Bolivia: ¿Cómo evolucionará la tensión entre Arce y Morales?Por Sebastián Ochoa (SPUTNIK)
La división interna del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) marcó un punto de no retorno con los enfrentamientos en Bolivia durante la marcha liderada por Evo Morales contra los sectores afines al Gobierno de Luis Arce. ¿Cómo evolucionará el conflicto en los próximos días?
Con la llegada de la 'Marcha para Salvar a Bolivia' a la ciudad de La Paz, las aguas terminaron de partirse dentro del MAS bajo los liderazgos del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales.
El 23 de septiembre, al arribar a la capital boliviana, Morales dio un plazo de 24 horas, que extendió hasta las 48 horas, para que el Gobierno atendiera a las demandas de su movilización, entre las que se incluye el reconocimiento por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del Congreso del MAS de octubre de 2023, en la población de Lauca Ñ, en Cochabamba, donde el expresidente (2006-2019) fue declarado candidato presidencial.
Vencido el plazo, Morales indicó que este 26 de septiembre se reunirá con sus dirigentes más cercanos para concretar acciones, que podrían incluir un bloqueo indefinido de carreteras a partir del próximo 30 de septiembre.
El Gobierno de Arce denunció ante la comunidad internacional la tentativa "golpista" de Morales. El expresidente, por su parte, descartó que busque la salida de Arce del Gobierno.
En diálogo con Sputnik, el analista político José Llorenti consideró que actualmente Morales no tiene la fuerza social necesaria para mantener un bloqueo nacional e indefinido de carreteras, más allá de la multitud que lo acompañó en su llegada a La Paz. Por ejemplo, comentó que la movilización no entró a la plaza Murillo, donde una multitud de obreros, campesinos e indígenas se reunieron para expresar su apoyo a Arce.
Para el analista, es un signo de debilidad en la capacidad de convocatoria del expresidente.
"Esta marcha fracasó, entonces no auguro que un bloqueo de caminos tenga éxito. Un bloqueo implica mucha movilización de personas, también una logística considerable, aunque no tanto como una marcha. Pero el sacrificio humano es alto", dijo.
Recordó que, según una reciente determinación de la Justicia boliviana, están prohibidos los bloqueos que atenten contra la economía nacional y los derechos de otras personas, por ejemplo, a la libre movilidad.
"Creo que es un escenario no favorable para el expresidente Morales. Tal vez ese sea el desenlace de una intentona golpista con diversos modos de lucha para desplazar al presidente Arce y al vicepresidente David Choquehuanca", reflexionó.
Sobre el amago, evaluó que "ya se cumplió el plazo y no pasó nada. Más bien es un signo de debilidad, al mismo tiempo es una demostración de que no hay causas reales en la movilización del expresidente Morales, que no sea para imponer su candidatura y acortar el mandato del presidente Arce".
Balance de la marcha
La diputada Pamela Terrazas, del MAS, leal a Morales, participó en la marcha que partió el pasado 17 de septiembre del municipio orureño de Caracollo, distante a 170 kilómetros de la ciudad de La Paz.
"Ha sido una marcha histórica, se ha visto en las redes y en algún medio de comunicación que eran mares y mares de gente. Es increíble cómo la gente se ha ido sumando", dijo a Sputnik.
Y destacó que "la marcha siempre ha sido pacífica, pero nos molesta realmente cómo han actuado algunos funcionarios mandados por Eva Copa (alcaldesa de El Alto) y otros por el Gobierno actual, quienes junto a sus grupos paramilitares han agredido a nuestra gente".
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, sostuvo que los militantes de Morales agredieron a otros grupos seguidores de Luis Arce.
Los seguidores de Morales exigen la renuncia de los ministros de Gobierno, de la Presidencia (María Nela Prada), de Justicia (Iván Lima), de Defensa (Edmundo Novillo) y de Obras Públicas (Edgar Montaño).
La voz de la vigilia
Gery García, secretario de Seguridad e Industrialización de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), participó en la vigilia de la plaza Murillo en apoyo al presidente Arce.
El dirigente campesino recordó que, durante la marcha de una semana de Morales, en un momento el político dijo a la prensa que, si Arce y Choquehuanca se retiraban, quedaría en la presidencia el titular del Senado, Andrónico Rodríguez, quien es leal al exmandatario.
