Petróleo

Pánico de YPF y Milei: Petronas cancelaría la inversión para el GNL y Vaca Muerta entra en crisis exportadora

Los múltiples y grandilocuentes anuncios realizados sobre la puesta en marcha del "segundo campo" sojero relacionado a la exportación de gas como gran aporte por el ingreso de miles de millones de dólares anuales y el sustento del actual plan económico, recibieron un duro golpe en las expectativas de concretarse. Desde la prensa se filtró que la empresa malaya Petronas no invertirá los 30.000 millones de dólares necesarios para construir y poner en marcha la planta exportadora de Gas Natural Licuado (GNL) por barcos que se piensa ubicar Punta Colorada, en la localidad rionegrina de Sierra Grande. El globo que se infló en los últimos meses de buenas noticias, y que se potenció con la sanción de la Ley Bases y el RIGI, se pinchó y ahora el gobierno de Milei y la YPF de Marín entraron en pánico. El proyecto exportador de GNL a gran escala impulsado desde Vaca Muerta vuelve a crujir, corre a contra reloj y queda atado a las incertidumbres políticas, económicas y de proyección que se imponen en el país.

Desde el 2012 con el kirchnerismo, pasando por el 2016 con el macrismo, el 2020 con el albertismo y llegando a la actualidad con la administración libertaria de Javier Milei, todos los gobiernos soñaron con desarrollar Vaca Muerta y salvarse.

Todos buscaron denodadamente subirse a Vaca Muerta casi como única salida para sus objetivos extractivistas, exportadores y económicos; pero ninguno de ellos lo consiguió y ahora parece que el de Milei deberá tragar polvo, guardar sus anuncios grandilocuentes y contentarse con que la producción petrolera de hidrocarburos no convencionales de la Cuenca Neuquina alcance para abastecer el mercado interno y expandir la venta a los países limítrofes.

La retirada de Petronas del proyecto de la planta de GNL en Punta Colorada puso en crisis el sueño dorado para la expansión exportadora de Vaca Muerta como uno de los grandes polos mundiales de venta de GNL y lo llevó al borde del fracaso o por lo menos lo hará demorarse por la falta de inversiones multimillonarias necesarias; mientras tanto el reloj de la competencia internacional, la fluctuación de los precios internacionales y el lento avance del recambio de la matriz energética juega en contra de una ilusión que aspira con transformar a Vaca Muerta el "segundo campo" que le aporte al país los dólares que necesita.

Ilusiones, promesas y frustraciones

Decenas de veces Vaca Muerta fue presentada como la salvación del país y en ninguna de ellas terminó mostrando los resultados que tanto se anunciaron. Esta vez con el gobierno libertario sucedió lo mismo basándose en la Ley Bases y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) para que con esos instrumentos llegue la lluvia de inversiones en dólares.

Pero al igual que las otras oportunidades, el golpazo dado por la retirada de Petronas vuelve a poner en crisis el mega proyecto exportador de Vaca Muerta como abastecedor de GNL a las grandes y desarrolladas economías del mundo.

Es que todos los gobiernos, como hacen habitualmente, ponen por delante los anuncios y los logros antes de que existan las condiciones necesarias de infraestructura para el desarrollo de Vaca Muerta.

Si bien es cierto que la producción de hidrocarburos no convencionales de la Cuenca Neuquina creció notablemente en los últimos siete años, no menos real es que lo hizo en detrimento de las inversiones y la explotación de los convencionales existentes en la Cuenca del Golfo San Jorge y la Cuenca Austral.

Los propios datos de la Secretaría de Energía de Nación muestran claramente que en materia de producción petrolera solamente aumentó el 6,5% entre los años 2009 y el 2023; mientras que en el terreno de la producción gasífera hubo una caída del 0,6% en el mismo período. Recién en este 2024 hubo perspectivas de una suba en la producción de ambos rubros, pero los resultados reflejados después de tantos años de desinversión en las cuencas maduras y millones de dólares en subsidios para los no convencionales son completamente reveladores y al mismo tiempo alarmantes; más allá del declino productivo de los convencionales que no fue revertido por la inversión en exploración y técnicas complementarias para ampliar su horizonte.

