Opinión

"La violencia en Estados Unidos tiende a repetirse aproximadamente cada 50 años"

Por Jesús Mesa

Hace 15 años, durante el primer gobierno de Barack Obama (2009-2013), mientras las redes sociales irrumpían con fuerza y la economía global apenas comenzaba a salir a flote tras la Gran Recesión, un académico de la Universidad de Connecticut lanzó una advertencia inquietante: Estados Unidos se dirigía hacia una década marcada por una creciente inestabilidad política.

En aquel momento la predicción sonaba un tanto contradictoria. La economía mundial mostraba señales de recuperación, y el sistema político estadounidense aún conservaba vestigios del optimismo que siguió a la Guerra Fría. No obstante, ya se asomaban fisuras, como lo demostró el surgimiento del movimiento Tea Party. Peter Turchin, un ecólogo convertido en historiador, no hablaba al azar: tenía cifras que sustentaban su tesis.

"El análisis histórico cuantitativo demuestra que las sociedades humanas complejas atraviesan ciclos recurrentes -y previsibles- de turbulencia política", escribió en 2010 en la revista Nature. En ese artículo, Turchin anticipó un repunte de los conflictos sociales hacia 2020, provocado por factores como el aumento de la desigualdad, una "sobreproducción de élites" y el crecimiento de la deuda pública.

Hoy, con Estados Unidos inmerso en una fuerte polarización durante los primeros meses del segundo mandato de Donald Trump, la desconfianza hacia las instituciones en su punto más alto y un clima político cada vez más enconado, la advertencia de Turchin resuena con una exactitud sorprendente.

A raíz de la escalada de protestas y el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles, en el marco de la ofensiva migratoria del presidente Trump, Turchin habló con Newsweek sobre la última escalada de turbulencia política en Estados Unidos y las fuerzas estructurales más profundas que, en su opinión, han estado conduciendo al país hacia una crisis sistémica durante más de una década.

LA PREDICCIÓN DEL COLAPSO: "LA VIOLENCIA EN ESTADOS UNIDOS TIENDE A REPETIRSE APROXIMADAMENTE CADA 50 AÑOS"

En su análisis de 2010, publicado por Nature, Turchin identificó varias señales de alerta en el electorado nacional: estancamiento salarial, creciente brecha de riqueza, un excedente de élites educadas "sin empleos de élite correspondientes" y un déficit fiscal en aumento. Todos estos fenómenos, argumentó, alcanzaron un punto de inflexión en la década de 1970. "Estos indicadores sociales aparentemente dispares están en realidad relacionados dinámicamente entre sí", escribió entonces.

"Casi todos esos indicadores se han intensificado", dijo Turchin en una entrevista con Newsweek, que citó el estancamiento de los salarios reales, los efectos de la inteligencia artificial (IA) en la clase profesional y unas finanzas públicas cada vez más inmanejables.

La predicción de Turchin se basó en un marco conocido como Teoría Demográfica Estructural (TED), que modela cómo las fuerzas históricas -la desigualdad económica, la competencia entre élites y la capacidad del Estado- interactúan para impulsar ciclos de inestabilidad política. Estos ciclos se han repetido en imperios y repúblicas, desde la antigua Roma hasta el Imperio Otomano.

"La teoría estructural-demográfica nos permite analizar la dinámica histórica y aplicar ese conocimiento a las trayectorias actuales", afirmó Turchin. "No es una profecía. Se trata de modelar ciclos de retroalimentación que se repiten con alarmante regularidad".

Sostuvo que la violencia en Estados Unidos tiende a repetirse aproximadamente cada 50 años, señalando episodios de agitación en torno a 1870, 1920, 1970 y 2020. Relaciona estos periodos con la tendencia de las generaciones a olvidar lo anterior.

"Después de dos generaciones, los recuerdos de la convulsión se desvanecen, las élites empiezan a reorganizar los sistemas a su favor y la tensión regresa".

Uno de los paralelismos históricos más claros con la actualidad, señaló, es la década de 1970. Esa década vio surgir movimientos radicales en los campus universitarios y enclaves de clase media, no solo en Estados Unidos, sino en todo Occidente. El movimiento de extrema izquierda Weather Underground, que comenzó como una organización universitaria en la Universidad de Michigan, bombardeó edificios gubernamentales y bancos; la Fracción del Ejército Rojo en Alemania Occidental y las Brigadas Rojas de Italia llevaron a cabo secuestros y asesinatos. Estos no eran movimientos de los desposeídos, sino de los que estaban en decadencia social: sobreeducados y políticamente marginados.

