Política

La Plaza del NO a Milei: masivos reclamos que abortó el protocolo represivo de Bullrich

 Por Guillermo Villarreal 

Miles de personas se movilizaron este miércoles frente al Congreso para expresar su rechazo a las políticas del presidente Javier Milei. Aunque el oficialismo denunció una operación partidaria, la protesta tuvo un carácter eminentemente social, con presencia de colectivos feministas, científicos, jubilados, médicos y personas con discapacidad, que lograron neutralizar el protocolo represivo impulsado por Patricia Bullrich.

La Plaza del Congreso fue el epicentro de una manifestación que unió múltiples demandas y dejó en evidencia la diversidad del rechazo social al programa de ajuste del gobierno libertario.

Con la consigna "Contra el ajuste y la crueldad", confluyeron columnas del movimiento Ni Una Menos, trabajadores del Hospital Garrahan, científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), migrantes, estudiantes universitarios y familias de personas con discapacidad.

Aunque el recinto legislativo permaneció vallado y bajo un importante despliegue de fuerzas de seguridad, la multitud impidió la aplicación del protocolo antipiquetes, cuya implementación fue relativizada incluso por el Gobierno.

"Si protestan con tranquilidad, tendrán tranquilidad", dijo Bullrich, en una declaración que mostró la dificultad oficial para contener el fenómeno sin altos costos políticos.

El centro de la resistencia: los jubilados

Como cada miércoles, el núcleo de la convocatoria estuvo compuesto por jubilados, que cobran haberes mínimos cercanos al umbral de la pobreza. A ellos se sumaron residentes y médicos del Garrahan, que continúan en conflicto por salarios que no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total, y madres de niños con discapacidad, muchas de las cuales denunciaron la falta de cobertura médica adecuada.

La escena, repetida en las últimas semanas, mostró una plaza tomada por pancartas improvisadas y cánticos que reivindicaban el rol de los "abuelos en lucha". "Con los abuelos no se jode", se escuchó.

Una plaza, muchas causas

Entre los grupos más visibles también se destacó el movimiento Ni Una Menos, que este año decidió trasladar su marcha histórica del 3 de junio a esta jornada, en solidaridad con los sectores más afectados por el ajuste.

Con banderas violetas, consignas contra la violencia patriarcal y pancartas por los derechos laborales y sociales, el colectivo feminista reafirmó que "el ajuste y la crueldad no se enfrentan en soledad".

La protesta fue respaldada también por Abuelas de Plaza de Mayo, que señalaron que "unir las luchas es la tarea".

Desde el sector científico, investigadores del Conicet marcharon contra el vaciamiento de programas clave y denunciaron la continuidad de la fuga de cerebros.

Un Congreso vallado

Mientras dentro del recinto se debatían proyectos de la oposición como un aumento del 7,2% para jubilaciones y la declaración de emergencia en discapacidad, los alrededores del Congreso mostraban el hartazgo de una sociedad que no encuentra respuesta en el Poder Legislativo.

Aunque la protesta tuvo escasa representación de partidos políticos, la Casa Rosada insistió con denunciar una supuesta "provocación organizada".

A contramano de esta lectura, en la calle se destacaron los carteles hechos a mano, las sillas de ruedas, los bombos y las voces de miles de ciudadanos de a pie.

"No al hambre jubilado" y "Saquen la motosierra de nuestros derechos" fueron algunas de las frases que sintetizaron el rechazo al programa de ajuste impulsado por la administración mileísta.

La calle frente al protocolo de Patricia Bullrich

Pese al vallado y el intento de blindar el Congreso, la masividad del reclamo bloqueó la aplicación del protocolo represivo de Bullrich.

La jornada fue una postal de la resistencia social no partidaria al gobierno de La Libertad Avanza, que por ahora sólo encuentra contención en el dispositivo policial y no en la legitimidad de sus medidas.

Mientras la ministra Bullrich vuelve a quedar en el centro de la escena por su rol represivo, la protesta evidencia que los sectores más vulnerables, lejos de replegarse, están encontrando nuevas formas de articulación. En la Plaza del NO, el grito fue unánime: basta de ajuste.

Fuente: Letra P