Las sorprendentes apariciones del gigante pez luna que sorprendió a todos los chubutensesUn acontecimiento fuera de lo común marcó la historia de la provincia el 20 de febrero de 1956, cuando un gigantesco ejemplar de pez luna (Mola mola) apareció sin vida en la costa de Bahía Solano, a 40 kilómetros al norte de Comodoro Rivadavia. El espécimen, de gran tamaño, medía 2,60 metros de ancho y 1,60 metros de alto, con un peso estimado de 1.100 a 1.200 kilos.
El biólogo Raúl Aramburu documentó rigurosamente el hallazgo, preservando el cuero del animal y tomando fotos que hoy forman parte de un valioso registro científico. En los archivos se conservan dos fotos de este ejemplar.
La aparición del pez en 1956 fue catalogado como uno de los registros más importantes de la especie en aguas de nuestro país, aportando información sobre la zona en las que habitan estos peculiares peces en el Atlántico Sur.
Un pez luna en exhibición en Chubut
El Museo Provincial de Ciencias Naturales y Oceanográfico de Puerto Madryn exhibe actualmente uno de los ejemplares más grandes de pez luna hallados en territorio nacional. La pieza forma parte de la colección permanente gracias al trabajo de taxidermia realizado durante 1986 como proyecto final de un curso especializado impartido por Jorge Ismael García.
Este espécimen, muy bien conservado, permite a investigadores y público general apreciar las características de esta especie poco conocida en nuestras costas.
Pez luna en la Patagonia
La aparición de peces luna en el litoral patagónico se repitió el 14 de octubre de 2008 en Las Grutas, provincia de Río Negro. Aproximadamente a las 10:00 de la mañana, personas que se encontraban en el muelle del Este observaron lo que inicialmente confundieron con un delfín debido a su aleta dorsal visible sobre la superficie. Con el descenso de la marea, el animal quedó varado en la playa, revelándose como un ejemplar de pez luna.
Características anatómicas distintivas
Este pez tiene una forma muy especial que lo hace diferente a otros peces. No tiene cola como los peces normales, sino una parte trasera redonda llamada «clavus». Por esto, cuando lo vemos de lado, parece casi un círculo completo.
Su cuerpo es plano lateralmente y presenta pequeñas aletas en los costados, similares a abanicos. En contraste, las aletas dorsal y anal son muy grandes, y al extenderlas, el pez alcanza una altura similar a su longitud.
Una cosa curiosa del pez luna es que, aunque su cuerpo es muy grande, tiene un cerebro muy pequeño, más pequeño incluso que sus riñones. Su boca está formada por dientes que están unidos, creando algo parecido al pico de un loro, muy fuerte y duro. Para respirar, tiene solo dos pequeños agujeros en vez de las aberturas grandes que tienen otros peces.
Biología y alimentación
La dieta del pez luna está compuesta principalmente por organismos del zooplancton gelatinoso, incluyendo medusas, salpas y fragatas. Al tener un tamaño considerable y sus presas ser muy diminutas debe ingerir grandes cantidades de alimento.
En cautiverio, estos peces pueden vivir hasta diez años, aunque se desconoce con precisión su esperanza de vida en estado salvaje. Las crías, al eclosionar de los huevos, miden apenas 2 milímetros de longitud. Durante su fase de alevines exhiben notables espinas que les confieren un aspecto similar a estrellas, las cuales se retraen poco a poco con el crecimiento.
Su desarrollo es único y se destaca como uno de los casos más extraordinarios del ámbito marino: desde esos 2 milímetros iniciales pueden alcanzar más de 2 metros de longitud y hasta 2 toneladas de peso en su etapa adulta, representando un incremento superior a un millón de veces su tamaño original.
Relación con el ser humano y estado de conservación
Si bien en Europa se considera al pez luna como una especie potencialmente tóxica para el consumo humano, en diversas regiones del mundo su carne es apreciada como una exquisitez gastronómica. En Japón, donde se lo conoce como «manb», sus aletas son utilizadas para la elaborar sopas.
Su presencia en acuarios es limitada debido a que requiere importantes cuidados. En España, por ejemplo, solo tres instituciones exhiben ejemplares: el Acuario de Barcelona, el Oceanográfico de Valencia y el acuario de Gijón.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificó al pez luna como especie «vulnerable» en su Lista Roja, principalmente debido a la captura accidental en redes de pesca y a la contaminación marina por plásticos, que el animal puede confundir con medusas.
