Al finalizar el primer trimestre del año el endeudamiento de Chubut trepó a los 710.036 millones de pesos, sin que se haya emitido nueva deuda. Solamente en tres meses aumentó el 9,7%, incrementándose en 62.803 millones de pesos como consecuencia de la suba inflacionaria; pero en doce meses subió el 283%, aumentando 462.000 millones. La deuda colocada en pesos por la gestión de Mariano Arcioni a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial pegó un salto muy significativo del 61% producto de estar atada a la suba de los precios y cada vez tiene más incidencia sobre el conjunto de la deuda chubutense. Los pagos efectuados en el arranque del año fueron de 34.189 millones de pesos y subieron casi el 100% de manera interanual. Por fin, luego de casi tres años, se volvieron a publicar números oficiales de las cuentas públicas de la provincia. El gobernador Ignacio Torres busca destrabar con Nación la emisión por 200 millones de dólares y no habría que descartar una nueva renegociación a más largo plazo con los tenedores del BOCADE tras su viaje a Silicon Valley.
La actual administración de Ignacio Torres no emitió nueva deuda a lo largo del arranque de su gestión, pero el endeudamiento provincial sigue creciendo traccionado por la inflación que afecta las colocaciones en pesos o por la devaluación que impactan exponencialmente a las realizadas en dólares.
La flamante información de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales, dependiente del Ministerio de Economía de Nación, reveló que en el primer trimestre de este año la deuda total chubutense creció a los 710.036 millones de pesos y experimentó una suba del 9,7% respecto de la contabilizada en el final del 2023.
De ese total, 540.323 millones de pesos correspondieron a deuda colocada en dólares y se relacionan esencialmente al BOCADE emitido por Mario Das Neves en el 2016 y renegociado por Mariano Arcioni en el 2021. La deuda en moneda extranjera representó el 76,1% sobre el total del endeudamiento provincial.
La otra porción significativa está relacionada a los préstamos tomados por la anterior gestión arcionista -esencialmente entre los años 2020 y 2023- con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP) que subieron a los 137.658 millones de pesos y significaron el 19,4% del total.
Fuerte suba por la inflación
Al finalizar el 2024 el endeudamiento total de la provincia ascendía a los 647.234 millones de pesos, de los cuales 529.800 millones correspondían a la deuda en dólares y representaban el 81,9%; mientras que 85.527 millones a la deuda en moneda nacional con el FFDP abarcaban el 13,2% del total.
El salto en los primeros tres meses fue del 9,7% y significó un aumento de 62.803 millones de pesos. Pero de ese total la gran mayoría del impacto negativo correspondió a la suba de la deuda tomada con el ANSES a través del FFDP.
Cuando cerró el 2023 ese endeudamiento en pesos de ubicó en los 85.527 millones, pasando en marzo de este año a los 137.658 millones. Este incremento fue del 61% ya que se sumaron 52.130 millones producto del ajuste inflacionario al que está atado dicho endeudamiento con el CER que se por la suba de precios.
El 83% del aumento de la deuda producido en el primer trimestre del año se debió a dicha deuda en pesos.
Ver el artículo: Chubut ahorcada por la deuda del BOCADE: emitió U$S 600 millones, ya pagó U$S 622 millones y terminará pagando el doble
Esta deuda es la que se encuentra en conflicto entre Chubut y Nación desde que la administración de Javier Milei comenzó a descontar compulsivamente los vencimientos que están garantizados con la Coparticipación Federal de Impuestos.
La intención de la gestión de Torres es achicar es parte esa deuda y renegociar los vencimientos con plazos mayores a los existentes, pero mientras tanto la misma no se va pagando por encontrarse judicializada y de esa manera se evitó el débito compulsivo.
Según el Ministerio de Economía de Nación asciende a los 137.658 millones de pesos, pero en los nuevos datos publicados por la Subsecretaría de Gestión Presupuestaria de Chubut ascienden a los 157.722 millones de pesos; registrándose allí una diferencia que ronda los 20.000 millones de pesos.
Un paso en la transparencia
Si bien existe una diferencia en la contabilidad del rubro vinculado a la deuda con el FFDP, resulta valioso que por primera vez en casi tres años se publiquen datos oficiales desde la administración provincial.
Dese el incendio en la Casa de Gobierno durante las manifestaciones contra la zonificación minera -a mediados de diciembre del 2021- se había extendido en el tiempo un largo apagón informativo desde el Estado provincial.
Más allá de la buena noticia y el paso adelante en la transparencia de las cuentas públicas chubutenses, aún sigue habiendo temas pendientes ya que no se han publicado los datos de oficiales del cierre financiero del año 2022 y de todo el 2023.
Disparada del 283% interanual
Cuando la comparación de la deuda contabilizada en el primer trimestre de este año se efectúa con el mismo período del año pasado se observa un incremento de la deuda total chubutense que se ubicó en el 283,4%.
La mayor suba se dio en el endeudamiento con organismos internacionales que pasó de 7.263 millones de pesos a 31.875 millones, mostrando un incremento del 338,9%.
