Géneros

Apología de la pedofilia en un carnaval: "Este tipo de mensajes refuerza una estructura social que reproduce e invisibiliza la violencia sexual mediante el humor"

El carnaval tradicional de Lincoln (Buenos Aires) quedó en el centro de la controversia a raíz de un grupo de jóvenes que participó del desfile arriba de un auto que exhibió mensajes que hacían apología a la pedofilia. La situación generó preocupación en un país en el que, en promedio, una de cada tres niñas y uno de cada seis varones ha sufrido abuso sexual, y da cuenta de una cultura de la violación que todavía está instalada, a pesar de los avances en materia de derechos. "Es urgente repudiar y disciplinar estás acciones al mismo tiempo que educar y transformar estas narrativas para que el lenguaje sea una herramienta de cambio y no un vehículo para perpetuar violencias", sostuvo Sonia Almada, psicoanalista y activista por los derechos de las infancias, en diálogo con El Extremo Sur.

Pedófilos en el corso

Las imágenes del vehículo con las frases pintadas se hicieron virales rápidamente y generaron repudio entre los vecinos y las organizaciones locales. Una de las carrozas tenía inscripciones como "aguanten las menores", "si hay pelito no hay delito" o "dos besitos porque tres se me para", aludiendo a una canción de La Joaqui que dice "dos besitos porque tres es mucha plata".

El Carnaval de Lincoln se realiza cada año en esa ciudad bonaerense y este año tuvo lugar en la localidad de Roberts, un pueblo con cerca de 3 mil habitantes.

Tras lo sucedido y su viralización en redes sociales, la Municipalidad y la delegación de Roberts repudiaron el hecho y expresaron que "si bien, bajo ningún aspecto la organización del carnaval limita la participación ni censura las expresiones de quienes forman parte de este festejo popular, de ningún modo se avalan los comportamientos o mensajes posibles de constituir delitos".

Desde la comuna se decidió "apartar del desfile, al motivo en cuestión, llamar a la reflexión a quienes participaron del mismo y solicitarle que se retracten públicamente frente a este episodio".

"Consecuentemente, cada nueva edición de nuestra fiesta mayor, supone el compromiso de todos para dejar atrás y abandonar las conductas machistas, violentas y ofensivas que no hacen más que perpetuar estereotipos de géneros, el lenguaje sexista y la marginación de las minorías", cierra el comunicado.

"Estas expresiones no son inocuas"

Los derechos de las infancias tomaron un lugar central en la agenda política y mediática en los últimos años. Movimientos feministas y de Derechos Humanos, así como buena parte de la sociedad, dan cuenta de las vulneraciones que atraviesan los niños, niñas y adolescentes, así como la frecuente inacción y complicidad de un sistema adultocéntrico.

En la última década han proliferado los informes, estudios y políticas públicas en torno a las violencias que atraviesan las infancias y los obstáculos que encuentran en la justicia, en una sociedad que, a pesar de que ha promovido avances, también justifica y naturaliza estas prácticas.

Numerosos especialistas señalan que el abuso sexual contra las infancias, más que una acción individual de sujetos "monstruosos, locos o desviados de la norma social", se inscribe en una trama social patriarcal y adultocéntrica.

En diálogo con este medio en 2022, el psiquiatra y especialista en violencia, Enrique Stola, hablaba de "una concepción machista" que abriga la creencia de que "el cuerpo de las mujeres, niños, niñas y adolescentes les pertenece", una creencia que además está presente "en el contexto social, en el imaginario social de los varones y en gran parte de las mujeres colonizadas por el machismo".

Ver Stola: "La sociedad prepara a los próximos femicidas; hay un ataque fuertísimo contra derechos de mujeres, trans y disidencias"

Lejos de cuestiones individuales, apostaba por el cumplimiento de políticas públicas, como la correcta implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) y las acciones de protección y empoderamiento de los sobrevivientes.

La psicoanalista, fundadora de la Asociación Civil Aralma y activista por los derechos de las infancias, Sonia Almada, se refirió al caso de Lincoln y sostuvo que "no solo refleja la persistencia de la cultura de la violación, sino que también pone de manifiesto que quienes reproducen estos mensajes no son únicamente trivializadores, sino que pueden ser agresores y/o cómplices. Estas expresiones no son inocuas; legitiman, naturalizan y fomentan prácticas que perpetúan la violencia sexual".

Y señaló que a nivel mundial, 1 de cada 5 niñas y 1 de cada 7 niños sufren violencia sexual infantil, y más del 89% de estos abusos ocurre en el entorno cercano de las víctimas, "siendo los perpetradores en su mayoría varones heterosexuales que conviven con figuras femeninas como madres, tías o abuelas".

En este sentido, "este tipo de mensajes refuerza una estructura social que no solo tolera la violencia sexual, sino que la reproduce y la invisibiliza mediante el humor o la supuesta ‘normalidad' de estas conductas".

Violencia discursiva

Tras el repudio generalizado que recibieron las imágenes, uno de los jóvenes involucrados se manifestó vía Facebook. En un texto publicado en la red social, minimizó los hechos argumentando que fue "una broma". Explicó que el auto lo compraron entre amigos, especialmente para el evento.

"Hola, pido disculpas si se ofendió o algo, pero esto es lo que en los pueblitos llamamos corsos. Es para divertirnos nosotros y a quienes nos miran. Todo lo hicimos en broma, como cualquiera haría si compra un auto con sus amigos para los corsos", escribió el joven, al tiempo que solicitó que no sean acusados de pedófilos y violadores: "Nos tienen que pedir disculpas por difamarnos a todos nosotros de esa manera, de pedófilos y violadores, que nada que ver, solo por una frase escrita en un auto".

