Bariloche y su pasado con presencia fascistaPor Adrián Moyano
¿Hubo presencia fascista en Bariloche? Una organización antecesora de la más intolerante de las doctrinas hizo pie aquí 100 años atrás. Si bien en Buenos Aires y otros puntos de la Argentina se caracterizó por actuar paramilitarmente contra organizaciones obreras e inclusive judíos, aquí arremetió contra todo extranjero que tuviera que ver con la cosa pública. El grupo barilochense que detentaba el poder en aquel entonces se estremeció cuando se instaló a pasos del Nahuel Huapi.
Los antecedentes eran tenebrosos. En 1921 la Liga Patriótica ostentaba considerable poderío: el 1° de mayo de aquel año organizó en Gualeguaychú (Entre Ríos) un gran acto que incluyó desfile de gauchaje a caballo para contrarrestar la tradicional conmemoración que, por el Día del Trabajador, se realizaría en la plaza de la localidad. No faltó una bandera argentina de 50 metros y la demostración nacionalista incluyó el alumnado de colegios religiosos y jovencitas que arrojaron flores al paso de los liguistas.
El éxtasis se alcanzó cuando hizo teatral arribo desde Buenos Aires Manuel Carlés, precursor del fascismo, cofundador de la agrupación y por entonces, su presidente. Las cosas no finalizaron con los vítores. "Terminado el acto de reafirmación patriótica y de los derechos de la propiedad, la caballería gauchesca al comando del estanciero Francisco Morrogh Bernard se dirigió hacia la reunión obrera que se llevaba a cabo en la plaza de Gualeguaychú y que estaba presidida por una bandera roja y otra negra", reconstruyó Osvaldo Bayer en un libro suyo que se reeditó en 2015.
"Ver esas banderas y sentir la santa indignación patria en sus pechos fue todo uno en los hombres de Carlés. Y arremetieron contra la endeble tribuna proletaria y sus tres mil asistentes. Fue una carnicería". En efecto, se registraron 13 víctimas fatales y un número elevado de heridos. Años después, cuando la Liga Patriótica se formalizó en Bariloche, emprendió una campaña para desacreditar a todo extranjero, sin importar qué tan poderoso fuera. Entre ellos, Primo Capraro.
Campaña de desprestigio
El italiano era por entonces el nervio motor de la Compañía Chile-Argentina e integraba la Comisión de Fomento. En la década del 20, la organización que surgiera de las actuaciones criminales de la Semana Trágica organizó una campaña de desprestigio en su contra. En la Patagonia, "una gran mayoría de comerciantes, estancieros, profesionales y autoridades locales fueron miembros activos de las brigadas de la Liga" o bien, "adhirieron a sus principios", estableció la historiadora Laura Méndez en "Estado, frontera y turismo. Historia de San Carlos de Bariloche" (Prometeo, 2010).
"Sus integrantes, además, tenían gran participación en eventos públicos y en instituciones de la comunidad". Según la investigadora, "su prédica encontró condiciones favorables de receptividad, pues fue un momento de crisis económica en la región, de conflictividad social en un contexto de agitación obrera a nivel nacional y en el que las medidas adoptadas por el presidente Hipólito Yrigoyen fueron cuestionadas en los territorios sureños".
La organización se instaló aquí 100 años atrás. "En 1925 conformaron la Liga Patriótica de Bariloche algunos vecinos argentinos, miembros del personal policial y docentes, arribados a mediados de la década de 1920 a la ciudad. La Liga estuvo presidida a nivel local por el médico de Salud Pública, Luis Pastor, el comerciante José de García, quien era corresponsal del periódico La Prensa, y los hermanos Gustavo y Héctor Boiza, este último cobrador fiscal. Este grupo observaba con desagrado y desconfianza que (Primo) Capraro y los de Belluno (entre comillas), en su totalidad extranjeros, ocuparan, desde hacía más de una década, todos los cargos de la Comisión de Fomento local".
La intolerancia ganó lugar. "Muy pronto comenzaron las desavenencias entre la Liga y la Comisión de Fomento, las que hicieron eclosión en 1926 cuando esta última, para paliar la falta de fondos del gobierno comunal, sancionó una ordenanza de impuestos que aumentó los gravámenes a los comercios. Frente a esto, un grupo de vecinos, conformado por liguistas y comerciantes, solicitó al gobernador territoriano la disolución de la Comisión de Fomento y la creación de un Concejo Municipal electivo", estableció Méndez.
Gobernaba el Territorio Nacional de Río Negro León Quaglia, quien nombró una nueva Comisión de Fomento con Cornelio Hageman, Primo Capraro, Gustavo Winkler, Ernesto Schumacher y Herminio Alonso. Una vez más, todos extranjeros. El segundo "envió entonces una nota a Quaglia, en la que se quejaba de una sistemática campaña en su contra, que intentaba mostrar a la colectividad italiana como autora de agravios y amenazas a algunos vecinos de la ciudad. Capraro acusó a la Policía de connivencia con los intereses de la Liga Patriótica".
Según Méndez, "las denuncias de Capraro eran contra tres personas: Amadeo E. Benítez por ostentación de fuerzas hecha por la Policía a su cargo y por haber detenido -sin motivo alguno- a súbditos italianos, al doctor Luis Pastor, presidente de la Liga, por haber dirigido una campaña en su contra en la cual se le injuriaba por medio de carteles y caricaturas que se colocaban en el bar de Belarmino García; y contra José de García, por haber este comentado en La Prensa los hechos ocurridos en forma insidiosa en el citado diario". Como puede advertirse, el fascismo no es novedad. Ni en la Argentina ni en Bariloche.