"Existe un riesgo real de que esa dinámica resurja", dijo Turchin.

UNA CRECIENTE CLASE DE CONTRAÉLITES, ¿LA RAZÓN DE LA CRISIS?

Los críticos han cuestionado en ocasiones el tono determinista de los modelos de Turchin. Sin embargo, este enfatizó que no predice eventos exactos, sino solo los factores de riesgo y las fases del estrés sistémico.

Aunque muchos analistas políticos e historiadores señalan la elección de Donald Trump en 2016 como el punto de inflexión de la era moderna de agitación política estadounidense, Turchin había trazado las señales de advertencia años antes, cuando Trump era conocido, sobre todo, como el presentador de un popular reality show de la NBC

"Como saben, en 2010, basándome en patrones históricos e indicadores cuantitativos, predije un periodo de inestabilidad política en Estados Unidos a partir de la década de 2020. Los factores estructurales que impulsaron esta predicción fueron tres: empobrecimiento popular, sobreproducción de las élites y debilitamiento de la capacidad estatal", declaró Turchin a Newsweek.

Según su modelo, el ascenso de Trump no fue la causa de la crisis política estadounidense, sino un síntoma, surgido de una sociedad ya agobiada por la creciente desigualdad y la saturación de élites. En opinión de Turchin, estas cifras suelen surgir cuando una creciente clase de contraélites -individuos ambiciosos y con credenciales, excluidos del poder- comienza a desafiar el statu quo.

"La competencia entre élites ha aumentado aún más, impulsada principalmente por la disminución de la oferta de puestos", afirmó. En 2025, señaló el impacto de la IA en la profesión jurídica y las recientes reducciones de personal del gobierno, como la eliminación de miles de puestos en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), como factores que aceleran esta tendencia.

Esta teoría fue compartida por el sociólogo de la Universidad Estatal de Wayne, Jukka Savolainen, quien argumentó en un reciente artículo de opinión en The Wall Street Journal que Estados Unidos está corriendo el riesgo de crear una "clase del conocimiento radicalizada": sobreeducada, subempleada y excluida institucionalmente.

"Cuando las sociedades generan más aspirantes a la élite que puestos por cubrir la competencia por el estatus se intensifica. Las personas ambiciosas, pero frustradas, se desilusionan y se radicalizan. En lugar de integrarse en las instituciones, buscan socavarlas", escribió Savolainen.

Savolainen advirtió que las políticas de la era Trump, como el desmantelamiento de los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) y de investigación académica, y los recortes a las instituciones públicas, tienen el potencial de acelerar esta dinámica, evocando la inestabilidad de la década de 1970. "Las políticas del presidente Trump podrían intensificar esta dinámica", señaló. Muchos están formados en la crítica, el razonamiento moral y el pensamiento sistémico, el mismo perfil que caracterizaba a generaciones anteriores de radicales.

FACTORES ESTRUCTURALES

Hoy en día, Turchin cree que el sistema estadounidense ha entrado en lo que él llama una "situación revolucionaria": una fase histórica en la que las condiciones desestabilizadoras ya no pueden ser absorbidas por los amortiguadores institucionales.

Reflexionando sobre los últimos años en una publicación reciente en su boletín Cliodynamica, escribió que "la historia se aceleró" después de 2020. Él y su colega, Andrey Korotayev, habían monitoreado el aumento de manifestaciones antigubernamentales y disturbios violentos en las democracias occidentales en el periodo previo a ese año. Sus hallazgos predijeron una reversión de la disminución previa de la agitación.

"Y entonces la historia se aceleró. Estados Unidos fue azotado por la pandemia, George Floyd y un largo verano de descontento", dijo.

Si bien muchos vieron la derrota electoral de Trump en 2020 y el motín del 6 de enero en el Capitolio que le siguió como su propio punto de inflexión en ese periodo agitado, Turchin advirtió que estos eventos no marcaron el fin de la turbulencia. "Muchos comentaristas concluyeron apresuradamente que las cosas volverían a la normalidad. Yo no estuve de acuerdo", escribió.

"Los factores estructurales de la inestabilidad -la inyección de riqueza, la miseria popular y la sobreproducción/conflicto entre las élites- seguían en auge", continuó Turchin. "Estados Unidos se encontraba en una ‘situación revolucionaria', que podía resolverse ya sea convirtiéndose en una revolución a gran escala o siendo desactivada mediante acciones hábiles de las élites gobernantes. Ahora sabemos qué camino tomó", concluyó. N

Fuente: Newsweek y Yahoo News