sobre el recorrido de Nicolás. Las imágenes de una cámara de seguridad del centro de Comodoro lo mostraban de manera clara, a apenas tres cuadras de su casa, a las 1.15 de la madrugada, trotando por la calle Sarmiento. La familia pudo confirmar que la persona de la grabación es él, aunque sin otras pistas o testimonios, esta evidencia poco puede decir sobre su paradero.
"El tiempo pasa y no sabemos nada de Nico. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede una ciudad borrar todo indicio de sus movimientos? Nico es nuestro hermano, hijo, tío, primo, sobrino, nieto, amigo. ¿Cómo puede ser que nadie sepa dónde está, qué come, dónde duerme? ¿Cómo puede ser que nadie lo vea? ¿Dónde está? ¿Dónde estás hermano mío, hermano nuestro, hijo nuestro, hijo de esta ciudad que se empecina en mantener silencio?", escribió su hermana en redes sociales a tres años de su desaparición, en 2019.
Desde el 2016 a la fecha se ofrece una recompensa a quienes brinden datos útiles que permitan dar con el paradero de Capovilla, aunque hasta el momento nadie se comunicó para dar información. En 2023, una nueva resolución del Programa Buscar -dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación- actualizó el monto a $3.000.000 para quienes sepan algo del joven comodorense.
El rostro de Nicolás Capovilla se suma al de otras personas desaparecidas en Comodoro que cada año empapelan las calles y las redes sociales. Las familias, por su parte, mantienen intacta la esperanza.