Este tipo de frases también refleja el proceso de naturalización al que aludía Almada. Al respecto, advirtió que "el lenguaje y el discurso no solo trivializan, también construyen complicidad". La idea de que "sólo es una broma", señala la especialista, "no solo invisibiliza el daño que causan, sino que posiciona a quienes las producen y difunden como posibles agresores o facilitadores de violencia sexual. Estas expresiones validan actitudes abusivas, perpetúan estereotipos y desresponsabilizan a quienes las promueven".

"Es fundamental entender que no hay nada de inofensivo en estos mensajes, ya que contribuyen a normalizar y justificar comportamientos que afectan gravemente a las víctimas y a las y los sobrevivientes. El humor no debe ser una excusa para minimizar el sufrimiento ni para permitir la reproducción de opresiones", agrega.

El desfinanciamiento no viene solo

La postura del actual Gobierno nacional sobre la agenda de género y Derechos Humanos siempre fue clara. El propio presidente Javier Milei prometió en campaña el cierre de espacios y programas clave, así como una reducción significativa del presupuesto destinado a estas áreas, y así lo concretó.

El cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades fue apenas el inicio de una serie de acciones de retroceso en relación a las políticas de género, Derechos Humanos y derechos de las infancias, al tiempo que se esgrimió un discurso violento contra cualquier expresión relativa a estos enfoques.

Este proceso también significó un retroceso en los avances que se habían logrado hasta la fecha en relación a una concepción de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho.

A pesar de que la vulneración de los derechos de las infancias es de larga data, la situación se agudizó a partir de la actual gestión y el recorte de políticas específicas destinadas a este grupo. En agosto, Almada repasaba este escenario y sostenía que el escenario "es muchísimo peor porque es un gobierno totalmente antiderechos, que está en contra de las mujeres, las diversidades y de la infancia".

Ver Almada: "No hay espacios de recuperación para los niños que padecen violencias"

"Se ha recortado en todos los aspectos, la decisión del ejecutivo es demoler el Estado, es un Estado no presente, y eso afecta profundamente a la infancia, no hay políticas públicas destinadas a los niños y niñas ni espacios para la recuperación y sanación cuando se padecen violencias, ni siquiera hay lugares para comer, porque los merenderos están repletos", explicaba.

Al ser consultada por el caso de Lincoln, dijo que la aparición de estos discursos -si bien no son nuevos- no se producen aislados de la coyuntura política: "El desmantelamiento de políticas públicas que promueven la igualdad de género y protegen a las infancias crea un contexto de desamparo y retroceso. El cierre de programas clave, como el Plan ENIA, y la desaparición del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, el vaciamiento de la línea 137 y del Hospital Bonaparte, entre otros, envían un mensaje preocupante de desinterés por estas problemáticas".

Más allá de las cuestiones presupuestarias, Almada habla de la cuestión ideológica encarnada en esa "batalla cultural" que va en contra de cualquier expresión de las narrativas con enfoque de derechos.

"La persecución de obras como ‘Cometierra' de Dolores Reyes y la cancelación de la canción ‘Hay secretos' de Canticuénticos, posteriormente restituida a los programas de ESI tras el contundente repudio popular, son reflejos de una época que evidencia un rumbo muy preocupante. Estas acciones representan una narrativa y una mirada que desprecia los Derechos Humanos, atentando contra herramientas clave para la construcción de una sociedad más justa y consciente de estos crímenes", afirma.

Ver Maltz: "La Educación Emocional y la ESI no son sólo dos propuestas diferentes, plantean distintos proyectos de país"

"Esta denegación de la violencia sexual contra la infancia instala la idea de que no existe o no es para tanto, o peor aún: que solo un sector de la población puede acceder a la información y los cuidados", advierte.

"Además, ciertos discursos políticos que vinculan erróneamente, como el del presidente Milei en Davos, la violencia sexual con la homosexualidad o la llamada ‘ideología de género' refuerzan conceptos peligrosos y falsos. Es fundamental aclarar que el 89% de los abusos sexuales infantiles son cometidos por varones heterosexuales en entornos familiares tradicionales. Estas declaraciones desvían la atención de las verdaderas causas y perpetúan estigmas que solo contribuyen a agravar el problema y a encubrir a los pederastas", agrega.

Lo central, para la psicoanalista, es generar un repudio contundente a estas actitudes, en paralelo con la demanda de "un fortalecimiento de las políticas públicas y la legislación, para la prevención, la educación y la reparación de las víctimas".

La naturalización de estos discursos no sólo tiene consecuencias directas en las víctimas -que muchas veces deben enfrentarse a una sociedad que las cuestiona y estigmatiza-, sino en el tejido social: "Como sociedad, la normalización de estas prácticas y discursos puede adormecernos y convertirnos en cómplices pasivos frente al avance de la derecha y sus mensajes de odio, que buscan perpetuar desigualdades y silenciar las luchas por los derechos humanos".

En este sentido, señala que "en Aralma trabajamos hace casi 22 años en apoyo a las y los sobrevivientes de estas formas de violencia padecidas en la infancia y/o adolescencia a través de cambios legislativos, culturales y sociales así como también en la capacitación y educación de diferentes sectores en estas problemáticas que nos afectan a todos como sociedad, esa es nuestra forma de resistencia".

"Es urgente repudiar y disciplinar estas acciones al mismo tiempo que educar y transformar estas narrativas para que el lenguaje sea una herramienta de cambio y no un vehículo para perpetuar violencias. Una sociedad que no puede cuidar a su infancia está condenada a la repetición perpetua de patrones de violencia", concluye.