La realidad hasta el año pasado indica que Vaca Muerta es todo lo que se potencia desde los gobiernos, mucho más si se tiene en cuenta que desde el 2012 y hasta el 2021 el Estado nacional destinó más de 11.500 millones de dólares en subsidios para potenciar el desarrollo de los no convencionales.

A ese panorama se le deben sumar las inversiones estatales en infraestructura como las destinadas al Gasoducto Néstor Kirchner, a la reversión del Gasoducto del Norte que conecta con Bolivia o todas las relacionadas con YPF que sigue siendo una empresa con el 51% de sus acciones en manos del Estado.

En términos estrictamente "libertarios" lo de Vaca Muerta puede ser considerado un rotundo fracaso después de 12 años producto de los desembolsos realizados por el Estado nacional y los escasísimos resultados obtenidos hasta la actualidad; aunque sí queda claro que las grandes ganadoras han sido las compañías petroleras que consiguieron beneficiarse de los subsidios estatales para incursionar en la quimera de Vaca Muerta.

Más categórico es el resultado negativo si se tiene en cuenta que hasta finales del año pasado el 38,1% de la población del país seguía sin acceder al servicio público del gas natural por redes, muchos de esos 11,2 millones de personas viven en el norte del país, pero otros habitan en hogares ubicados sobre los yacimientos hidrocarburíferos de la Patagonia donde se extraen los recursos naturales.

De más esta decir que el actual gobierno no apunta a solucionar este déficit en la calidad de vida de los argentinos, sino que lo profundizará; pero es revelador cómo en la Argentina sigue habiendo millones de habitantes sin gas natural en sus hogares, mientras los gobiernos se desviven por financiar el desarrollo de Vaca Muerta para exportar el gas al mundo.

Petronas, las exportaciones y el golpe de realidad para Milei

A pesar de todo lo que el Estado nacional destinó en más de una década al impulso de Vaca Muerta, los hidrocarburos no convencionales no han logrado despegar en su faceta mega exportadora y eso sucedió porque aún no existe la infraestructura necesaria para transportar y vender al extranjero el gas y petróleo de la Cuenca Neuquina.

La gestión de Javier Milei, igual que las anteriores, se ilusiona con entrar como uno de los grandes jugadores del mercado exportador de Gas Natural Licuado (GNL); pero por ahora todas son ilusiones que con la salida inversora de Petronas parecen ingresar en una crisis de difícil solución.

Ni la Ley Bases, ni el RIGI, por ahora, parecen ser atractivos suficientes para que los grandes jugadores del mercado del GNL desembarquen con miles de millones de dólares y desarrollar la infraestructura necesaria. La lluvia de dólares, al igual que en tiempos del macrismo, parece haberse complicado.

Vaca Muerta está pensada por el gobierno libertario y la actual conducción de YPF como una herramienta esencialmente exportadora, buscando colocar en el mundo desarrollado o en vías de desarrollo el gas licuado de la Cuenca Neuquina.

Para hacerlo en grandes magnitudes que posibiliten la llegada de inversiones de la magnitud que hacen falta, los inversores reclaman proyectos a largo plazo, garantías legales y apoyos estatales para poder consolidar su desembarco.

La noticia sobre la salida de la malaya estatal Petronas de la inversión superior a 30.000 millones de dólares en la planta de GNL en Punta Colorada es una señal clara y durísima para la gestión de Milei.

El segundo político más importante del mundo, tal como él se autodefine, se dio de bruces con la realidad. Su gobierno parece no ser lo suficientemente confiable y perdurable para que una empresa extranjera haga una mega inversión en el país.

Posiblemente este haya sido el peor golpe recibido por el presidente libertario desde que asumió el 10 de diciembre, ya que su gestión basada en el ajuste, la licuación de salarios, la recesión económica, el dólar pisado y la multiplicidad de beneficios ofrecidos al capital privado para invertir en la Argentina parecen no funcionar.

