Emoción y reconocimiento: Se jubiló una de las enfermeras que desde Comodoro participó en la guerra de MalvinasStella Maris Botta nació en Villa María, provincia de Córdoba, donde estudió y se formó como enfermera profesional en el Instituto del Rosario Profesorado "Gabriela Mistral". A principios de 1981 ingresó al Instituto de Formación Ezeiza donde egresó como cabo principal "en comisión", grado con el que pasó a desempeñarse en el Escuadrón Sanidad del Área Material Córdoba.
En 1982, el jefe del escuadrón convocó al grupo de siete enfermeras que tenía a su cargo para comentarles sobre la situación que se vivía en torno al conflicto con Gran Bretaña por las islas Malvinas e islas del Atlántico Sur. "Necesitamos gente para ir al sur. ¿Alguna de ustedes se ofrece voluntariamente o debo decidir y designar yo?", recuerda Stella que esas palabras de su jefe fueron las que la llevaron a tomar la decisión, con total convicción, a los 23 años de ofrecerse a integrar el Hospital Reubicable instalado en Comodoro Rivadavia.
"A los pocos días ya estábamos en el sur. El avión que nos llevó aterrizó un mediodía en la pista de la IX Brigada Aérea donde nos esperaba una ambulancia para trasladar a cada una al nuevo destino", cuenta Botta.
Durante la guerra, la por entonces cabo principal, se desempeñó en el hangar trabajando en la recepción primaria de los evacuados de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada. Su función era la atención directa de pacientes a quienes no sólo tuvo que curar sino también brindar apoyo emocional: "Debíamos curar las heridas del cuerpo y las heridas del alma", expresa.
En total fueron 35 los días en que Botta, junto a sus compañeras, estuvieron en el hospital reubicable. "El 14 de junio de 1982 nos avisaron que el conflicto había terminado; salimos del hospital al atardecer y, por primera vez luego de mucho tiempo, vimos toda la ciudad de Comodoro Rivadavia iluminada. Fue muy emocionante".
Posteriormente, regresó al Escuadrón Sanidad del Área Material Córdoba y, posteriormente, se desempeñó en la VI Brigada Aérea de Tandil y en el Hospital Del Valle y el Hospital Aeronáutico Córdoba.
En 1992, con el grado de suboficial auxiliar, solicitó la baja como personal militar subalterno y, seis años más tarde, ingresó como personal civil trabajando en el Escuadrón Sanidad de la Escuela de Suboficiales donde se desempeña actualmente.
Entre el 25 de junio de 2012 y el 8 de enero de 2013 integró el Grupo de Tareas del Hospital Reubicable en Haití. "Cuando llegué y me encontré con toda esa estructura, la emoción fue tan grande que levanté la viste y dije: ‘De nuevo estoy en mi querido hospital'", afirma.
Botta ha recibido el reconocimiento de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación, la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea y los concejos deliberantes de las ciudades de Rosario y Villa María, entre otras distinciones. Sin embargo, no ha sido reconocida como veterana.
Recientemente, el 30 de abril, fue celebrada por la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea Córdoba en su último día de trabajo.
La enfermera fue sorprendida con la Marcha de Malvinas, interpretada por la banda militar. "Mi despedida de la ESFA, gracias Cesar, fue una gran caricia al alma", escribió Botta en sus redes sociales.
Fuente: La Opinión Austral
Stella Maris Botta nació en Villa María, provincia de Córdoba, donde estudió y se formó como enfermera profesional en el Instituto del Rosario Profesorado "Gabriela Mistral". A principios de 1981 ingresó al Instituto de Formación Ezeiza donde egresó como cabo principal "en comisión", grado con el que pasó a desempeñarse en el Escuadrón Sanidad del Área Material Córdoba.
En 1982, el jefe del escuadrón convocó al grupo de siete enfermeras que tenía a su cargo para comentarles sobre la situación que se vivía en torno al conflicto con Gran Bretaña por las islas Malvinas e islas del Atlántico Sur. "Necesitamos gente para ir al sur. ¿Alguna de ustedes se ofrece voluntariamente o debo decidir y designar yo?", recuerda Stella que esas palabras de su jefe fueron las que la llevaron a tomar la decisión, con total convicción, a los 23 años de ofrecerse a integrar el Hospital Reubicable instalado en Comodoro Rivadavia.
"A los pocos días ya estábamos en el sur. El avión que nos llevó aterrizó un mediodía en la pista de la IX Brigada Aérea donde nos esperaba una ambulancia para trasladar a cada una al nuevo destino", cuenta Botta.
Durante la guerra, la por entonces cabo principal, se desempeñó en el hangar trabajando en la recepción primaria de los evacuados de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada. Su función era la atención directa de pacientes a quienes no sólo tuvo que curar sino también brindar apoyo emocional: "Debíamos curar las heridas del cuerpo y las heridas del alma", expresa.
En total fueron 35 los días en que Botta, junto a sus compañeras, estuvieron en el hospital reubicable. "El 14 de junio de 1982 nos avisaron que el conflicto había terminado; salimos del hospital al atardecer y, por primera vez luego de mucho tiempo, vimos toda la ciudad de Comodoro Rivadavia iluminada. Fue muy emocionante".
Posteriormente, regresó al Escuadrón Sanidad del Área Material Córdoba y, posteriormente, se desempeñó en la VI Brigada Aérea de Tandil y en el Hospital Del Valle y el Hospital Aeronáutico Córdoba.
En 1992, con el grado de suboficial auxiliar, solicitó la baja como personal militar subalterno y, seis años más tarde, ingresó como personal civil trabajando en el Escuadrón Sanidad de la Escuela de Suboficiales donde se desempeña actualmente.
Entre el 25 de junio de 2012 y el 8 de enero de 2013 integró el Grupo de Tareas del Hospital Reubicable en Haití. "Cuando llegué y me encontré con toda esa estructura, la emoción fue tan grande que levanté la viste y dije: ‘De nuevo estoy en mi querido hospital'", afirma.
Botta ha recibido el reconocimiento de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación, la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea y los concejos deliberantes de las ciudades de Rosario y Villa María, entre otras distinciones. Sin embargo, no ha sido reconocida como veterana.
Recientemente, el 30 de abril, fue celebrada por la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea Córdoba en su último día de trabajo.
La enfermera fue sorprendida con la Marcha de Malvinas, interpretada por la banda militar. "Mi despedida de la ESFA, gracias Cesar, fue una gran caricia al alma", escribió Botta en sus redes sociales.
Fuente: La Opinión Austral