"Intentó desestabilizar al Gobierno, indicando que al llegar a la plaza Murillo tenían que dar un paso al costado el hermano presidente y el vicepresidente", dijo a Sputnik.
Y agregó: "El expresidente no ha tenido predisposición para sentarse a una mesa de diálogo con el presidente Arce".
García adelantó que este 27 de septiembre se reunirán las organizaciones sociales leales a Arce en la ciudad de El Alto. Allí exigirán a la Asamblea Legislativa la aprobación de varios créditos internacionales por más de 1.000 millones de dólares, necesarios para ejecutar obras públicas en el país.
La división entre los legisladores afines al Gobierno y los seguidores de Morales impide alcanzar la cantidad de votos necesaria.
El resultado del desgaste
Para Llorenti, la división del MAS es resultado del desgaste generado por mantenerse democráticamente en el Gobierno desde 2006. Cuando Arce fue elegido en 2020 se esperaba el inicio de un "nuevo ciclo" en el partido, pero varios factores influyeron en contra, como "las pugnas internas, el agotamiento en algunos aspectos del modelo económico boliviano (y) el hecho de que, como menciona el presidente Arce, no se cuidó la nacionalización de los recursos naturales".
Analizó que en este momento "el MAS se siente agotado de ideas, de objetivos. Además, hay una generación entera de personas que no han conocido otro Gobierno que no sea uno masista. Entonces, estas personas piensan que cualquier cambio hacia la derecha es favorable, como sucedió en otros países".
Para las nuevas generaciones, "el retorno a las viejas prácticas neoliberales [es novedoso], porque nunca las han vivido. Ese panorama configura la posibilidad de que una derecha pueda tomar el poder en Bolivia".
Pero el experto reconoció que en los sectores de derecha de Bolivia hay decenas de liderazgos, sin que alguno logre destacarse.
"Ellos están en sus propios laberintos, donde se desenvuelven. Su situación es incluso más confusa que la del MAS, porque en el MAS tenemos dos liderazgos divididos. Sin embargo, en la derecha tienen múltiples liderazgos con sus diferencias, aunque todos manejan el mismo plan de ajuste", concluyó.
Por Sebastián Ochoa (SPUTNIK)
La división interna del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) marcó un punto de no retorno con los enfrentamientos en Bolivia durante la marcha liderada por Evo Morales contra los sectores afines al Gobierno de Luis Arce. ¿Cómo evolucionará el conflicto en los próximos días?
Con la llegada de la 'Marcha para Salvar a Bolivia' a la ciudad de La Paz, las aguas terminaron de partirse dentro del MAS bajo los liderazgos del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales.
El 23 de septiembre, al arribar a la capital boliviana, Morales dio un plazo de 24 horas, que extendió hasta las 48 horas, para que el Gobierno atendiera a las demandas de su movilización, entre las que se incluye el reconocimiento por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del Congreso del MAS de octubre de 2023, en la población de Lauca Ñ, en Cochabamba, donde el expresidente (2006-2019) fue declarado candidato presidencial.
Vencido el plazo, Morales indicó que este 26 de septiembre se reunirá con sus dirigentes más cercanos para concretar acciones, que podrían incluir un bloqueo indefinido de carreteras a partir del próximo 30 de septiembre.
El Gobierno de Arce denunció ante la comunidad internacional la tentativa "golpista" de Morales. El expresidente, por su parte, descartó que busque la salida de Arce del Gobierno.
En diálogo con Sputnik, el analista político José Llorenti consideró que actualmente Morales no tiene la fuerza social necesaria para mantener un bloqueo nacional e indefinido de carreteras, más allá de la multitud que lo acompañó en su llegada a La Paz. Por ejemplo, comentó que la movilización no entró a la plaza Murillo, donde una multitud de obreros, campesinos e indígenas se reunieron para expresar su apoyo a Arce.
Para el analista, es un signo de debilidad en la capacidad de convocatoria del expresidente.
"Esta marcha fracasó, entonces no auguro que un bloqueo de caminos tenga éxito. Un bloqueo implica mucha movilización de personas, también una logística considerable, aunque no tanto como una marcha. Pero el sacrificio humano es alto", dijo.