El líder La Libertad Avanza se dio sobre el final de esta semana su peor baño de realidad y el pánico se apoderó de su gestión y de quienes comandan YPF.

Lograr que Vaca Muerta sea esa salida al mundo con el GNL no solo parece demorarse, sino que podría complicarse de manera tal que en el mejor de los casos podría ubicar a Vaca Muerta como un exportador de gas natural a los países vecinos (Chile y Brasil), pero quedaría muy lejos de convertirse en uno de los referentes mundiales.

El sueño de un "nuevo campo" que aporte igual o más dólares que la soja y los granos parece una misión casi imposible, más ahora que Petronas se salió del juego y en Punta Colorada parece que costará que haya una mega planta de GNL para la exportación.

Las inversiones no llegan y el mundo no espera

Siempre fue presentado como un acuerdo formalizado, pero las últimas noticias y confirmaciones mostraron que con Petronas no había nada firmado y la empresa estatal de Malasia -una de las principales jugadoras en el mercado mundial del GNL- se podría salir y pondría en dificultades el proyecto exportador que impulsa YPF en Punta Colorada.

Aunque aún no existen confirmaciones contundentes, desde el establishment aseguran que el proceso con Petronas esta caído "en un 95%"; pero aún queda la chance de que la propia compañía asiática cambie de rumbo o se sume alguna gran exportadora de GNL -como podría ser Shell- y antes que finalice el año aparezca el desembolso de 180 millones de dólares de inversión que se necesitan para dar el primer paso para para avanzar con los trabajos de ingeniería de la planta de licuefacción de GNL que YPF quiere construir en el Golfo San Matías.

Lo que YPF tiene proyectado desde antes de la llegada de Milei, pero que tomó mucho más impulso con el desembarcó de Horacio Marín en la petrolera con mayoría accionaria estatal, es comenzar a exportar GNL a partir de 2027, con un buque metanero. En principio serían entre 1 y 2 MTPA, para dos años más tarde tener en marcha una terminal flotante que quede instalada solo para la operación YPF y los inversores que se preveía iban a ser los malayos.

Luego se proyectaba sumar -entre 2029 y 2030- nuevos buques metaneros para que lo utilice el resto de la industria y así aumentar la exportación total de 8 y 9 MTPA.

La tercera etapa pretende la puesta en marcha en 2032 de una planta de GNL onshore que posibilitaría exportar entre 15 y 20 MTPA.

La iniciativa ARG LNG busca alcanzar en la próxima década una exportación de 93 MTPA por un valor de casi 13.000 millones de dólares y el objetivo es llegar a 30.000 millones de dólares en exportaciones para 2030 entre todas las compañías.

Ver el proyecto presentado por YPF: Argentina LNG

Por ahora la única posibilidad de procesar GNL que estaría avanzada es la que anunciaron la compañía Golar y Pan American Energy (PAE) para producir 2,45 millones de toneladas (MTPA) por año de GNL a partir de 2027.

Golar incluso anunció esta semana la inversión de 2.200 millones de dólares para construir una nueva unidad flotante de licuefacción (FLNG) por 3,5 MTPA anuales que podría ser parte de una segunda etapa del emprendimiento que anunció PAE en el país.

Sumar a Vaca Muerta al concierto internacional del GNL no es una tarea sencilla, mucho más porque no existe casi infraestructura para exportar; hoy en día sólo podría hacerse con relativa facilidad, pero en proporciones menores desde Bahía Blanca donde descargan el GNL importado para el consumo interno.

Lo cierto es que en la actualidad son todos proyectos a futuro, algunos bien cercanos y otros a mucho más largo plazo que incluyen la proyección a una década; pero avanzar con la infraestructura necesaria llevará bastante tiempo y el cachetazo recibido con la salida de Petronas ensombrece el panorama en perspectiva.