Fuente: El Cordillerano
Por Adrián Moyano
¿Hubo presencia fascista en Bariloche? Una organización antecesora de la más intolerante de las doctrinas hizo pie aquí 100 años atrás. Si bien en Buenos Aires y otros puntos de la Argentina se caracterizó por actuar paramilitarmente contra organizaciones obreras e inclusive judíos, aquí arremetió contra todo extranjero que tuviera que ver con la cosa pública. El grupo barilochense que detentaba el poder en aquel entonces se estremeció cuando se instaló a pasos del Nahuel Huapi.
Los antecedentes eran tenebrosos. En 1921 la Liga Patriótica ostentaba considerable poderío: el 1° de mayo de aquel año organizó en Gualeguaychú (Entre Ríos) un gran acto que incluyó desfile de gauchaje a caballo para contrarrestar la tradicional conmemoración que, por el Día del Trabajador, se realizaría en la plaza de la localidad. No faltó una bandera argentina de 50 metros y la demostración nacionalista incluyó el alumnado de colegios religiosos y jovencitas que arrojaron flores al paso de los liguistas.
El éxtasis se alcanzó cuando hizo teatral arribo desde Buenos Aires Manuel Carlés, precursor del fascismo, cofundador de la agrupación y por entonces, su presidente. Las cosas no finalizaron con los vítores. "Terminado el acto de reafirmación patriótica y de los derechos de la propiedad, la caballería gauchesca al comando del estanciero Francisco Morrogh Bernard se dirigió hacia la reunión obrera que se llevaba a cabo en la plaza de Gualeguaychú y que estaba presidida por una bandera roja y otra negra", reconstruyó Osvaldo Bayer en un libro suyo que se reeditó en 2015.
"Ver esas banderas y sentir la santa indignación patria en sus pechos fue todo uno en los hombres de Carlés. Y arremetieron contra la endeble tribuna proletaria y sus tres mil asistentes. Fue una carnicería". En efecto, se registraron 13 víctimas fatales y un número elevado de heridos. Años después, cuando la Liga Patriótica se formalizó en Bariloche, emprendió una campaña para desacreditar a todo extranjero, sin importar qué tan poderoso fuera. Entre ellos, Primo Capraro.
Campaña de desprestigio
El italiano era por entonces el nervio motor de la Compañía Chile-Argentina e integraba la Comisión de Fomento. En la década del 20, la organización que surgiera de las actuaciones criminales de la Semana Trágica organizó una campaña de desprestigio en su contra. En la Patagonia, "una gran mayoría de comerciantes, estancieros, profesionales y autoridades locales fueron miembros activos de las brigadas de la Liga" o bien, "adhirieron a sus principios", estableció la historiadora Laura Méndez en "Estado, frontera y turismo. Historia de San Carlos de Bariloche" (Prometeo, 2010).
"Sus integrantes, además, tenían gran participación en eventos públicos y en instituciones de la comunidad". Según la investigadora, "su prédica encontró condiciones favorables de receptividad, pues fue un momento de crisis económica en la región, de conflictividad social en un contexto de agitación obrera a nivel nacional y en el que las medidas adoptadas por el presidente Hipólito Yrigoyen fueron cuestionadas en los territorios sureños".
La organización se instaló aquí 100 años atrás. "En 1925 conformaron la Liga Patriótica de Bariloche algunos vecinos argentinos, miembros del personal policial y docentes, arribados a mediados de la década de 1920 a la ciudad. La Liga estuvo presidida a nivel local por el médico de Salud Pública, Luis Pastor, el comerciante José de García, quien era corresponsal del periódico La Prensa, y los hermanos Gustavo y Héctor Boiza, este último cobrador fiscal. Este grupo observaba con desagrado y desconfianza que (Primo) Capraro y los de Belluno (entre comillas), en su totalidad extranjeros, ocuparan, desde hacía más de una década, todos los cargos de la Comisión de Fomento local".
La intolerancia ganó lugar. "Muy pronto comenzaron las desavenencias entre la Liga y la Comisión de Fomento, las que hicieron eclosión en 1926 cuando esta última, para paliar la falta de fondos del gobierno comunal, sancionó una ordenanza de impuestos que aumentó los gravámenes a los comercios. Frente a esto, un grupo de vecinos, conformado por liguistas y comerciantes, solicitó al gobernador territoriano la disolución de la Comisión de Fomento y la creación de un Concejo Municipal electivo", estableció Méndez.
Gobernaba el Territorio Nacional de Río Negro León Quaglia, quien nombró una nueva Comisión de Fomento con Cornelio Hageman, Primo Capraro, Gustavo Winkler, Ernesto Schumacher y Herminio Alonso. Una vez más, todos extranjeros. El segundo "envió entonces una nota a Quaglia, en la que se quejaba de una sistemática campaña en su contra, que intentaba mostrar a la colectividad italiana como autora de agravios y amenazas a algunos vecinos de la ciudad. Capraro acusó a la Policía de connivencia con los intereses de la Liga Patriótica".
Según Méndez, "las denuncias de Capraro eran contra tres personas: Amadeo E. Benítez por ostentación de fuerzas hecha por la Policía a su cargo y por haber detenido -sin motivo alguno- a súbditos italianos, al doctor Luis Pastor, presidente de la Liga, por haber dirigido una campaña en su contra en la cual se le injuriaba por medio de carteles y caricaturas que se colocaban en el bar de Belarmino García; y contra José de García, por haber este comentado en La Prensa los hechos ocurridos en forma insidiosa en el citado diario". Como puede advertirse, el fascismo no es novedad. Ni en la Argentina ni en Bariloche.
Fuente: El Cordillerano