Recordó que, según una reciente determinación de la Justicia boliviana, están prohibidos los bloqueos que atenten contra la economía nacional y los derechos de otras personas, por ejemplo, a la libre movilidad.
"Creo que es un escenario no favorable para el expresidente Morales. Tal vez ese sea el desenlace de una intentona golpista con diversos modos de lucha para desplazar al presidente Arce y al vicepresidente David Choquehuanca", reflexionó.
Sobre el amago, evaluó que "ya se cumplió el plazo y no pasó nada. Más bien es un signo de debilidad, al mismo tiempo es una demostración de que no hay causas reales en la movilización del expresidente Morales, que no sea para imponer su candidatura y acortar el mandato del presidente Arce".
Balance de la marcha
La diputada Pamela Terrazas, del MAS, leal a Morales, participó en la marcha que partió el pasado 17 de septiembre del municipio orureño de Caracollo, distante a 170 kilómetros de la ciudad de La Paz.
"Ha sido una marcha histórica, se ha visto en las redes y en algún medio de comunicación que eran mares y mares de gente. Es increíble cómo la gente se ha ido sumando", dijo a Sputnik.
Y destacó que "la marcha siempre ha sido pacífica, pero nos molesta realmente cómo han actuado algunos funcionarios mandados por Eva Copa (alcaldesa de El Alto) y otros por el Gobierno actual, quienes junto a sus grupos paramilitares han agredido a nuestra gente".
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, sostuvo que los militantes de Morales agredieron a otros grupos seguidores de Luis Arce.
Los seguidores de Morales exigen la renuncia de los ministros de Gobierno, de la Presidencia (María Nela Prada), de Justicia (Iván Lima), de Defensa (Edmundo Novillo) y de Obras Públicas (Edgar Montaño).
La voz de la vigilia
Gery García, secretario de Seguridad e Industrialización de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), participó en la vigilia de la plaza Murillo en apoyo al presidente Arce.
El dirigente campesino recordó que, durante la marcha de una semana de Morales, en un momento el político dijo a la prensa que, si Arce y Choquehuanca se retiraban, quedaría en la presidencia el titular del Senado, Andrónico Rodríguez, quien es leal al exmandatario.
"Intentó desestabilizar al Gobierno, indicando que al llegar a la plaza Murillo tenían que dar un paso al costado el hermano presidente y el vicepresidente", dijo a Sputnik.
Y agregó: "El expresidente no ha tenido predisposición para sentarse a una mesa de diálogo con el presidente Arce".
García adelantó que este 27 de septiembre se reunirán las organizaciones sociales leales a Arce en la ciudad de El Alto. Allí exigirán a la Asamblea Legislativa la aprobación de varios créditos internacionales por más de 1.000 millones de dólares, necesarios para ejecutar obras públicas en el país.
La división entre los legisladores afines al Gobierno y los seguidores de Morales impide alcanzar la cantidad de votos necesaria.
El resultado del desgaste
Para Llorenti, la división del MAS es resultado del desgaste generado por mantenerse democráticamente en el Gobierno desde 2006. Cuando Arce fue elegido en 2020 se esperaba el inicio de un "nuevo ciclo" en el partido, pero varios factores influyeron en contra, como "las pugnas internas, el agotamiento en algunos aspectos del modelo económico boliviano (y) el hecho de que, como menciona el presidente Arce, no se cuidó la nacionalización de los recursos naturales".
Analizó que en este momento "el MAS se siente agotado de ideas, de objetivos. Además, hay una generación entera de personas que no han conocido otro Gobierno que no sea uno masista. Entonces, estas personas piensan que cualquier cambio hacia la derecha es favorable, como sucedió en otros países".
Para las nuevas generaciones, "el retorno a las viejas prácticas neoliberales [es novedoso], porque nunca las han vivido. Ese panorama configura la posibilidad de que una derecha pueda tomar el poder en Bolivia".
Pero el experto reconoció que en los sectores de derecha de Bolivia hay decenas de liderazgos, sin que alguno logre destacarse.
"Ellos están en sus propios laberintos, donde se desenvuelven. Su situación es incluso más confusa que la del MAS, porque en el MAS tenemos dos liderazgos divididos. Sin embargo, en la derecha tienen múltiples liderazgos con sus diferencias, aunque todos manejan el mismo plan de ajuste", concluyó.