Petróleo

YPF avanza con la segunda fase de abandonos de los yacimientos maduros

YPF avanza con la segunda fase de su retiro del negocio convencional, a través de un esquema que contempla la cesión de bloques a empresas provinciales y la reversión de áreas a los gobiernos locales. El plan, enmarcado en el Proyecto Andes, busca optimizar recursos y concentrar la operación en Vaca Muerta, mientras redefine el vínculo de la petrolera con las provincias productoras.

Tras una primera etapa de venta de activos, YPF puso en marcha la segunda fase de su plan de salida de los yacimientos convencionales, en el marco del denominado Proyecto Andes. Esta nueva instancia implica negociaciones directas con las provincias para transferir bloques a empresas estatales o, en algunos casos, revertir el control de esas áreas a los gobiernos locales.

El Proyecto Andes fue lanzado en 2024 con el objetivo de desprenderse de áreas de producción convencional que ya no resultaban rentables por sus altos costos operativos. El foco estratégico de la compañía está ahora centrado en el desarrollo de Vaca Muerta.

En una primera etapa, YPF colocó en el mercado 55 áreas, de las cuales 30 fueron ofrecidas formalmente mediante un proceso conducido por el banco Santander. Hasta el momento, se concretaron transferencias por 23 bloques distribuidos en Mendoza (14), Neuquén (6), Chubut (2) y Río Negro (1).

Un caso reciente fue el del bloque Señal Picada - Punta Barda en Río Negro, que terminó en manos de Petróleos Sudamericanos tras la retirada de la primera empresa adjudicataria, Velitec. Esta operación marcó el inicio de una segunda ronda de ventas, también gestionada por Santander.

Simultáneamente, YPF dio inicio a la segunda fase del proyecto, centrada en acuerdos bilaterales con cada provincia para definir el destino de las áreas restantes. La petrolera puede cederlas a compañías provinciales o devolverlas a los gobiernos, que luego decidirán si las relicitan.

Santa Cruz encabeza este nuevo esquema con la firma de un memorando de entendimiento (MOU) para la cesión de 10 áreas maduras a la estatal Fomicruz. YPF prevé replicar el modelo en Tierra del Fuego (9 bloques) y Neuquén (2 bloques), aunque en este último caso hay particularidades vinculadas a las instalaciones de transporte en Puesto Hernández, como la cabecera del Oleoducto Transandino (Otasa).

En el caso de Santa Cruz, se está llevando a cabo una revisión exhaustiva de cada área y pozo, ya que YPF se compromete a ejecutar un plan de saneamiento y abandono con un plazo de hasta cinco años. A diferencia de la etapa anterior, estas tareas no se incluirán en el precio de venta, sino que serán asumidas por la petrolera, lo que permitiría a las operadoras provinciales contar con mejores condiciones de rentabilidad.

Por último, el Proyecto Andes contempla una tercera etapa: la reversión definitiva de áreas, que ya comienza a implementarse en el bloque Rentinga Ali de Chubut. En estos casos, la devolución debe estar acompañada por una auditoría detallada y un plan integral de saneamiento, que será financiado y ejecutado por YPF, pese a su retirada del área.

En total, esta segunda fase contempla la cesión o reversión de unos 27 bloques, marcando un hito en el proceso de transformación del mapa energético del país y en el vínculo entre la petrolera nacional y las provincias productoras.

Fuente: Río Negro