Mientras que la relacionada a los bonos colocados esencialmente en moneda extranjera subieron el 279,3% interanual producto de haberse colocado en los 540.323 millones, mientras que un año atrás estaban en los 142.470 millones.
En estos dos rubros impactaron de lleno las devaluaciones que aplicaron a nivel nacional Sergio Massa primero y Javier Milei después.
No menos importante fue el aumento de la deuda en pesos del FFDP que saltó de 33.310 millones en el primer trimestre del 2023 hasta llegar a los 137.658 millones en el mismo período de este año.
El total de la deuda provincial aumentó durante un año en 524.832 millones de pesos, de los cuales 397.853 millones correspondieron a los bonos en dólares, 24.612 millones a la originada con organismos internacionales y 104.347 millones a la colocada en pesos con el FFDP.
Aumento en los pagos de vencimientos
Los pagos de deuda efectuados por la provincia en el primer trimestre ascendieron a los 34.189 millones de pesos, de los cuales 25.513 millones correspondieron al capital y sólo 8.676 millones a los intereses.
Es que al haberse frenado judicialmente el pago de las cancelaciones por el endeudamiento con Nación a través del FFDP, Chubut efectuó menos pagos por intereses de los que debió haber concretado; particularmente en el mes de marzo.
No obstante, los pagos de deuda realizados en el primer trimestre fueron un 96,4% mayores a los del mismo trimestre del 2023 cuando se canceló deuda por 17.406 millones.
En todo el 2023 se pagó endeudamiento por 56.633 millones de pesos y en tan sólo un trimestre se canceló una suma similar al 60% de ese monto; por lo que habría que esperar que, si no se dispara nuevamente la inflación ni se produce una nueva devaluación, la provincia terminará pagando a finales de año casi el triple de ese monto.
Los 34.189 millones de pesos desembolsados para el pago de deuda en el primer trimestre de este año son casi iguales a los 36.846 millones que se había pagado en todo el año 2022.
Esta tendencia creciente del endeudamiento y por consiguiente de los pagos que se efectúan desde el erario público muestran a las claras la complicada situación de las finanzas provinciales producto de una deuda que no se utilizó para concretar las obras previstas o que en una porción importante se utilizó para saldar gastos corrientes.
Posible nueva renegociación
En tiempos donde el ajuste del Gobierno nacional ahoga los ingresos chubutenses, a los que se suman los menores ritmos productivos que achican la recaudación por regalías petroleras, la situación se vuelve más que compleja.
Torres tiene en uno de sus cajones la autorización para emitir nueva deuda por 200 millones de dólares que le habilitó la Legislatura al inicio de su mandato y podría reflotarlo en breve, aunque esta vez sería con la Coparticipación como garantía y no con regalías petroleras; pero no cuenta con el aval de Nación para concretar la emisión y tampoco hay mucha disponibilidad de fondos en dólares para que la provincia salga al mercado.
En las negociaciones que Chubut encara actualmente con Nación está en juego la deuda con el FFDP y su refinanciamiento, pero también el aval para emitir por esos 200 millones con los que el gobernador pretendería reemplazar en parte de la obra pública que fue paralizada casi totalmente por la administración Milei.
Es que los pagos de los vencimientos del FFDP están garantizados por los fondos de la Coparticipación y hasta que no se resuelva ese tema, más allá de la judicialización, pueden ser descontados de manera automática por Nación para cancelar los vencimientos y por ende no quedan fondos disponibles como para garantizar los pagos de una nueva emisión en pesos.
Las regalías petroleras también podrían ser cedidas en parte, como ya sucedió con las emisiones de deuda desde el 2012, como garantía para el endeudamiento; pero en la actualidad se encuentran estranguladas por los vencimientos del BOCADE y la retracción productiva que hace disminuir los ingresos de la provincia.
En paralelo, se especula que Torres podría haber iniciado algún tipo de renegociación con los tenedores del BOCADE -especialmente tras su viaje a Estados Unidos- para reformular nuevamente los plazos y los montos que había renegociado Oscar Antonena durante el gobierno de Arcioni; quizás extendiendo aún más allá del 2030 los plazos y bajando la carga actual de los vencimientos que rondan los 35 millones de dólares por trimestre.
Más allá del murmullo político que generó la foto junto a la kirchnerista intendente quilmeña Mayra Mendoza, el ex gobernador cordobés Juan Schiaretti y el diputado nacional macrista Cristian Ritondo; a su regreso de Silicon Valley, el propio Torres expresó que "el balance es positivo. Nos reunimos con acreedores" y en esa línea adelantó que en los próximos días realizará un "anuncio determinante para el futuro de la provincia".
La emisión de deuda en dólares para obra pública otra vez se asoma en un horizonte complicado y más aún cuando se tienen en cuenta todas las experiencias anteriores que generaron una bola de nieve de endeudamiento que en su gran mayoría no se tradujo en la infraestructura comprometida.
Por lo menos es lo que han demostrado las experiencias de la última década; más aún cuando no se vislumbra una opción sólida que posibilite incrementar notoriamente los ingresos que en la actualidad retroceden por el ajuste nacional, la recesión económica y la caída de la producción petrolera que contrae las regalías.
