Géneros

La deuda es con nosotras: a una década del Ni Una Menos, persiste el reclamo urgente por el presupuesto

A diez años del primer Ni Una Menos, los colectivos feministas vuelven a encontrarse de cara a un nuevo 3J, en medio del desfinanciamiento brutal del Gobierno de Javier Milei. Los reclamos a nivel local hacen eco de las consignas nacionales y dan cuenta de las problemáticas que afectan a mujeres y diversidades en todo el país. La falta de presupuesto para políticas de género, la feminización de la pobreza y el aumento de las violencias son algunos de los ejes más urgentes. En la región los feminismos articulan con otras luchas como la ambiental y consolidan, desde hace años, un movimiento multisectorial. "A lo largo de estos años hemos conseguido un montón de leyes que queremos reivindicar porque vemos también que peligran. Vemos como todas las instituciones de las que dispone el Estado no las destinan realmente a combatir la violencia que sufrimos las mujeres y disidencias. En última instancia la consigna Ni Una Menos a 10 años tiene que ver con esto. Que no nos sigan matando. Tan simple como eso y siguen sin poder garantizarlo", expresó Emilse Saavedra, de la Multisectorial Feminista de Comodoro Rivadavia.

Un 3J histórico

Bajo la consigna "la deuda es con nosotras", el movimiento Ni Una Menos volverá a movilizarse esta semana para denunciar el impacto del ajuste del Gobierno nacional. En sintonía con reclamos de otros sectores de la sociedad, en algunas localidades la marcha se realizará el día 4, coincidiendo con la movilización semanal de los jubilados.

A 10 años del primer Ni Una Menos que implicó un hito para los derechos de las mujeres en Argentina y Latinoamérica, esta movilización aboga por reconocer los derechos conquistados a la fecha y mantener la lucha en las calles para defender su continuidad. En el país la consigna está fuertemente vinculada a la denuncia del proceso de desfinanciamiento de las políticas de género, traducido en la eliminación del Ministerio de las Mujeres y suspensión de programas bajo el argumento del ahorro fiscal.

Esta situación agrava los recursos con los que cuentan las víctimas a la hora de denunciar la violencia machista y lograr salir adelante. Según el Observatorio MuMaLá, en Argentina se produjeron, desde el 1 de enero hasta el 29 de abril, 93 femicidios. Esto quiere decir que, en promedio, una mujer es asesinada cada 31 horas por motivos de género.

"Desde MuMaLá denunciamos la sistemática desaparición de políticas de género integrales y efectivas. La desfinanciación de áreas clave, la falta de perspectiva de género en las fuerzas de seguridad y en el sistema judicial y la desidia frente a las demandas de la sociedad que tiene el derecho a vivir sin violencias, contribuyen a su agravamiento", enfatizaron desde la organización.

De acuerdo a la información de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación durante 2024 se produjeron 4 femicidios en Chubut. En los últimos siete años, la cifra va de 2 a 5 casos registrados por la Justicia por año.

Las denuncias, por otro lado, experimentaron un aumento significativo: en 2021 la Oficina de la Mujer y de Violencia de Género del Poder Judicial de Chubut recibió 3874 denuncias por violencia de género, violencia familiar y abuso sexual; 4537 en 2022; y 4138 en 2023. El año pasado la cifra se incrementó en casi un 20%, alcanzando las 5363 denuncias.

Los últimos datos disponibles en las estadísticas de la Oficina de la Mujer muestran que del total de denuncias recibidas en 2023, poco más del 80% correspondían a casos de violencia de género. La mayor cantidad de denuncias se registraron en Trelew, Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn.

Movilizarse en medio del ajuste

Emilse Saavedra señala que el reclamo actual es histórico, aunque no pierde vigencia, y tiene que ver con la cuestión presupuestaria: "Si bien lo puntualizamos en este gobierno, la realidad es que durante los gobiernos anteriores también veníamos exigiendo presupuesto, porque a pesar de todas las leyes que con conseguimos, que las conseguimos en las calles, hay muchos programas que se crearon en otros gobiernos que en este se han eliminado por completo", refiriéndose a la medida anunciada recientemente por el Gobierno que dispone la eliminación de 13 programas de género considerados "ideológicos".