El mercado de Vaca Muerta en la exportación de GNL no solamente está atado a lo que suceda con las inversiones por venir, sino que se enfrenta a otros dos desafíos muy importantes. Uno es el costo de producción y el otro es el horizonte de recambio de la matriz energética en las principales economías del mundo.

En lo que se refiere a los costos de producción y los precios de venta, el gas de Vaca Muerta por ahora se muestra como beneficioso a consecuencia que YPF y las demás operadoras consiguieron reducir marcadamente los valores en los últimos años, aumentando la productividad de las fracturas y los costos salariales.

La consultora McKinsey reveló en el 2022 que los costos de producción para el petróleo eran de 36 dólares por barril y 1,60 dólares por MMBtu para el gas natural, destacando que esos precios están en línea con los de Estados Unidos.

Panoramas inciertos y presión del futuro

Con los actuales precios internacionales para el crudo y el gas Vaca Muerta sigue siendo rentable para las petroleras, pero no puede dejar de tenerse en cuenta la alta volatilidad que existe en este terreno y esa es una variable que modera las exceptivas de viabilidad de los no convencionales neuquinos a largo plazo; especialmente por las grandes inversiones que aún se deben hacer para desarrollar a pleno el proceso exportador.

El otro panorama que conflictúa el potencial exportador de Vaca Muerta hacia un largo plazo es la posible declinación del consumo gasífero en el mundo. El escenario más auspicioso para el GNL -Current Trajectory- proyecta el pico de importaciones para el 2030 y una declinación mucho más pausada con vistas al 2050, con un 73% por encima de 2022 para el año 2040. Allí encaja el panorama de máximo rendimiento exportador de Vaca Muerta.

La perspectiva menos alentadora -Net Zero- para los no convencionales argentinos prevé que en las dos próximas décadas las importaciones de GNL tendrán una tendencia a disminuir, determinando que el volumen en 2050 resulte un 42% inferior al de 2022; lo cual implicaría que no se requiere nueva capacidad de licuefacción.

La consultora Economía y Regiones publicó recientemente que "la demanda mundial de GNL continuaría creciendo hasta 2040, centralmente impulsada por la descarbonización de China y el fortalecimiento de la demanda en otros países asiáticos. En este sentido, se espera que la demanda de gas natural en China crezca en más de un 50% hacia 2040".

Las importaciones de GNL dependerán de la velocidad de la transición energética y este es un reloj que corre en contra de Vaca Muerta y su posibilidad de llegar al 2030 insertándose en el mercado exportador a nivel mundial.

Lo cierto es que no solamente Argentina e YPF quieren intentar apurar el paso para aprovechar la oportunidad que brinda en la actualidad el mercado exportador de GNL. Existen varios países que ya tienen proyectos de desarrollo de plantas exportadoras que sumarían un 35% la capacidad instalada de licuefacción entre los años 2023 y 2028; en ese terreno tanto Estados Unidos como Qatar se ubican al tope de proyectos en construcción.

Todas estas variables influyen de manera determinante en las perspectivas exportadoras de Vaca Muerta, particularmente en las relacionadas con insertarla en el top 5 de los máximos vendedores del mundo de GNL.

Si bien los hidrocarburos no convencionales del país son importantes y existen grandes reservas a explotar, la carencia de infraestructura y las dificultades para obtener inversiones que permitan desarrollar rápidamente su potencial hacen que Vaca Muerta posiblemente no sea del todo atractiva para los grandes inversores en el mercado del GNL.

Quizás en este terreno se inscriba la salida de Petronas y la incertidumbre para conseguir otros inversores que hagan los gasoductos y la planta de GNL en Punta Colorada.

Lo cierto es que Vaca Muerta llega tarde a la posibilidad del desarrollo GNL, aunque parece que aún podría tener alguna chance, pero el reloj corre en contra de las oportunidades y las ambiciones de los gobernantes nativos que se desesperan por poder sacar tajada de un proceso que podría cerrarse antes de concretarlo.