Fuente: Canal 12
Un acontecimiento fuera de lo común marcó la historia de la provincia el 20 de febrero de 1956, cuando un gigantesco ejemplar de pez luna (Mola mola) apareció sin vida en la costa de Bahía Solano, a 40 kilómetros al norte de Comodoro Rivadavia. El espécimen, de gran tamaño, medía 2,60 metros de ancho y 1,60 metros de alto, con un peso estimado de 1.100 a 1.200 kilos.
El biólogo Raúl Aramburu documentó rigurosamente el hallazgo, preservando el cuero del animal y tomando fotos que hoy forman parte de un valioso registro científico. En los archivos se conservan dos fotos de este ejemplar.
La aparición del pez en 1956 fue catalogado como uno de los registros más importantes de la especie en aguas de nuestro país, aportando información sobre la zona en las que habitan estos peculiares peces en el Atlántico Sur.
Un pez luna en exhibición en Chubut
El Museo Provincial de Ciencias Naturales y Oceanográfico de Puerto Madryn exhibe actualmente uno de los ejemplares más grandes de pez luna hallados en territorio nacional. La pieza forma parte de la colección permanente gracias al trabajo de taxidermia realizado durante 1986 como proyecto final de un curso especializado impartido por Jorge Ismael García.
Este espécimen, muy bien conservado, permite a investigadores y público general apreciar las características de esta especie poco conocida en nuestras costas.
Pez luna en la Patagonia
La aparición de peces luna en el litoral patagónico se repitió el 14 de octubre de 2008 en Las Grutas, provincia de Río Negro. Aproximadamente a las 10:00 de la mañana, personas que se encontraban en el muelle del Este observaron lo que inicialmente confundieron con un delfín debido a su aleta dorsal visible sobre la superficie. Con el descenso de la marea, el animal quedó varado en la playa, revelándose como un ejemplar de pez luna.
Características anatómicas distintivas
Este pez tiene una forma muy especial que lo hace diferente a otros peces. No tiene cola como los peces normales, sino una parte trasera redonda llamada «clavus». Por esto, cuando lo vemos de lado, parece casi un círculo completo.
Su cuerpo es plano lateralmente y presenta pequeñas aletas en los costados, similares a abanicos. En contraste, las aletas dorsal y anal son muy grandes, y al extenderlas, el pez alcanza una altura similar a su longitud.
Una cosa curiosa del pez luna es que, aunque su cuerpo es muy grande, tiene un cerebro muy pequeño, más pequeño incluso que sus riñones. Su boca está formada por dientes que están unidos, creando algo parecido al pico de un loro, muy fuerte y duro. Para respirar, tiene solo dos pequeños agujeros en vez de las aberturas grandes que tienen otros peces.
Biología y alimentación
La dieta del pez luna está compuesta principalmente por organismos del zooplancton gelatinoso, incluyendo medusas, salpas y fragatas. Al tener un tamaño considerable y sus presas ser muy diminutas debe ingerir grandes cantidades de alimento.
En cautiverio, estos peces pueden vivir hasta diez años, aunque se desconoce con precisión su esperanza de vida en estado salvaje. Las crías, al eclosionar de los huevos, miden apenas 2 milímetros de longitud. Durante su fase de alevines exhiben notables espinas que les confieren un aspecto similar a estrellas, las cuales se retraen poco a poco con el crecimiento.
Su desarrollo es único y se destaca como uno de los casos más extraordinarios del ámbito marino: desde esos 2 milímetros iniciales pueden alcanzar más de 2 metros de longitud y hasta 2 toneladas de peso en su etapa adulta, representando un incremento superior a un millón de veces su tamaño original.
Relación con el ser humano y estado de conservación
Si bien en Europa se considera al pez luna como una especie potencialmente tóxica para el consumo humano, en diversas regiones del mundo su carne es apreciada como una exquisitez gastronómica. En Japón, donde se lo conoce como «manb», sus aletas son utilizadas para la elaborar sopas.
Su presencia en acuarios es limitada debido a que requiere importantes cuidados. En España, por ejemplo, solo tres instituciones exhiben ejemplares: el Acuario de Barcelona, el Oceanográfico de Valencia y el acuario de Gijón.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificó al pez luna como especie «vulnerable» en su Lista Roja, principalmente debido a la captura accidental en redes de pesca y a la contaminación marina por plásticos, que el animal puede confundir con medusas.
Fuente: Canal 12