"Estos programas lo que hacían era ofrecer asistencia y sobre todo se destinaba presupuesto para que estuvieran en pie. Quizás por ahí el más polémico en redes sociales, pero que se siente también en los barrios, fue el programa Menstruar, que facilitaba el acercamiento de las copitas mensuales a las mujeres que lo necesitaban en los barrios, en los sectores más vulnerables, que también tenía una doble función, de contribuir al medio ambiente, evitar la contaminación, y brindar un poco de Educación Sexual Integral, que no se termina de aplicar en las escuelas todavía", detalla.

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"Eliminar este programa implica sacarle el presupuesto, sacar todos los recursos, los insumos, porque hay otros programas, como el de las promotoras territoriales, que ahí también se trabajaba que las mujeres pudieran salir de la situación de vulnerabilidad, junto con otros programas productivos en general", agrega Saavedra, y subraya que lamentan que "esto no se haya traducido en leyes, porque así no sería tan sencillo que se eliminaran".

En este sentido, menciona la Ley Brisa, sancionada en 2018, que contempla la asistencia económica a hijos e hijas de víctimas de femicidio, como una de estas conquistas. Aunque advierte que "hasta ahí alcanzó el presupuesto que se quiere porque después todo el resto de los presupuestos que había destinado para ayudar a las personas que sufren violencia o a la descendencia de las personas que sufren violencia estaba escrito en programas que hoy no están más".

También señala el desfinanciamiento que afecta los derechos de disidencias y diversidades, "que están en una situación compleja, que viven en nuestro país con una expectativa de vida bastante corta que apenas pasan los 40 años con una poca accesibilidad al trabajo formal, y estos programas contribuían a eso. Para el movimiento de mujeres hoy es uno de los principales reclamos, y tratar de convertirlos en ley. A lo largo de estos años hemos conseguido un montón de leyes que queremos reivindicar porque vemos también que peligran".

Igualmente remarcó la falta de presupuesto y proyectos a nivel provincial, donde los feminismos exigen desde el 2019 el cumplimiento de Ley provincial 1526 de Protección Integral e Igualdad de Oportunidades y Equidad de Género.

"Eso es tremendo, porque en la provincia nosotros también tenemos una ley que presupuestaba justamente la atención económica a las víctimas poder salir de esa dependencia del violento y la obligación de que en la provincia se construyan más casas refugio y nada de eso pasó. Este gobierno directamente se olvidó de esa ley", cuestiona Saavedra. "Es casi una copia de lo que está haciendo el Gobierno nacional en materia de género, directamente olvidándose de los derechos que nos asisten, y eso lo vemos traducido en cada una de las mujeres violentadas que venimos acompañando, cada uno de los homicidios que venimos lamentando". agrega.

La problemática de las casas refugio es una de las más urgentes: Saavedra detalla que en Chubut actualmente existen cuatro (y no todas garantizan los recursos y el funcionamiento necesario) cuando se necesitaría cerca de 40: "Entonces, no hay punto de comparación entre lo que necesitamos y entre lo que hay. Ni pensar, por ejemplo, esas mujeres que además tienen hijos que necesitan hospedarse también en esas casas".

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"Nada de eso existe y no porque no haya plata, porque en la provincia plata evidentemente hay. Es más, el gobierno tomó una deuda de 600 millones de dólares para seguir pagando deuda, para un montón de cosas, pero ni una sola medida para combatir la violencia, para aplicar la ley de violencia", agrega.

Otro reclamo histórico apunta a la necesidad de articulación de las instituciones que operan en materia de violencia de género, "nada de eso se hizo con plata que sí hay en la provincia, entonces no se está destinando para lo que realmente necesitamos, que es evitar las muertes de mujeres a manos de varones violentos".

La situación en Comodoro

La referente de la Multisectorial puntualizó los reclamos locales, que apuntan centralmente al accionar de las instituciones. Recordó que la ciudad estuvo casi cuatro meses con una Secretaría de Género sin titular, después de que Renata Hiller renunciara en diciembre del año pasado. En su lugar asumió María Magdalena Cativa, recién a principios de abril.

"Eso ya incluyó una serie de problemas, no tener presupuesto, no tener cómo se defina o se gestione ese presupuesto para ir a todas las dependencias o las instituciones que se necesitan y ahora que hay la realidad es que no se ha transparentado qué se ha hecho con ese presupuesto, porque incluso desde años anteriores ya había una disposición, por ejemplo, de construir una casa refugio, acá había presupuesto destinado materiales y demás, y esa casa todavía no se llega a inaugurar. Entonces con el presupuesto que debería gestionar esta nueva secretaría debería poder hacerse y eso todavía no sabemos absolutamente nada", señala.

Y advierte que este panorama "también deja un poco al desamparo a las mujeres, que no saben a dónde ir". Una demanda constante de los colectivos feministas locales ha estado vinculada a la atención del personal en las Comisarías de la Mujer: "Esa ridiculez de las comisarías que no tomen denuncia, la verdad que también lo venimos pasando y no es solo en Comodoro, es una cuestión que pasa también a nivel país. La policía no garantiza las medidas cautelares para las mujeres que sufren violencia, no toman las denuncias".

En la misma línea apuntó contra la Justicia, "que está bastante descuidada, porque nos violentan de todas formas". Detalló que en algunos casos no garantizan medidas ni avanzan con las causas: "Vivimos hace poco la noticia que se hizo viral del violento que tira a la chica del auto, con su bebé. Ella hace un recurso judicial y quedó de alguna manera estancado ahí. La Justicia quedó de avisarle a esta muchacha qué iba a pasar con esa causa, cuando tenemos una mujer que está completamente golpeada, donde la tiran de un auto con su bebé. No hay ninguna ayuda económica ni cuota alimentaria para ese bebé".

"Vemos cómo todas las instituciones o todas las herramientas de las que dispone el Estado no las destinan realmente a combatir la violencia que sufrimos las mujeres y las disidencias, sino que las ponen en el servicio de otras", agrega Saavedra, "se están vulnerando derechos, hay leyes y programas que se están enviando desde el Gobierno nacional que no sirven en nada para defender nuestras vidas".

"Porque en última instancia la consigna Ni Una Menos a 10 años tiene que ver con esto. Que no nos sigan matando. Tan simple como eso y siguen sin poder garantizarlo, estamos en este reclamo todavía", resume.

Feminización de la pobreza

Las consignas feministas no se agotan en la prevención y abordaje de las violencias machistas. En un escenario signado por la crisis económica, ponen de manifiesto las desigualdades salariales y de acceso al empleo, aunado a la creciente feminización de la pobreza en todo el país.

En los últimos años, Chubut y Santa Cruz se posicionaron como las provincias con mayor brecha salarial de Argentina. De acuerdo a los datos del INDEC correspondiente al tercer trimestre del 2024, la brecha en Chubut se ubicó en 34,8% mientras que en Santa Cruz (la más alta de todo el país) se ubicó en 44,5%.

Chubut y Santa Cruz se ubicaron como las provincias con mayor brecha salarial por género del país


"La feminización de la pobreza la vemos en todo el país, en toda la provincia y la verdad que se resiente Comodoro donde la posibilidad de encontrar empleo genuino para la sociedad toda ya es difícil, más imaginarse encontrar empleo genuino para las mujeres que son madres de familia o cabeza de familia, no hay manera de llegar a fin de mes. Pensando, por ejemplo, en la canasta básica que tenemos en la Patagonia, que quizás no es la misma en el norte del país o en el centro del país. con unos precios desorbitantes", expresa Saavedra.

Este escenario "se traduce en la vulnerabilidad de todas las mujeres y las disidencias, es parte más de las violencias que que el estado está está perpetuando sobre las mujeres, no solo deja que nos golpeen, deja que nos maten, sino que no nos brinda empleo femenino, no nos brinda educación, no nos brinda la salud, porque para las mujeres en general y me parece que los varones también acceder a la educación o a la educación universitaria, por ejemplo, termina siendo un sueño".

"Hay que llegar a fin de mes, hay que comer todos los días, algo tan básico que lo reducimos a tenemos que comer todos los días y las mujeres tenemos que seguir vivas un día más. Como pensar en esos términos cuando los gobiernos no se ocupan justamente de lo que tienen que hacer, que es cuidar nuestros derechos", subraya, y expresa que esa violencia económica y falta de acceso a empleo genuino que sufre una buena parte de las mujeres constituye "una doble o triple opresión y explotación".

Reclamos transversales

A raíz de las distintas convocatorias que surgen en determinadas coyunturas, los feminismos se han acoplado a las luchas y transversalizado reclamos de otros sectores. En la provincia los movimientos de mujeres y disidencias han estado especialmente presentes en las luchas contra la megaminería.

Saavedra indica que "en la Cordillera se está conversando justamente esto, poder unificar los reclamos que nos parece que sería lo correcto". Además resalta que el aniversario de Ni Una Menos coincide con el reclamo de los jubilados, por lo que buscan unificar las luchas "porque entendemos que el autor de toda la eliminación de nuestros derechos, de toda la avanzada neoliberal y represiva que se está haciendo es el mismo. Entendemos que este Gobierno nacional no solo va por los derechos de las mujeres, sino que va también por los derechos de los jubilados".

Parte de esa voluntad de unificar, expresa la referente, se vio en la Marcha Antifascita llevada a cabo en febrero, que nucleó distintos sectores de la sociedad que se posicionaron en contra de las políticas de ajuste del Gobierno libertario.

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"Un montón de organizaciones sindicales, políticas, gremiales, mujeres y varones organizados como no organizados, se sumaron para decir que esto no va más", apunta Saavedra y dice que esa movilización "fue un golpe bastante duro para el gobierno, y queremos seguir en ese camino. El 8 de marzo fue otra manifestación de protesta en las calles, lo mismo que el 24 de marzo. Por eso queremos que este 3 de junio también lo sea".

"Estamos pensando en eso, cómo unir las luchas con los jubilados, con el movimiento ambiental que en la provincia también tiene ya más de 20 años de lucha, porque esa es la manera de mantener nuestros derechos y conseguir más derechos en las calles", sostiene.

La movilización local

Consultada sobre el balance de la movilización en la ciudad, Saavedra explica que si bien el 2015 resulta un hito para los movimientos feministas, también hubo un punto culmine en 2018 cuando se debatió por primera vez en Argentina el derecho de interrupción legal del embarazo.

"Se puso sobre la mesa el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, eso de alguna manera para toda la sociedad, tanto para quienes estaban a favor como los que estaban en contra significó poder hablar sobre eso, mal o bien, pero hablar de eso y poder empezar a cuestionar que las mujeres tenemos derechos. Queremos que se reconozcan, que se traduzcan en leyes y eso en una manera impactó fuertemente en para que impactó fuertemente sobre todo en el sector de la juventud, de las pibas", agrega.

El debate parlamentario logró "que el reclamo se masifique, se hable en los hogares, se hable sobre feminismo, se hable sobre aborto, se empiece a cuestionar y las pibas se empiecen a organizar, creo que eso fue fundamental".

La Marea Verde protagonizada por las juventudes se vio también a nivel local: "En Comodoro con particular con la Multisectorial de mujeres, nos recordamos que algunas somos bastantes antiguas de este espacio y que la cuestión etaria es muy importante, donde siempre las que se organizaban eran las mujeres mayores y si se quiere conscientes, organizadas, pero costaba incluir a las pibas. Y a partir de 2018 ese proceso entró fuertemente en las escuelas secundarias y se pudieron sumar más pibas y la realidad es que lo que queremos es eso, que sigan hablando de estos temas para generar más conciencia y para que también la experiencia se traduzca en las calles".

La masificación del reclamo y la movilización sostenida a partir del 2018 logró que en 2020 se aprobara la interrupción legal y voluntaria del embarazo, "porque de otra manera, si no hubiéramos estado en la calle no se hubiera logrado, y esta es la conclusión más importante de esta semana. Ese es el camino, por ahí queremos seguir y es la manera en la que también se van a seguir sumando más compañeras".

"Yo creo que acá la Multisectorial de Comodoro se ha nutrido mucho de este proceso desde 2015 también, por supuesto, que han ayudado a que hoy seamos cada vez más y que sea también esto un espacio abierto para seguir sumando sectores, seguir sumando compañeras que quieran sumar al debate, a la circulación de ideas, para mantener nuestros derechos y ganar más derechos", concluye.

A 10 años del primer Ni Una Menos son múltiples las conquistas de los movimientos de mujeres y diversidades, pero también los reclamos que persisten. Más allá de las consignas concretas de cada año, subyace un grito colectivo en contra de las violencias y en demanda de un Estado presente que garantice los derechos.